Ni la tradicional campaña de Navidad va a ser capaz de salvar las cuentas de las entidades financieras con los planes de pensiones privados en su segundo año de recorte fiscal a las aportaciones. Un doble ‘hachazo’ que perpetró el ministro José Luis Escrivá para favorecer a los planes de empleo y cuyas graves consecuencias ya se dejan notar en los individuales.
En 2021, cuando se redujo el límite máximo de aportación deducible anualmente en el IRPF de los 8.000 a los 2.000 euros, los planes de pensiones privados sufrieron su primer revés histórico, convirtiéndose en el primer año de la serie con salidas netas de dinero, que alcanzaron los 92 millones de euros.
En el presente ejercicio, donde el límite máximo de aportación se ha vuelto a rebajar hasta los 1.500 euros, las cosas no han hecho sino ir a peor. Hasta noviembre, los planes individuales arrastran prestaciones netas de 607 millones, casi siete veces más que en todo 2021 y el doble que por las mismas fechas del pasado curso, cuando había 300 millones de flujos negativos.
Las proyecciones de la industria financiera son muy desalentadoras aun teniendo por delante los últimos 15 días de campaña comercial en los bancos y las aseguradoras. Tradicionalmente, son en estos días cuando los grupos dan el último empujón para vender a sus clientes planes de pensiones por Navidad, aprovechándose de la paga extra que suelen proporcionar las empresas a sus trabajadores.
Para darle la vuelta a los números rojos, tendrían que recibir en el solo mes de diciembre aportaciones netas similares a las acaecidas allá por 2019 o 2020, años en los que el acelerón comercial de la banca se tradujo en entradas de 978 y 899 millones de euros, respectivamente, con datos de Inverco.
Tendencia bajista
Pero esto parece harto complicado dada la tendencia decreciente que presenta el interés de los ahorradores por estos vehículos financieros para la jubilación una vez el Gobierno ha retocado su fiscalidad a la baja.
En diciembre de 2021, año del primer recorte, las aportaciones netas de ese decimosegundo mes se minimizaron hasta los 205 millones, 4,5 veces menos que 12 meses antes. Todo parece indicar, por tanto, que estos productos van a llevarse un duro correctivo en su segundo año de debilitamiento fiscal.
Y, para más inri, los nuevos fondos públicos de pensiones de empleo que ha promovido Escrivá tampoco parecen convencer a las partes interesadas. Como publicó este periódico, sólo el 8% de entidades cree que los nuevos vehículos colectivos crearán más ahorro para la jubilación.