Cuando una persona fallece, su patrimonio y bienes pasan a estar en poder de sus herederos, si bien, para ello será necesario que estos decidan aceptar la herencia y afrontar los diferentes costes asociados a ello. Recibir una herencia supone asumir distintas responsabilidades, entre las que se encuentran el pago del Impuesto de Sucesiones y otras tasas.

De esta manera, en el caso de que un heredero no cumpla con este paso, podrá tener que lidiar con una serie de consecuencias financieras y legales. De todos los impuestos relacionados con la herencia, el más importante es el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

La cuantía económica a desembolsar por este tributo depende de diferentes factores, como el valor de la herencia, el parentesco entre el fallecido y el heredero y la comunidad autónoma en la que se liquide el impuesto. Su importancia es máxima y es que en algunos casos la carga impositiva hace que haya herederos que prefieran rechazar la herencia o caigan en el impago del mismo.

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Además de tener que enfrentarse al abono de este impuesto, recibir una herencia supone tener que hacer otros desembolsos, como abogado, notario o gastos por trámites en el Registro de la Propiedad.

El heredero tiene la obligación de liquidar y pagar los impuestos correspondientes a la herencia recibida. Esto supone tener que presentar la autoliquidación del impuesto en la comunidad autónoma que corresponda, así como abonar la cantidad indicada dentro del plazo establecido para ello, que por norma general es de 6 meses desde el fallecimiento del causante. En todo caso, es importante que el heredero esté debidamente informado acerca de los requisitos y procedimientos a seguir para cumplir con sus obligaciones fiscales.

Dado el caso de que haya varios herederos, cada uno de ellos es responsable de presentar la autoliquidación del impuesto de sucesiones, por lo que las posibles sanciones o recargos, así como los intereses de demora, tan solo serán asumidos por el heredero sobre el que recaiga la responsabilidad y no por todos ellos.

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Las consecuencias de no pagar los impuestos relacionados con la herencia
Dado el caso de que un heredero no cumpla con la obligación de pagar el Impuesto de Sucesiones y el resto de impuestos hereditarios, este tendrá que lidiar con una serie de consecuencias legales y económicas:

• Embargo de bienes: de producirse un impago, la Agencia Tributaria podría embargar los bienes de la herencia para recuperar los impuestos pendientes de pago. Esta medida puede ser de aplicación tanto sobre bienes muebles como inmuebles que sean parte de la herencia. Asimismo, hay entidades bancarias e hipotecas de por medio, podría afectar negativamente al historial crediticio del beneficiario.
• Sanciones fiscales: el heredero podría tener que afrontar sanciones y multas en el caso de que no abone los impuestos correspondientes dentro del plazo establecido. En el caso del Impuesto de Sucesiones se podrían llegar a aplicar intereses de demora sobre la cantidad adeudada.
• Pérdida de derechos: aquel heredero que no haga frente al abono de los tributos puede perder algunos de los derechos que posee sobre la herencia, como el poder disponer de los bienes o ejercer algunos derechos de propiedad. Además, podría ser demandado por el resto de los herederos.
• Acciones legales: la Administración podría emprender acciones legales contra el heredero para reclamar el pago de los impuestos pendientes de pago, pudiendo iniciar procedimientos judiciales y demandas que pueden incrementar los costes del beneficiario de la herencia.

Cómo afrontar el pago si no se pueden abonar los impuestos

Llegada la situación en la que un heredero no tenga recursos para poder hacer frente al pago de los impuestos dentro del plazo establecido, existen algunas fórmulas para tratar de resolver la situación.

Para empezar, se puede solicitar el aplazamiento o fraccionamiento de los impuestos a la Administración Tributaria, lo que permitirá realizar el pago de los mismos de una forma progresiva y de acuerdo a las posibilidades económicas del beneficiario de la herencia. Aunque hay algunas excepciones, el impuesto de sucesiones se puede fraccionar o aplazar.

Por otro lado, se recomienda buscar asesoramiento profesional por parte de un experto en herencias, quien podrá valorar cada caso en particular para ofrecer las soluciones más adecuadas. También hay que valorar las diferentes opciones de financiamiento, ya que en algunos casos será posible obtener algún tipo de préstamos para cubrir el pago de los impuestos de la herencia.

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Esta última alternativa es muy útil en aquellos casos en los que se prevé recibir la herencia a corto plazo, aunque siempre habrá que valorar si realmente compensa pedir un préstamo, puesto que existen otras alternativas como aceptar la herencia a beneficio de inventario.

La aceptación de herencia a beneficio de inventario es un instrumento a través del cual el heredero queda libre del abono de las deudas heredadas que se encuentren por encima del valor de la herencia. Esto es importante, ya que la condición de heredero implica asumir bienes y derechos, pero también las obligaciones de quien origina la herencia, con sus correspondientes deudas.

Cuando una persona es designada como heredera y acepta la herencia a beneficio de inventario, este satisfará las deudas hasta donde llegue lo que se ha heredado y no se involucran sus bienes personales. De esta forma, se trata de una opción que protege el patrimonio del heredero, al separarlo de la de las deudas hereditarias.