Un mensaje de alivio entre tanto cenizo. Credit Suisse Gestión quiere trasladar optimismo a los inversores, preocupados por un año donde casi todos los activos pierden dinero y a cada paso que avanzan, dan dos (o tres) pasos atrás. Su director general, Gabriel Ximénez de Embún, ha afirmado en una presentación ante la prensa que “hay muy poco riesgo de recesión en los próximos 12 meses” y que “la estanflación no va a ser permanente”.
Sobre la estanflación, esa combinación maliciosa para las economías de estancamiento económico y alta inflación, el gestor ha señalado que “es cierto que hay menos crecimiento y más inflación”, pero esta situación “no va a ser permanente”. En lo que toca a la subida de precios, “la inflación está cerca del pico y, previsiblemente, en el segundo semestre la presión irá a la baja”, confía.
En todo caso, por ahora la estimación global de precios de Credit Suisse sigue estando por encima del 6%, que se eleva a más del 7% en el caso de Europa y Estados Unidos.
Con este contexto, en renta fija el banco suizo se decanta por invertir en deuda corporativa. “Hay buenos niveles de entrada sin entrar en demasiada duración”, en opinión de Ignacio Díez, responsable de Renta Fija y Divisas. En este campo, la gestora sigue positiva en bonos financieros como consecuencia del repunte de tipos a corto plazo, en híbridos corporativos de energéticas y utilities, así como en bonos ligados a la inflación.
Respecto a estos últimos, con los precios disparados por la energía, los materiales y los alimentos, “sigue teniendo sentido mantenerlos en cartera al menos hasta el segundo semestre, pero luego los iremos vendiendo”, ha avanzado Díez.
Semiconductores
El escenario central que maneja Credit Suisse es que el tipo de interés nominal del bono americano a diez años se sitúe más allá del 3,40% a 12 meses vista y el alemán por encima del 1,20%.
En renta variable, Patricia López del Río, responsable de Renta Variable de Credit Suisse Gestión, apuesta por sectores con cambios duraderos. Por ejemplo, los semiconductores. Se trata de una industria que “presenta problemas de oferta y a largo plazo su demanda será explosiva”. La penetración de los chips en muchas industrias está acelerándose y es una “inversión sensible” para los Estados y sus empresas.
Es más, “es una moda más allá de la Covid y de quedarse en casa”, en referencia a otras grandes tecnológicas estadounidenses como las FAANG, Zoom o Peloton que este año ven desplomarse su cotización entre un -35% y un -65%, según el caso.
Los catalizadores de empresa que quiere explotar Del Río son los planes fiscales de ‘repower EU’, la eficiencia e independencia energética, las industrias propulsoras del capex y aquellas compañías con poder de fijación de precios. Este tipo de valores serían energéticas clásicas, utilities, renovables, financieras estadounidenses, tecnología defensiva y, en definitiva, todos aquellos “ganadores de la inflación”.
Por el contrario, la gestora aconseja infraponderar los sectores intensivos en capital humano y los sectores de alto crecimiento con valoraciones excesivas.