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Martin Moeller es más interesante por lo que destapa del resto que por lo que dice de sí mismo. Codirector de Renta Variable Global y Suiza en Union Bancaire Privée (UBP), tiene la receta perfecta para invertir y despreocuparse de la guerra en Ucrania, una inflación desbocada, las subidas de tipos por parte de la Fed o el BCE, o el desplome de las FAANG como se ha visto estos días con Netflix. Comprar única y exclusivamente las 30 mejores compañías del mundo y dejar que el paso del tiempo haga el resto.

Esta es la fórmula del fondo que lidera UBAM 30 Global Leaders Equity, uno de los buques insignia del banco privado suizo y uno de los productos más consistentes que hay dentro del panorama bursátil. La herramienta de Moeller es el rendimiento de flujo de caja sobre la inversión (CFROI, en inglés), una métrica que le sirve para cribar a las 30 empresas líderes a lo largo y ancho del planeta.

De Estados Unidos a la zona euro, pasando por Suiza o los países nórdicos, su cartera se compone de nombres como Nike, Amazon, BlackRock, L’Oréal, LVMH, Linde, Hexagon, Novo Nordisk, Partners Group o Sika. Y otros 20 más. Porque el tope son 30, ya que Moeller considera que la diversificación sectorial es relevante para la protección del capital, pero más de una treintena de valores le resta eficacia a la diversificación.

La incertidumbre y volatilidad de este año le está pasando factura, con una caída del -9,8%, aunque el gestor de UBP confía en que pueda terminar el ejercicio en positivo. Como ya hiciera en 2020, el año de la Covid, cuando a pesar de la corrección que siguió al estallido de la pandemia remontó y acabó el año subiendo un 11,2%.

“Si una posición no funciona, somos muy pacientes con ella”. De hecho, solamente rotan entre tres y cinco empresas por año. “Nuestras compañías tienen capacidad de resistencia”.

Grandes marcas bien gestionadas

“Por eso buscamos compañías de calidad en el largo plazo, con un alto CFROI y creación de valor. Nos interesa que sean las más rentables a largo, no tanto cada año, cada mes o cada trimestre”, sostuvo Moeller en una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia hace unos días en Madrid.

La invasión rusa de Ucrania no le ha hecho modificar sus planes. “Todavía no hemos realizado ningún cambio en cartera este año. Nuestra exposición directa a Ucrania o Rusia es menos del 1% en el negocio de las compañías”, tranquiliza.

El ser artículo 8 bajo la normativa europea de finanzas sostenibles (SFDR), el segundo nivel ASG más alto, le blinda además frente al contexto bélico en el este de Europa y su repercusión sobre el alza en el precio de la energía y la inflación: “Tenemos compañías con bajas emisiones contaminantes. No están quemando mucho petróleo, carbón o gas para producir sus productos, ni son intensivas en electricidad o acero para producir”.

A esto se le suma que “tienen una alta capacidad de fijación de precios”, en muchas ocasiones gracias a una marca muy reconocida en el mercado. “LVMH es un buen ejemplo de que puede establecer los precios altos y el público responde satisfactoriamente, el lujo siempre tiene demanda. Pero no solo es cuestión de marca”, ya que como puntualiza, “tiene una muy buena localización de sus tiendas y diversificación de su cadena de suministros”. De su lado, “L’Oréal no es una marca de productos de lujo, pero también tiene una gran marca”.

Martin Moeller, codirector de Renta Variable Global y Suiza en UBP.

Para Moeller, “la marca es una condición necesaria, pero no suficiente”. Es lo que le ocurre a Mercedes-Benz, que “es una fantástica marca, tiene fantásticos productos, pero no es una inversión fantástica. Su historia de inversión no es brillante y no está comprometida con todos los stakeholders”. Lo mismo le sucede a Panasonic.

Así las cosas, el gestor del UBAM 30 Global Leaders Equity se muestra optimista ante todos los frentes que el mercado tiene abiertos: “Nuestras compañías tienen poca o ninguna deuda y una subida de tipos de interés no les afecta demasiado. En general, los resultados empresariales han sido buenos y el PIB mundial sigue teniendo potencial de crecimiento”.

El tablero de juego sobre el que invierte el gestor de UBP es un mercado global de acciones que se ha puesto en su media histórica de precio-beneficio en cuestión de semanas, bajando de un PER ligeramente sobrevalorado de 18 veces al promedio histórico de 16 veces.

Evitar las modas

La búsqueda de la calidad y el valor a largo plazo es la guía que mueve a Moeller. “Por eso no compro OPV o las nuevas tendencias como Airbnb o, incluso, Tesla”, reconoce. La automovilística eléctrica de Elon Musk “ha destruido valor durante muchos años y, aunque le esté dando la vuelta a la situación desde hace un par de años, es muy nueva todavía en este campo”. Y es que en UBP “exigimos al menos una década de creación de valor”.

Su fondo rehúye las modas. Por esta razón, no se le vio entre los apostantes de las FAANG en 2020 y la primera mitad del 2021, ni tampoco se le asocia en 2022 al repunte de las materias primas y las energías fósiles. “Obviamente, si tienes 30 tecnológicas o 30 petroleras no diversificas la cartera. Dependes del precio de un único activo subyacente. Nosotros no estamos muy sobreponderados en ningún sector”, ya que se reparten entre tecnología de la información, consumo discrecional, salud o financieras.

Pero también en materiales, industriales, consumo básico, servicios de comunicación y algo de inmobiliario, junto a casi un 10% de liquidez.

“No estamos como otros competidores nuestros, que tienen el 85% de su cartera en apenas tres sectores. Muchos de ellos han hecho sus rentabilidades de los últimos años con las tecnológicas americanas y ahora se encuentran ante un abismo. A nosotros no nos preocupa tanto como al resto las subidas de tipos, la regulación sobre el sector tecnológico o un menor crecimiento económico, nuestras compañías pueden hacerlo bien en todos los entornos”, defiende Moeller.

Inditex y Amadeus pierden fuerza

Preguntado por España, Moeller tira de sinceridad: “Desafortunadamente, solo dos compañías españolas con más de 10.000 millones de euros de capitalización han pasado nuestro filtro de creación de valor, Inditex y Amadeus, que no han entrado en cartera pero están en el radar”.

Como recuerda, “la bolsa española lo ha hecho peor que el MSCI World durante muchos años, está muy expuesta a bancos y servicios básicos (utilities) de energía. Quizá por eso ahora España lo esté haciendo mejor que el resto, pero a largo plazo no es un mercado muy bueno en la creación de valor”.

Y, para colmo de males, las dos únicas cotizadas patrias que podrían salvarse de la quema están empeorando. Al gestor de UBP le inquieta la pérdida de posición competitiva de Amadeus y la mediocridad vista en Inditex desde 2017, con “mayor intensidad del capital en el negocio y un retorno de caja que está bajando”. Define al grupo de Amancio Ortega como “otro ejemplo de buena inversión desde los 2000 hasta 2017 que en los últimos cinco o seis años ya no ha sido tan brillante”. Salta la alarma en Arteixo.

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