El plantón de Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, ante el Comité digital, de cultura, medios y deporte del Reino Unido no sentó nada bien a los reguladores de hasta nueve países que esperaban escuchar las explicaciones del máximo responsable de la red social. Ese malestar elevó el tono de las preguntas que tuvo que responder Richard Allan, vicepresidente de Políticas Públicas de la compañía.
Especialmente duro fue Charlie Angus, regulador canadiense, quien no excusó a Zuckerberg y reclamó su presencia en varias ocasiones. De hecho, criticó que “mientras estamos jugando en nuestros móviles y aplicaciones, nuestras instituciones democráticas han sido trastocadas por unos chicos millonarios de California”.
“Me siento avergonzado”, llegó a declarar Allan al ser preguntado sobre la inacción de la red social ante las publicaciones que alimentaban el odio a los musulmanes en Sri Lanka. El gobierno del país no tuvo más remedio que bloquear la plataforma.
Interferencia rusa
Los documentos de carácter privado a los que el parlamento británico tuvo acceso fueron protagonistas de una reunión en la que el objetivo principal era que Facebook expresara sus planes ante la era de las fake news. Pero hubo tiempo para otros temas. Entre esos papeles, Damian Collins, parlamentario tory, encontró la declaración de un ingeniero de la compañía que alertaba a la cúpula de Facebook de robo de datos desde IPs de origen ruso en 2014.
Allan no respondió, pero Facebook argumentó que “después de esa alerta, se investigó y no se encontró ninguna prueba de actividad rusa sospechosa”. El vicepresidente de Políticas Públicas de la red social admitió que se han cometido errores y señaló que la compañía es consciente de que se ha “dañado la confianza del público por algunas de nuestras acciones”.
La investigación en el Reino Unido se inició tras el escándalo de Cambridge Analytica en el que se filtraron datos de alrededor de 87 millones de usuarios. Facebook no levanta cabeza y este martes sus acciones cayeron más de un 1% en la bolsa de Wall Street.