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La renta variable de Japón ha abandonado su tendencia bajista en el año, mostrando durante el periodo de ventas de primavera un comportamiento superior por rentabilidad respecto a sus competidores.

Uno de los temas centrales de discusión en los mercados financieros durante el año ha sido la depreciación histórica del yen respecto al dólar, llegando recientemente a tocar los 135,21 dólares, su nivel más bajo desde octubre de 1998.

Una tendencia que se ha visto reforzada por la divergencia entre la agresiva política monetarias de la Reserva Federal de EEUU (Fed) para combatir la inflación y la postura ultra acomodaticia del Banco de Japón para estimular el crecimiento económico.

[Estilo value en empresas japonesas, con Fidelity International]

Aunque un yen débil ha supuesto tradicionalmente un fuerte impulsor de las exportaciones y, por tanto, del mercado de renta variable, esta relación se ha quebrado recientemente. Una posible explicación de este cambio tiene su origen en el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha intensificado los ya elevados precios de las materias primas.

Los precios de las exportaciones japonesas no han incorporado inmediatamente este aumento de precios en materias primas y energías, reduciendo el margen de beneficios. Además, el principal socio comercial de Japón es China, (supone el 24% de sus importaciones y el 22% de sus exportaciones) subrayando la vulnerabilidad del país respecto a las restricciones en la cadena de suministros y la ralentización del crecimiento económico derivada de la política de ‘covid cero’ del gigante asiático y sus confinamientos.

Pero hay otras fuerzas que trabajan a favor de las acciones japonesas. Los pronósticos apuntan a una recuperación mucho más rápida de los Beneficios por Acción (BPA) el próximo año para las cotizadas japonesas que para las de Europa y Reino Unido, y se han igualado con los estimados para Estados Unidos.

Con este telón de fondo, la categoría VDOS de Renta Variable Internacional Japón Valor está entre las de mejor comportamiento en el año dentro del grupo de fondos que invierten en renta variable.

Fondos

De una selección de fondos de esta categoría, con calificación de cinco, cuatro y tres estrellas de VDOS y aportación mínima inicial igual o inferior a 6.000 euros, el más rentable desde comienzos de año es la clase de distribución con cobertura en dólares de POLAR CAPITAL JAPAN VALUE con una revalorización de 10,46%.

En el último periodo anual su rentabilidad es de 15,06%, con un dato de volatilidad de 10,04%. Su objetivo es lograr una apreciación del capital a largo plazo, invirtiendo principalmente en valores de renta variable de emisores que ejerzan una parte significativa de sus actividades económicas en Japón o que estén organizados con arreglo a la legislación de Japón.

Invierte principalmente sus activos en valores que cotizan en la Bolsa de Valores de Tokio, aunque también puede, de manera limitada, invertir en valores que cotizan en bolsas regionales japonesas. Además, puede, con limitaciones, invertir en valores que cotizan a nivel mundial en mercados regulados cuyos valores proporcionen exposición al mercado japonés.

Entre sus mayores posiciones en cartera encontramos acciones de Sumitomo Mitsui Financial Group (4,69%), Suzuki Motor(4,06%), SK Kaken (3,90%), Daiwa Industries (3,72%) y Honda Motor (3,55%).

Sus partícipes soportan una comisión fija de 1,35% y de depósito de 0,01%, además de una comisión variable de 10% sobre resultados positivos del fondo respecto a su índice de referencia, el TOPIX Total Return JPY.

Con calificación de cinco estrellas de VDOS y también con cobertura en dólares, la clase A de acumulación con cobertura en dólares de FIDELITY FUNDS-JAPAN ADVANTAGE obtiene en el año una rentabilidad de 7,70%, revalorizándose un 16,68% a un año, con un dato de volatilidad de 11,77%.

El gestor sigue un enfoque ascendente centrado en la selección de acciones que pone énfasis en el análisis de valoración. Se centra en las acciones que están infravaloradas en relación con la calidad de su balance, el flujo de caja y el potencial de crecimiento de las ganancias.

Se tienen también en cuenta factores como los rendimientos del capital y la sostenibilidad de las ganancias, gestionando la exposición general a los riesgos macroeconómicos, incluidas la divisa, los tipos de interés y los precios de las materias primas.

Trata de no tomar riesgos macro excesivos, mientras busca agregar valor a través de la selección de acciones. Sus mayores posiciones en cartera incluyen acciones de Hitachi (6,10%), Denso (3,90%), Sompo (3,80%), Sumitomo Mitsui (3,40%) y Sumitomo Electric (3,10%).

La suscripción de la clase A de acumulación con cobertura en dólares de este fondo requiere una aportación mínima de 1.000 dólares (aproximadamente 947 euros) aplicando una comisión fija de 1,50% y de depósito de 0,35%.

También con cobertura en dólares, SCHRODER ISF JAPANESE OPPORTUNITIES gana un 4,38% por rentabilidad desde el pasado 1 de enero en su clase C de acumulación, obteniendo a un año una rentabilidad de 11,44%, con un coste por volatilidad de 10,12%.

Se propone como objetivo proporcionar un crecimiento de capital superior al índice Tokyo Stock Exchange 1st Section index (TOPIX) (Net TR) después de comisiones, durante un período de tres a cinco años, mediante la inversión en acciones y valores relacionados con la renta variable de empresas japonesas. Se gestiona activamente e invierte al menos dos tercios de sus activos en acciones y valores relacionados con la renta variable de empresas japonesas.

Busca identificar e invertir en acciones infravaloradas, estimando su valor razonable sobre la base de los rendimientos previstos a medio y largo plazo. Entre sus mayores posiciones encontramos acciones de Itochu (3,38%), C. Uyemura & Co (3,37%), Sumitomo Mitsui Financial Group (2,80%), Orix Corp (2,79%) y Toyota (2,45%).

Como en el fondo anterior, la suscripción de la clase C de acumulación con cobertura en dólares requiere una aportación mínima de 1.000 dólares (aproximadamente 947 euros) aplicando una comisión fija de 1% y de depósito de 0,30%.

Productividad

Una de las principales razones por las que las acciones japonesas han estado infravaloradas durante tanto tiempo es su baja eficiencia de capital, ya que las empresas del país históricamente se han centrado mucho más en mantener la cuota de mercado y el empleo que en maximizar los rendimientos de los accionistas.

Según lo medido por el consenso de estimaciones de Returns on Equity (ROE), o Rentabilidad sobre Recursos Propios, la eficiencia del capital en Japón sigue siendo dramáticamente inferior a la de sus contrapartes de los mercados desarrollados.

Pero esto está cambiando. Bajo el Código de Gobierno Corporativo del gobierno, en vigor desde junio de 2015, las empresas japonesas están trabajando para mejorar la productividad y la rentabilidad centrándose más en el coste del capital y mejorando el gobierno corporativo.

***Paula Mercado es directora de análisis de VDOS