La estrategia de Beka Asset Management se basa en la concesión de préstamos a empresas, garantizados por hipotecas “de primer rango”. Sobre todo, en tipos de activos inmobiliarios como residencial, comercial, logístico u oficinas, y con un vencimiento de entre uno y tres años, cubriendo un nicho de mercado “tradicionalmente desatendido por los fondos de deuda privada internacionales y por la banca tradicional”, según Ángel Blanco, socio de Beka Alpha Partners, la división de gestión de fondos alternativos de Beka AM.

En la práctica, el fondo funciona “como si fuera un bono a corto plazo”, con un vencimiento estimado a cuatro años mediante la concesión de préstamos puente con garantía real hipotecaria de primer rango.

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El horizonte temporal de inversión abarca los dos primeros años, durante los cuales se realizarán determinadas llamadas de capital. Posteriormente, en los dos siguientes años, comenzará la fase de devolución de capital a los inversores. La segunda añada de Beka busca una TIR neta superior al 10% y una distribución periódica de intereses en forma de dividendos o recompra de participaciones.

Las inversiones del fondo oscilarán entre 500.000 y cinco millones de euros por operación, con una relación riesgo-retorno “extremadamente atractiva”, a juicio de Ignacio Álvarez-Cedrón, socio de Beka Alpha Partners.

Como destacan desde el grupo financiero independiente, este es el único vehículo regulado dentro de este nicho de actividad. Y es especialmente atractivo para inversores institucionales como las aseguradoras. El equipo responsable de su gestión ha fijado un umbral mínimo de retorno del 9%.