El vehículo Creas Impacto II arranca con compromisos del Fondo Europeo de Inversiones (FEI), que meterá 20 millones mediante el programa InvestEU; el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que destinará 10 millones a través de AXIS; varios family offices españoles y nuevos inversores extranjeros como la Fundación Daniel y Nina Carasso, una organización creada en honor al fundador de Danone y su esposa.

El segundo fondo de Creas invertirá en, aproximadamente, una docena de compañías en fase de crecimiento con un especial foco en España, pero abierto también al resto de Europa.

Sus temáticas de inversión versan sobre el empoderamiento de las personas a través de la educación y el empleo inclusivo; el cuidado de las personas vulnerables con particular foco en los mayores; y la construcción de modelos regenerativos que ayuden a mitigar y adaptarnos frente al cambio climático.

El FEI y el ICO ya habían participado en el primer fondo de Creas. El brazo ejecutor del BEI metió 15 millones en 2018, y el organismo español otros cinco millones.

La gestora ha firmado una alianza estratégica con Tyton Partners, una firma de banca de inversión y consultoría estratégica líder en el ecosistema mundial de la tecnología educativa y servicios del conocimiento, que permitirá reforzar la capacidad de originación, análisis y creación de valor del fondo.

Según Luis Berruete, fundador de Creas, existe una “gran oportunidad de inversión” en España y Europa, donde hay más de 15.000 compañías de impacto en fases de crecimiento maduro y que forman parte de la tesis de inversión del nuevo fondo. Su equipo cuenta con varios casos de inversión muy avanzados en sectores claves como son el de las residencias de mayores, la educación infantil y la salud mental, y espera realizar las tres primeras inversiones en el próximo trimestre.

Reinventar el impacto

En conversación con EL ESPAÑOL-Invertia, Berruete asegura que Creas aspira a convertirse en “el referente de la inversión de impacto en el sur de Europa”. Aunque, “más que por el tamaño, por la profundidad del impacto positivo que generamos y la forma de hacer las cosas que tenemos”.

A medio plazo, desde el fondo español incidirán en verticales como la inclusión, la cultura, la educación o el cuidado de los mayores.

Con todo, Berruete considera que “es momento de reinventar la inversión de impacto” y llevarla a una “fase 2.0” con “más flexibilidad”. Por ejemplo, saliéndose de la rigidez del equity e importando modelos anglosajones como los préstamos participativos con interés variable o el blended finance, un tipo de financiación mixta público-privada que se canaliza hacia los mercados emergentes.

“Hay organizaciones o empresas que no crecen tanto, pero tienen soluciones muy innovadoras, y estas fórmulas pueden ser idóneas para apoyarlas”, confía el dirigente de Creas.

Incluso, Berruete no descarta aumentar escala mediante una fusión con alguna gestora de impacto “muy complementaria” en España o Europa. Eso sí, advierte, “siempre y cuando el impacto se conserve y el fin último sea profundizarlo”.