Un hombre busca dinero en una cartera vacía.

Un hombre busca dinero en una cartera vacía. Towfiqu barbhuiya, Unsplash.

Fondos de inversión

Los españoles vuelven a tropezar con la misma piedra: se hinchan a renta fija en el año de su cataclismo

Los inversores llevan en masa su dinero a los fondos de bonos buscando seguridad, aunque estos caen un 3%.

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Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Si se aplicase este refrán al mundo de las finanzas, bien podría decirse que el español es el único inversor que se vuelca con la renta fija cuando los tipos de interés empiezan a subir y, por lo tanto, se lleva un buen revolcón. 

Las cifras no mienten. Hasta mayo, los fondos de bonos llevan captados casi cinco veces más dinero que los de bolsa internacional (6.513 frente a 1.452 millones de euros, según Inverco) porque los ahorradores buscan seguridad en mitad de la incertidumbre, pero lo que se están encontrando es una pérdida media que se aproxima al 3%.

Asustados por la desaceleración económica, la guerra rusa en Ucrania y las pérdidas en Wall Street, y con una volatilidad in crescendo hacia niveles similares a los de 2011, los inversores están haciendo gala de conservadurismo y llevando sus carteras a lo que consideran un refugio ‘seguro’. Esto es, la renta fija.

Pero es que la renta fija, no es fija. Cuando los tipos inician una senda alcista, el precio de los bonos cae, ya que su relación es inversamente proporcional. Aunque todavía queda bastante trecho por recorrer, la situación empieza a parecerse a la vivida en 1994 y suenan las primeras alarmas. Por aquel entonces, dos tercios de los fondos de inversión de renta fija registraron rentabilidades negativas porque el rally de los tipos de interés de las emisiones de deuda pública en más de 400 puntos básicos ocasionó pérdidas generalizadas.

Ahora, y sirva de ejemplo, el bono español a diez años ya cotiza al 2,36% cuando hace 12 meses su rentabilidad era del 0,42%. Una subida de 194 puntos básicos que ya es la mitad que en aquel episodio de 1994.

La tormenta perfecta

A esto hay que añadir la previsión que hace el mercado de que probablemente en julio el BCE suba el precio oficial del dinero en la zona euro por primera vez en más de una década. Así como que la inflación interanual en España se sitúa en niveles del 8,7%, según el dato adelantado de mayo del INE, lo que genera una importante pérdida de poder adquisitivo a los inversores conservadores.

A cierre del quinto mes del ejercicio, los fondos monetarios -conocidos como hucha o ultraconservadores- pierden un 0,28%; los de renta fija caen un 2,88%, y los de renta fija mixta, que combinan bonos con acciones, ceden un 5,48%. Es cierto que las bolsas se están desplomando, pero también lo es que todos los vehículos que versan sobre la deuda se están pegando un tiro en el pie. La correlación es muy alta.

Si se mira el comportamiento del índice de referencia para el mercado de renta fija, el Bloomberg Barclays Global Aggregate Index, su caída en el año es del 11,5% (global) y del 10,3% (euro). Este emblemático selectivo computa una cesta agregada de bonos globales con alta calidad crediticia o, lo que es lo mismo, con grado de inversión.

En 1994, cuando sufrió su mayor pérdida, cayó un 2,9%, por lo que el 2022 marcará un nefasto hito en su historia a no ser que cambien (y mucho) las tornas.

¿Cuándo será momento de entrar?

Pese a la tormenta perfecta que vive la renta fija, algunos expertos no ven la actual situación como preocupante en exceso. La gran pregunta que sobrevuela al mercado es: ¿cuánto tiempo durará este ciclo de subidas de tipos?

“Podríamos llegar a un punto a finales del verano, después de unas cuantas subidas de tipos de 50 puntos básicos más, antes de sentirnos cómodos con la idea de que estamos entrando en la fase final del ciclo de subidas de la Fed”, argumenta Carl Jones, gestor sénior de carteras en Aberdeen. 

El equipo de analistas de A&G Banca Privada si bien cree que “el gran movimiento de tipos al alza ya está hecho, no vemos aún suficientemente remunerado el riesgo de duración (y menos en Europa)”. Estos expertos esperan una “muy lenta recuperación basada en el carry (o cupón) cuando comiencen a ajustarse a la baja las expectativas de inflación” y, ante la actual incertidumbre, “seguimos negativos en gobiernos”, tal y como reconocen.