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El negocio de las sicavs atraviesa sus horas más bajas a consecuencia del marcaje cada vez más estrecho del Gobierno al vehículo de inversión preferido de las grandes fortunas españolas. Una retirada en la que los grupos internacionales se llevan la peor parte, pues solo en el último lustro han sufrido una pérdida del 30% en su cuota de mercado.

Si hace cinco años las firmas de inversión internacionales acaparaban un 32,4% del mercado español de sicavs, al cierre de 2021 tan solo conservaban una cuota del 22,8%. Así lo reflejan las estadísticas del sector publicadas por la consultora especializada VDOS, que dan cuenta de que este grupo ha sido el más afectado por la sangría que atraviesan estas sociedades de inversión.

Por el camino de estos últimos cinco años en los que la figura de las sicavs no ha dejado de estar en tela de juicio, los grupos internacionales han perdido casi un tercio de su negocio en España a través de estos vehículos. Un retroceso que roza los diez puntos porcentuales y que desde el sector se achaca fundamentalmente a la fuga tanto de inversores como de los propios gestores.

Los bancos dominan

Actualmente, conforme a los datos más recientes publicados por la consultora, las firmas internacionales asentadas en España acumulan un patrimonio bajo gestión a través de sus sicavs de 6.605 millones de euros. Una cifra que se queda muy lejos de los 16.173 millones que en el mismo segmento atesoran las entidades financieras nacionales.

Este último dato supone una cuota de mercado del 55,8% con respecto al saldo total de 29.006 millones de euros que arroja el conjunto de las sicavs españolas que aún siguen en activo. Y, si no, que al menos no han sido liquidadas todavía aunque estén preparando su proceso de desarme o hayan convocado ya a sus partícipes con este fin.

Hace cinco años, al término del ejercicio 2017, la dominancia de los bancos españoles se limitaba al 51,9% del mercado nacional de sicavs. En este sentido, su parte del pastel es ahora 388 puntos básicos mayor que entonces. Aunque no precisamente porque hayan conseguido captar capital y clientes a contracorriente, sino por la deserción de muchos de sus rivales.

Una espantada que en los grupos internacionales ha sido especialmente intensa en estos últimos tiempos conforme la presión regulatoria y fiscal sobre las sicavs españolas iba en aumento. En muchos casos, según explican fuentes del sector, estas firmas han preferido renunciar a su negocio en este segmento antes de estar expuestos a la incertidumbre normativa de estos vehículos.

Vías de escape

Esta es la fórmula que en algunos casos se ha traducido en el despido de su perímetro de las sicavs que asesoraban o gestionaban, y que por lo tanto han terminado bajo el paraguas de firmas rivales. En otros, en su conversión en otro tipo de vehículos o sociedades de inversión con las reglas de juego sin riesgo de cambio a golpe de decreto.

Por último, en el mejor de los casos, lo que han hecho algunas firmas ha sido proceder a la mudanza de sus sicavs hacia otras jurisdicciones más amables. Aquí, la estructura corporativa, organizativa y de gestión establecida en sus mercados de origen ha sido un punto a su favor para la ejecución del traslado.

Esta es precisamente la fórmula por la que en tiempos más recientes se han decantando incluso un buen puñado de firmas nacionales. No obstante, en estos casos ha tocado desarrollar estructuras en los mercados extranjeros elegidos como destino.

Un viaje que la mayoría de las veces ha tenido como meta Luxemburgo debido a la regulación del país favorable hacia el conjunto de la industria financiera. Y, muy especialmente, de las sicavs. Además, es un país que precisamente por estos factores suele ser familiar para los cabezas de las grandes fortunas patrias detrás de estas sociedades de inversión.

Pasarela de fuga

Dentro de esta misma fórmula, todo apunta a que las gestoras internacionales puedan seguir engordando su negocio ‘made in Spain’ desde casa mientras su cuota de mercado en estas latitudes sigue mermando. Y es que una resolución de la Dirección General de Tributos abre una puerta más a esta vía.

Si bien el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda ha confirmado que el dinero que se fugue de las sicavs en los próximos meses tendrá que pasar por fondos españoles para esquivar el pago por plusvalías, no ha establecido ningún plazo mínimo de permanencia.

Así, salvo que en los próximos meses se introduzca algún cambio, los accionistas de las sicavs podrían usar los fondos españoles simplemente como pasarela y, después, confiar su dinero a vehículos extranjeros. Un movimiento con el que se procedería a una progresiva descapitalización de la industria financiera española.

De momento, ya son varias las sicavs que han convocado a sus accionistas para tomar una decisión definitiva sobre su futuro más inmediato. Y es que la fecha límite para comunicar al mercado si proceden a su disolución o se acogen al periodo de gracia para adaptar su accionariado a los nuevos requisitos legales acaba en solo 18 días: el próximo 31 de enero.

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