Sergio Ortega
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El cambio climático se ha convertido en uno de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad en su conjunto. El cuidado del medioambiente, reducir las emisiones contaminantes y paliar los efectos nocivos de nuestra actividad se ha convertido en uno de los principales temas a tratar de forma global.

No en vano, son numerosos los estudios alertando del daño que se está haciendo al planeta y sobre la urgencia de tomar medidas para solventar esta situación. En este contexto, cada vez los gobiernos están tomando más en consideración esta problemática y se están poniendo en marcha distintas medidas para lograr resultados.

En este contexto, son numerosos los inversores que, en muchos casos movidos por sus principios, han optado por invertir de forma consecuente en productos que promuevan valores y actividades ligadas al cuidado del medioambiente.

Sin embargo, este tipo de fondos, no son solo interesantes por consideraciones medioambientales. Financieramente hablando, también han dado innumerables alegrías a sus inversores.

No en vano, con datos a día 21 de mayo, la categoría VDOS de fondos de inversión Ecología se sitúa como la más rentable a 5 años, con un 110,36%.

Fondos

Entre los fondos de inversión denominados en euros, y con una inversión mínima inferior o igual a 6.000 euros, encontramos el Pictet - Clean Energy Transition en su clase P en euros, con un 106,83% acumulado, lo que supone una rentabilidad anualizada de un 15,66%, siendo este avance de un 26,45% a 3 años y de un 9,13% en lo que llevamos de 2024, con una volatilidad a un año de un 20,69%.

Gestionado por Xavier Chollet, Manuel Losa, Pam Liu, Guillaume y Martin-Achard, invierte principalmente en renta variable de empresas que contribuyen a reducir las emisiones de carbono, favoreciendo, por ejemplo, la energía limpia en su proceso de producción. Tienen como objetivo la inversión sostenible según el artículo 9 SFDR. Las principales formas en que el fondo busca alcanzar su objetivo sostenible son el impacto positivo, exclusiones basadas en normas y valores; y ejerciendo metódicamente sus derechos de voto.

Le sigue el Vontobel Fund-Global Enviromental Change en su clase I de capitalización en euros con un 97,03% a 5 años, siendo este de un 25,85 a 3 años y un 12,40% en el presente año, con una volatilidad a un año de un 18,13%. El fondo gestionado por Pascal Dudle tiene el doble objetivo de lograr un crecimiento del capital a largo plazo en euros a la par que incidir de forma positiva en cuestiones medioambientales, siendo ambos considerados igualmente importantes.

Respetando el principio de diversificación del riesgo, al menos el 67% de los activos del Subfondo se invierten en acciones, valores mobiliarios de renta variable, certificados de participación, etc., emitidos por empresas de todo el mundo cuyos productos o servicios contribuyen a un objetivo ambientalmente sostenible en opinión de los gestores de Inversión.

El fondo tiene un objetivo de inversión sostenible en el sentido del artículo 9 del SFDR, con un objetivo de invertir en el sector de las tecnologías limpias. Para ello, se centra en seis pilares de impacto fundamentales: infraestructura de energía limpia, industria de recursos eficientes, agua limpia, tecnología de la construcción, transporte de bajas emisiones y gestión del ciclo de vida.

Igualmente, el fondo informa periódicamente de su impacto positivo divulgando la contribución de las participaciones a los distintos pilares de impacto y los correspondientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Por su parte, el Robecosam QI US Climate Beta Equities en su clase F en euros acumula una rentabilidad a 5 años del 92,81%, siendo esta de un 45,74% a 3 años y un 11,98% en el año, con una volatilidad de un 11,52%. El fondo está gestionado por Wilma de Groot, Tim Dröge, Machiel Zwanenburg, Dean Walsh, Han van der Boon y Vania Sulman.

Según su propia política de inversión, el fondo asumirá una exposición de al menos dos tercios de su patrimonio total a valores de renta variable de sociedades constituidas o que ejerzan una parte preponderante de sus actividades económicas en los Estados Unidos. Igualmente, el fondo tiene como índice de referencia el MSCI USA Index, permitiendo la sobreponderación y la infraponderación de valores con el fin de perseguir el objetivo de inversión sostenible.

Al igual que los fondos anteriores, se trata de un producto artículo 9 SFDR, por lo que integra indicadores de sostenibilidad de forma continua como parte del proceso de selección de valores, como son exclusiones basadas en normas y actividades, la política de buen gobierno de la entidad gestora, el marco de ODS y considera los principales impactos adversos en el proceso de inversión.

El cambio climático no solo representa un desafío urgente para la sociedad, sino también una oportunidad para transformar nuestras economías y sociedades hacia un modelo más sostenible. Y como queda claro con los ejemplos anteriores, es posible combinar principios medioambientales con rentabilidad financiera.

*** Sergio Ortega es responsable de comunicación de VDOS