Las cuatro grandes tecnológicas estadounidenses, las llamadas GAFAs (Google, Amazon, Facebook y Apple) pagan una birria de impuestos en España. Eso era vox populi desde hace tiempo. Lo que nunca habíamos sabido hasta ahora era la cantidad de impuestos que han escamoteado a las arcas nacionales. Sin embargo, existe una metodología que permite definir cuántos millones en impuestos han dejado de pagar en nuestro país utilizando sus mecanismos de ingeniería fiscal.
Fiscalistas consultados por EL ESPAÑOL han establecido un sistema de cálculo según el cual se determina que estas cuatro compañías dejaron de ingresar entre 340 y 520 millones de euros en impuestos sobre los ingresos que generaron en nuestro país en 2017.
Resulta casi imposible saber cuántos ingresos generan realmente estas empresas en España. Aunque facturan sus principales servicios desde Irlanda -un país que practica un dumping fiscal legal, con tipos mucho más bajos que los españoles- sí es posible hacer suposiciones con una base bastante sólida. Un cálculo que se efectúa bajo la premisa de que los impuestos deben pagarse en el país donde se consumen los servicios (tributación en destino), no en el que teóricamente lo presta (tributación en origen), como sucede ahora en Europa.
Google, buscador de ahorros fiscales
Para entender esta metodología utilicemos como ejemplo a Alphabet, la matriz de Google. La estadounidense facturó 98.329,3 millones en todo el mundo en 2017, siguiendo una trayectoria ascendente que le ha llevado a casi triplicar sus ingresos desde los 35.827,3 millones que contabilizaba cinco años atrás, en 2012.
¿Qué cantidad de esa facturación corresponde a España? Si tomamos como base el peso de España en la economía mundial, cercano siempre al 2%, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), y lo extrapolamos, nos da un resultado en el que los ingresos correspondientes a España de Alphabet en 2017 fueron de casi 1.900 millones de euros. Si suponemos que su margen de beneficios fue similar al que tiene a escala global, nos encontramos con un ebitda de 515,7 millones.
Google pagó en España sólo 9 millones de euros en impuestos ese año. Con los beneficios que obtuvo, tendría que haber pagado entre 113,4 millones y 180,5 millones, dependiendo de si nos ceñimos a una tasa del 22%, el promedio global, o al 35% que pagó Google España en 2017.
En todo caso, es importante señalar que Google pagó parte de esos impuestos en Irlanda, a través de una estructura fiscal que se conoce como “doble irlandés con sandwich holandés”. Los impuestos de lo que se genera en cualquier país europeo pasan a Irlanda, de ahí a Holanda y, desde Holanda, a Bermudas. En 2017, Google utilizó esta técnica para 'mover' 22.700 millones de dólares al paraíso fiscal.
Facebook, ¿no querías regulación?
La compañía que dirige Mark Zuckerberg, con todos sus escándalos a cuestas, con su algoritmo racista y sexista, con las contraseñas de los usuarios dando vueltas por sus oficinas, con los exdirectivos de Instagram y WhatsApp denunciando sus malas prácticas, con un antiguo mentor del propio Zuck denunciando su política corporativa y con su relación sobradamente demostrada con el crecimiento de movimientos de odio y la expansión de las fake news, dice ahora que quiere regulación. Pero podría empezar por pagar los impuestos que le tocan.
La compañía facturó en todo el mundo más de 36.000 millones en 2017, con un ebitda de 18.267 millones y un margen colosal: el 51%. De esa suma a nuestro país le correspondieron alrededor de 695,9 millones. Los cálculos a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, y pese a que según sus márgenes se embolsó más de la mitad de esa suma totalmente limpia, nos dicen que debería haber pagado entre 62,2 y 105.5 millones. pAbonó sólo 0,3 millones en impuestos, según las cuentas que depositó en el registro mercantil.
La compañía ha afirmado, eso sí, que está dispuesta a pagar impuestos en países como España y que dejará de seguir desviando dinero a la hacienda irlandesa, pero a partir del ejercicio 2019, lo que supone que tardaremos aún años en ver cómo se recoge dicho “cambio” en sus cuentas. Eso será si lo hace de verdad, y no tarda tanto como está tardando en poner en marcha mecanismos de transparencia de cara a las elecciones generales en España.
Amazon y sus filiales
La compañía que dirige Jeff Bezos, recuperada del susto del divorcio de su fundador, sigue viento en popa y a toda vela. Si en 2012 ingresaba menos de 50.000 millones al año, en 2017 fueron más de tres veces más: 157 millones. Aunque como vende cosas “de verdad”, su margen de beneficio operativo es mínimo en comparación con los del resto de GAFAs: un 2%. Una cifra que hace que sus rivales se revuelvan y acusen a Amazon de practicar el dumping para monopolizar el mercado.
