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En plena subida de los tipos de interés y con una inflación disparada que no baja tan rápido como desearían los organismos y los consumidores, el espectro de inversiones no cotizadas empieza a sufrir una cierta desaceleración con el resurgir de la renta fija. Uno de los pocos activos alternativos que conserva su potencial es la deuda privada. De hecho, hay cerca de 850 fondos de inversión que buscan financiar 300.000 millones de dólares (unos 282.600 millones de euros) de deuda no cotizada de las empresas en todo el mundo.

Así se desprende del último informe de perspectivas para 2023 de Preqin. En el barómetro que la consultora ha realizado entre los inversores, subyace que un 63% de los encuestados busca aumentar su asignación a este tipo de activo. Es la cifra más alta de los últimos siete años. El pasado ejercicio, el porcentaje era del 47%.

El analista que sella el estudio -RJ Joshua- enumera, en base a las conversaciones tenidas con los diferentes inversores, los varios beneficios que genera la deuda privada en una cartera de largo plazo: “diversificación, un flujo de ingresos confiable, exposición a tasas de interés flotantes y protección contra caídas del mercado”.

Previsión del patrimonio de los fondos de deuda privada a nivel global. Preqin.

Más concretamente, en septiembre eran 837 los fondos de deuda privada que intentaban levantar 297.000 millones en conjunto, según Preqin.

La previsión del grupo de análisis es que los fondos de deuda privada gestionen 2,3 billones de dólares (2,1 billones de euros) en activos para 2027.

Tipos de interés e inflación

Hasta el noveno mes del año, se cerraron 137 fondos de deuda no cotizada que habían captado 172.100 millones. Por otra parte, durante los tres primeros trimestres del año se completaron 527 transacciones que fueron respaldadas por deuda privada.

Los inversores profesionales preguntados por la consultora consideran que nos encontramos al comienzo de una caída en el ciclo macroeconómico. La mitad de los gestores están preocupados por los tipos de interés y al 40% le quita el sueño la escalada de los precios.

[Un gurú de Wall Street predice que la inflación tardará una década en volver al 3%]

En 2023, las tasas de interés y los diferenciales de crédito seguirán siendo factores clave para las empresas y los inversores. “La deuda privada, en particular los préstamos directos, tiene el beneficio de una exposición sustancial a la tasa flotante, lo que la hará relativamente atractiva en comparación con la renta fija tradicional a medida que aumentan los tipos”, sostienen desde Preqin.