La campaña de la declaración de la renta 2021-2022 comienza y uno de los aspectos a tener en cuenta es la necesidad de incluir la compraventa de artículos de segunda mano. Pero no en todos los casos.
Tal y como explica la plataforma Milanuncios, la regla general es que el vendedor no tendrá que declarar los artículos que venda a menos que esté obteniendo un beneficio por ellos. Sin embargo, cuando el objeto se vende por un precio superior al que se compró, se deberá declarar esa ganancia patrimonial.
En este caso, la normativa señala que el vendedor debería incluir las ganancias en su declaración de la renta y tributar un porcentaje de entre el 19% (para beneficios por valor de menos de 6.000 euros) y el 26% (para beneficios de más de 200.000 euros).
Sin embargo, independientemente de si se obtiene beneficios por la venta individual de cada producto, si el vendedor estuviera realizando un gran volumen de transacciones de manera habitual con unos ingresos superiores al Salario Mínimo Interprofesional (1.000 euros brutos mensuales en 14 pagas), Hacienda entendería que está realizando una actividad económica.
En este caso, según indica la normativa vigente, el vendedor debería darse de alta como autónomo, declarar el IVA e incluir esta actividad económica también en la declaración de la renta.
¿Y los compradores? Las compras de segunda mano están exentas de IVA y es el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) el que los compradores deben pagar, concretamente en la modalidad de Transmisiones Patrimoniales Onerosas (TPO).
Según explica Milanuncios, se trata de un impuesto que supone un gravamen de entre el 4% y 8% del precio, dependiendo de cada comunidad autónoma. Los usuarios están acostumbrados a cumplir con este impuesto para grandes transacciones como la compra de inmuebles o vehículos, pero es indiferente el precio o el tamaño del bien. "Todos deben contribuir", avisa la plataforma del mercado de segunda mano.
Los modelos 600 y 620
Para cumplir con este impuesto, el comprador deberá solicitar y completar el modelo 600 en los 30 días posteriores a la compra y entregarlo en una delegación de Hacienda. Se trata de una gestión que se puede hacer de manera online e incluso pagar vinculando a una tarjeta de crédito o número de cuenta bancaria.
La única excepción sería la compra de un vehículo de segunda mano entre particulares que, aunque deberemos pagar el mismo impuesto, este se liquida con un modelo 620 según indica la normativa.