Los planes de pensiones consiguieron en agosto superar el nivel que tenían en febrero, previo al estallido de la crisis de la Covid-19, cuando se abrió la puerta a rescatar el dinero invertido a los afectados por ERTE. El patrimonio se incrementó en 771 millones de euros, hasta los 77.601 millones.
Sin embargo, este avance del ahorro para la jubilación podría peligrar ante la decisión del Gobierno de reducir el beneficio fiscal anual de estos vehículos. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) contemplan su rebaja desde los 8.000 hasta los 2.000 euros.
Las patronales de gestoras y aseguradoras Inverco y Unespa, levantaron la voz al conocer la noticia y aseguraron que actualmente hay más de 7,5 millones de partícipes en planes de pensiones individuales y casi un millón de asegurados en planes de previsión asegurados (PPA) que se van a ver afectados por el cambio. Pero fuera de estos dos vehículos hay otras alternativas que también pueden servir para planificar el ahorro jubilación.
PIAS
Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) con una forma de seguro de vida que permiten ahorrar a largo plazo y cuya principal diferencia con los planes de pensiones es que tienen la puerta de la liquidez de las aportaciones abierta. Es decir, el titular puede disponer de su dinero cuando lo necesite.
Las aportaciones pueden ser puntuales o periódicas con un máximo anual de 8.000 euros y 240.000 euros como máximo total de patrimonio por persona. Si el titular fallece, la familia puede recuperar el dinero.
Tradicionalmente, los PIAS han sido productos conservadores que aseguraban el capital y ofrecían rentabilidades limitadas, siempre con la posibilidad de recuperar el dinero en cualquier momento. Por eso mismo, sólo eran una opción para la jubilación para los inversores más conservadores, pero actualmente esto ha cambiado y ya hay productos para cualquier perfil de inversor.
'Unit linked'
Sin salirnos del sector asegurador, los unit linked se encuentran a caballo entre un seguro de vida y un fondo de ahorro, de tal manera que una parte de la inversión se destina al pago de la prima del seguro, por lo general es una cantidad muy limitada, y el resto a la cartera de productos.
Los unit linked invierten en cestas de fondos de inversión perfiladas según riesgo que se quiere asumir y el objetivo de inversión. El asegurado es quien decide la composición de su cartera en función de los distintos activos que el banco o la aseguradora pone a su alcance.
Al ser un seguro, tributa como tal al recuperar el dinero. Además, cuentan con la ventaja frente a los planes de pensiones de que no forman parte de la masa hereditaria, lo que permite decidir un legatario concreto.
Planes de ahorro 5
Este producto se creó en 2014 a raíz de la reforma fiscal del Gobierno del Partido Popular. Aunque no han tenido mucho éxito, los bancos los siguen comercializando como alternativa a los planes de pensiones.
En su momento, fueron diseñados bajo dos formatos, uno de cuentas de ahorro a largo plazo (CIALP), que solo garantiza por ley el 85% del capital, y otro de seguros (SIALP), que pueden invertir tanto en renta variable como en renta fija y garantizan un 85% de la inversión inicial.
Su principal atractivo es la fiscalidad, pues las ganancias están exentas en su totalidad si la inversión se mantiene durante cinco años. Su inversión máxima permitida es de 5.000 años al año.
Fondos de inversión
Aunque los fondos de inversión no son productos pensados para el ahorro de la jubilación. Sin embargo, al ser vehículos de inversión a largo plazo son utilizados por muchos inversores para este fin. Como los fondos de pensiones, un fondo de inversión invierte en una cartera de activos que pueden ir de menor a mayor riesgo, en función de si invierte menos o más dinero en renta variable.
La principal diferencia es su elevada liquidez, con los fondos de inversión el dinero invertido siempre está accesible. Por lo demás, también cuentan con la ventaja de que el traspaso entre fondos está exento de tributar en la renta.
Dentro de los fondos de inversión, se puede elegir entre los de gestión activa, aquellos en los que un experto gestor selecciona los valores personalmente y va modificando la cartera según sus criterios de inversión; o los de gestión pasiva o indexada, que replican a un índice concreto, como el S&P 500, el Ibex 35 o el EuroStoxx 50 invirtiendo en todos sus valores. Estos últimos, al no precisar los servicios de un gestor, son mucho más baratos que los de gestión activa.
Bolsa
Invertir en bolsa es una opción para preparar la jubilación siempre que se haga a largo plazo. “La renta variable es el activo más rentable a largo plazo, pero en periodos de un año resulta bastante habitual registrar caídas de hasta un 40%”, señala Vicente Varó, director de contenidos y comunicación de Finect.
“Una cartera de renta variable de EEUU en periodos de cinco años rara vez ha perdido más de un 5%; a 10 años, casi nunca más de un 3% y, a 20 años, casi siempre ha subido”, añade.
Lo cierto, es que el conocimiento financiero que exige formar una cartera bien diversificada y con valores sostenibles requiere mucho más esfuerzo que optar por otros productos. El riesgo de invertir en bolsa directamente es más arriesgado que, por ejemplo, los fondos de inversión. Antes de tomar la decisión de comenzar a invertir por uno mismo, resulta recomendable hacer pruebas.