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Empresas, ciudadanos y Estados se mueven al son de la incertidumbre geopolítica y el miedo a una crisis económica. Sin embargo, no todo podría estar perdido. Hernán Cortés, socio fundador y cogestor de Olea Gestión, asegura que “el escenario macro no es concluyente sobre una próxima recesión”. “Y si la hubiese, probablemente sería ligera”, tranquiliza.

Como ha recordado en una presentación ante la prensa, “una recesión sin paro, no es una recesión o, al menos, no lo es tanto”. Y es que tanto Estados Unidos como Europa tienen su tasa de desempleo en mínimos históricos.

“Es muy curioso, los datos no son malos y, sin embargo, la confianza del consumidor a ambos lados del Atlántico está por debajo de cuando nos confinaron por la Covid en marzo de 2020. En el ánimo de los estadounidenses pesa mucho que la gasolina se haya disparado este año, mientras que entre los europeos está afectando mucho el clima de la guerra rusa en Ucrania”, ha explicado.

La gestora independiente española considera que los tipos de interés oficiales pueden seguir subiendo en 2023 si la inflación no remite con rapidez e intensidad. Y las rentabilidades de los bonos a largo plazo también lo harán. “Es muy probable que el tipo de intervención de la Fed suba al 5% o, incluso, más”, avanzan desde Olea.

Rafael Peña, el otro socio fundador y cogestor de la firma, ha mostrado su cautela ante el contexto incierto que viven los mercados. Su buque insignia, el fondo multiactivo Olea Neutral, puede invertir en bolsa entre un 20% y un 60% de su patrimonio en condiciones normales. Pero hoy el peso de las acciones está en el rango bajo, un 25%.

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“Las bolsas continuarán corrigiendo si los beneficios se contraen sustancialmente o si las rentabilidades a largo plazo repuntan por encima del 5% en EEUU o del 3,5% en Alemania”, como prevén en el caso de la Fed.

Pero ser precavidos no significa no tomar riesgos. Hay que tomarlos con sentido común y cierto grado de arrojo llegado el momento. Como ocurre ahora en el Reino Unido, donde la libra esterlina se hunde y el interés del bono del Tesoro va al alza. “Llevamos cinco años, como poco, sin deuda pública europea en cartera. Hemos tenido posiciones cortas del treasury, del bund y seguimos cortos de España, pero no del gilt. Sin ir más lejos, ayer compramos bonos británicos a dos años en libras”, ha reconocido Peña.

Los fondos multiactivo

Cortés y Peña han aprovechado el encuentro para subrayar las bondades de los fondos multiactivo en un camino lleno de baches como el actual. Un tipo de vehículos con mucha flexibilidad a la hora de reasignar la cartera entre activos como renta fija, renta variable, divisas, materias primas y, además, en diversas zonas geográficas.

“A este tipo de fondos hay que darles un margen de confianza de tres años como mínimo. El futuro de la gestión de activos no pasa por las carteras discrecionales ni por la gestión pasiva, más bien está en coger cuatro, cinco o seis gestores de fondos multiactivo en una misma cartera. Es más eficiente en costes y diversificación”, ha valorado Cortés.