Los inversores de BlackRock podrán opinar sobre el voto del fondo en las juntas de sus participadas
Su presidente y CEO, Larry Fink, publica su última carta anual a inversores.
La mayor gestora de activos del mundo democratiza el sentido de su voto en las juntas de accionistas de sus participadas. Así lo ha explicado Larry Fink, presidente y consejero delegado de BlackRock, en su última carta anual a los inversores del fondo.
En 2022, BlackRock fue pionero en lanzar Voting Choice, una herramienta que ha permitido a los inversores institucionales de sus vehículos participar en el proceso de votación sobre temas relevantes que suele darse en las juntas de accionistas de las empresas donde invierten sus fondos. Hoy en día, aproximadamente la mitad de los activos bajo sus estrategias indexadas de renta variable pueden acceder a esta solución.
Pero la firma liderada por Fink ha ido un paso más allá y en febrero ha iniciado un programa piloto en su mayor ETF del S&P 500, habilitando por primera vez la herramienta Voting Choice entre sus inversores minoristas o privados.
“Damos la bienvenida a estas voces adicionales al gobierno corporativo y creemos que pueden fortalecer aún más la democracia de los accionistas”, sostiene el primer espada de BlackRock en su misiva.
En otro orden, Fink analiza en su carta los retos de la jubilación y las alternativas de los trabajadores para complementar la futura pensión pública. Cabe destacar que la mitad del dinero que BlackRock gestiona en nombre de sus clientes se destina a ayudar a las personas a ahorrar para su jubilación. Esto es, unos 4,6 billones de euros sobre un total de 9,2 billones.
Un 401(k) más flexible en EEUU
El legendario inversor expresa una ironía social más que asentada en las principales economías: “Como sociedad, dedicamos una enorme cantidad de energía a ayudar a las personas a vivir vidas más largas. Pero ni siquiera una fracción de ese esfuerzo se dedica a ayudar a las personas a cubrir financieramente esos años adicionales”. En el particular de Estados Unidos, aboga por que, “como nación, debemos hacer todo lo posible para que la inversión para la jubilación sea más automática para los trabajadores”.
A este respecto, el país norteamericano ya está dando algunos pasos “brillantes”. El año que viene entrará en vigor una nueva ley federal que exigirá a las empresas que establezcan nuevos planes de ahorro 401(k) que inscriban automáticamente a sus nuevos trabajadores. Además, hay cientos de grandes empresas (incluida BlackRock) que ya han dado este paso de forma voluntaria.
Pero Fink utiliza su ‘altavoz’ para proponer medidas adicionales. Por ejemplo, que las empresas proporcionen “cierto nivel de fondos de contrapartida” para los planes de jubilación de sus empleados, o que legislativamente se facilite que los trabajadores transfieran sus ahorros 401(k) cuando cambien de trabajo. “Hay un menú de opciones y necesitamos explorarlas todas”, según el CEO de BlackRock.
Fink también dedica un espacio a la transición energética y la ingente inversión en infraestructuras a raíz de su reciente anuncio de adquisición de Global Infrastructure Partners (GIP).
“En mis casi 50 años en finanzas, nunca he visto tanta demanda de infraestructura energética. Y eso se debe a que muchos países tienen dos objetivos: quieren hacer la transición a fuentes de energía con bajas emisiones de carbono y, al mismo tiempo, lograr la seguridad energética”, pone en contexto el gurú. Para quien “los mercados de capitales pueden ayudar a los países a alcanzar sus objetivos energéticos, incluida la descarbonización, de una manera asequible”.
De ahí que piense que la compra de GIP, junto al reciente rediseño estratégico de la organización que es BlackRock, supongan los dos mayores cambios transformacionales del grupo desde la adquisición de Barclays Global Investors en 2009, hito que le hizo convertirse en la mayor gestora de fondos del planeta.