"Marley estaba muerto; eso para empezar. No cabe la menor duda al respecto". Así empieza el Cuento de Navidad de Charles Dickens y así comienza también este artículo. Y es que, como cada año y como Ebenezer Scrooge, la actualidad informativa me obliga a acompañaros en un viaje a las Navidades pasadas, presentes y futuras. Todo para comprobar el impacto en vuestras vidas de las subidas de precios de las operadoras de telecomunicaciones.
Empezaremos nuestro viaje acompañados por el fantasma de la Navidad del Pasado, aquel que Charles Dickens describía como una especie de niño fornido al que le salían luces de la coronilla.
Atravesemos la pared para viajar a finales del año 2008, un tiempo en el que había dúos, tríos, los ingresos medios por usuario de voz -¡sólo de voz!- estaban cerca de los 25 euros, y no existían ni Fusión ni los paquetes convergentes. Mira allí, en la redacción del diario Expansión. Javier Montalvo escribe que la Telefónica de Alierta ha lanzado las agresivas ofertas de Trío Conexión Imagenio, que ofrecían a los clientes acceso a Internet, teléfono y televisión desde 43,9 euros al mes.
Ten en cuenta que la tarifa móvil va aparte. En 2009, Movistar lanzaba su tarifa ‘Simple’, que ofrecía 9 céntimos el minuto -10,4 con IVA- a cualquier hora y a cualquier operador. Eso sí, era válida sólo para clientes con contrato, tenía un establecimiento de llamada de 15 céntimos -17,4 céntimos con IVA- y obligaba a tener un contrato mínimo de 9 euros al mes. Fusión no llegará hasta el año 2012.
Y a eso hay que añadir los contenidos. Bienvenidos a un mundo en el que tienes que esperar a que pongan las series cuando a las televisiones les dé la gana. Un mundo con anuncio. Uno en el que Telecinco aún no se ha fusionado con Cuatro. En el que los precios de un partido de pay per view ascienden a 15 euros. Por ese mismo precio, en julio de 2009 nacerá Canal+ Liga, que de daba ¡dos partidos de cada jornada a la semana! ¡siempre uno de ellos del Madrid o del Barcelona!
Ah, por cierto, acaba de empezar la peor crisis económica que han vivido muchos españoles.
¿No quieres ver más horrores? Vuelve, pues, a tu hogar, y espera la llegada del segundo fantasma.
Estrofa dos
Y aquí llega, el espíritu de la Navidad del Presente, sin más sombrero que “una guirnalda de acebo salpicada de brillantes carámbanos”.
Recorremos las calles de Madrid, llenas de gente que habla y navega por precios antaño considerados imposibles. ¿No quieres hablar de Movistar o de O2? La operadora rumana Digi tiene fibra de 500 Mb, 40 GB para navegar en el móvil con 4G, llamadas de móvil y fijo ilimitadas y 500 minutos internacionales, todo en redes Movistar, por 45 euros, IVA incluido.
¿No te gustan las nuevas tarifas de Movistar? Puedes contratar servicios más baratos de éste u otro operadores. Muchos dan un servicio espléndido, el ADSL es un recuerdo de antaño y ya nadie recuerda el RDSI. ¿No quieres los canales ni las ofertas que ofrece Movistar? No pasa nada, vete a otro operador y consigue plataformas como Netflix, Amazon Prime, HBO, Filmin, Rakuten, Sky o incluso Flixolé. Incluso parece probable que en unos meses puedas tener el fútbol y las motos a través de DAZN.
Lo más importante es que las permanencias han desaparecido a poco que hayas negociado bien, que los teléfonos no están bloqueados para ser utilizados en un operador, que eres libre de hacer lo que quieras con tu factura. Puedes acusar a Movistar de subir sus precios, o criticar a su competencia si hace lo mismo, pero lo harás en uno de los países con mejores redes de telecomunicaciones del mundo y tendrás ocasión de cambiar sin demasiado trastorno.
De hecho, cuando Movistar u otros operadores te suben los precios te sientes mal, pero no tanto cuando impiden que te vayas con ofertas agresivas de las que te beneficias. Tampoco sueles pedir que te cambien a modelos con menos servicios. Muchas veces pagas porque te ofrecen más cosas. Es el “más por más” que enuncia José María Álvarez-Pallete. Un Netflix por allá, más gigas para compartir, una línea extra de móvil…
¿No quieres nada de esto? ¡Cambias de operador en un periquete! Ya se han olvidado los tiempos en los que Jazztel no conseguía que los técnicos de Telefónica les abriesen las centrales para poner en marcha el bucle desagregado.
Quejarte está bien, pero pagas menos que nunca por cosas que hace diez años no estaban en tu mano.
Estrofa tres
El fantasma nos devuelve a casa y esperamos a su hermano de la Navidad del Futuro. “Envuelto en un ropaje de profunda negrura que le oculta la cabeza, el rostro, las formas, y sólo deja a la vista una mano extendida”, le acompañamos para descubrir el futuro de las telecomunicaciones.
Y descubrimos, aunque no recordamos con detalle lo que hemos visto, que la tecnología sigue evolucionando, que cada vez tienes más avances a tu disposición, que la combinación entre regulación y mercado ha dado sus frutos y que en el futuro tendrás más cosas que nunca pagando lo mismo. O menos.
Recuerdas vagamente ver a MásMóvil adquirida por un operador extranjero que quiere tener presencia en España, y a los grandes invirtiendo como siempre. Eso sí, no ves el fútbol por ninguna parte. Quizá esté todo ya a través de Internet.
Crees haber visto a la gente hablar sin interlocutor en sus coches eléctricos autónomos. Quizá se dirigían a sus implantes. Intuyes los asistentes digitales que guían sus vidas y presientes la omnipresencia de los robots conectados y las consecuencias que han tenido sobre la economía y la sociedad. Recuerdas haber leído el término yihad butleriana.
Todas esas cosas se te borran de la retina nada más volver de tu viaje. El fantasma no nos ha otorgado la gracia de la memoria porque, a diferencia de lo que le sucedía a Ebenezer Scrooge, no podemos hacer nada para cambiar nuestro futuro, más allá de vivirlo.
Así que te dejo en casa. La próxima vez que veas en un telediario una noticia sobre las nuevas subidas de precios en telecomunicaciones, te acordarás de este extraño viaje navideño. Como sus lecciones han calado, sonríes y cambias de canal.