Eso hace que, aunque los cálculos hablan de una facturación superior a los 3.000 millones en España, el ebitda sea sólo de 65,3 millones y la suma a pagar oscile entre los 17,6 y los 23,5 millones de euros. Parece razonable, ¿verdad? El problema es que sus cuatro filiales (Amazon Spain Services, Amazon Web Service Spain, Amazon Fulfillment y Amazon Online) pagaron sólo 1,9 millones en impuestos, así que les queda “pendiente” una factura de entre 15,7 y 21,6 millones.
Apple, pay
En el caso de Apple nos encontramos con una empresa que facturó en todo el mundo 207.280,4 millones en 2017, con un ebitda de 57.443,4 millones. Según el cálculo utilizado, los ingresos correspondientes a España alcanzaron los 3.399,4 millones de dólares. Descontando los 13 millones que pagó en España en 2017 de impuestos, saldrían pendientes de abonar impuestos por entre 156,6 y 222,5 millones.
Sin embargo, es importante resaltar un matiz. Aquí la metodología tiene un problema y es que, aunque podemos imaginar que en los casos de Facebook, Google y Amazon el peso de la economía es una forma muy razonable de hacer una estimación de ingresos en España, en el caso de Apple es un poco más complicado.
Y es que aquí tiene una importancia mayúscula la cuota de mercado de iPhones, tabletas y ordenadores de la compañía de la manzana. Y es justo reconocer que en España esta cuota es considerablemente inferior a la que vemos en EEUU o Reino Unido. Si bien es cierto que son dispositivos con una vida útil bastante larga, especialmente en el caso de las tabletas, y que el parque de dispositivos es algo mayor que la cuota de mercado estricta que reflejan las consultoras.
Por lo tanto, podemos imaginar que la cuota fiscal justa que le correspondería a la empresa que dirige Tim Cook estará, probablemente, en la parte baja de la horquilla, si bien muy por encima de los 13 millones de euros que pagó en 2017.
Esperando a Godot (y a la OCDE)
En teoría, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está trabajando para fijar normas equilibradas entre los 35 países más ricos del mundo y, supuestamente, deberían aplicar cambios a los servicios digitales. “Los países y las jurisdicciones aumentarán sus esfuerzos para alcanzar una solución global al debate, cada vez mayor, sobre cómo aplicar impuestos a empresas multinacionales en una economía que se digitaliza cada vez más rápido”, señalaron.
Por supuesto, los departamentos de asuntos públicos de estas empresas confían en los esfuerzos de la OCDE y desconfían de cualquier cambio que se realice sólo en Europa o a escala nacional. Especialmente cuando está tan mal concebido como la tasa digital, de imprevisibles consecuencias, que estuvo a punto de aprobar Pedro Sánchez.
¿Y por qué confían en la OCDE? En parte, porque es mejor esperar a que la OCDE emita un informe en 2020 -eso si no se retrasa aún más-, para que luego pueda ser traspuesto en forma de directiva y que luego los países la apliquen. Como poco, ganan tiempo. Y en parte porque saben que la Unión Europea está siendo especialmente cuidadosa con esta cuestión por miedo a una guerra comercial. El hecho de que EEUU pague más del 20% del presupuesto de la OCDE también la convierte en el árbitro favorito de este grupo de empresas estadounidenses.
Tampoco ayuda que los pequeños comercios y start-ups europeos podrían verse penalizados si, de repente, subiesen los precios de determinados servicios. Debido a las posiciones dominantes de las GAFAs, una pequeña compañía europea podría debilitar más su posición frente a una de EEUU si tiene que pagar más a Google o a Facebook por la publicidad y a Amazon por el uso de los servidores.
También puede ser que Donald Trump sea útil para algo. Las compañías estadounidenses, tras la aprobación de nuevas normas fiscales por parte del presidente estadounidense para la repatriación de fondos a tipos reducidos, han devuelto a EEUU un total de 465.000 millones, con un pago único a tipos de interés de entre menos del 8% y algo más del 15%.
Esto supone sólo una sexta parte de los más de los tres billones de dólares que las compañías atesoran fuera de EEUU. Apple, por ejemplo, anunció que devolvería a EEUU 38.000 millones de dólares, más de un 15% de la cantidad que tiene acumulada en el extranjero.
Sin embargo, un impuesto de sociedades más competitivo en EEUU y una normalización en Europa de la situación, eliminando el dumping fiscal entre países de la UE, podría ayudar a eliminar estas desigualdades y evitar el recurso a los paraísos fiscales.
Aunque las compañías se escudan siempre en que lo que hacen es “legal”, muchos de sus clientes consideran que no es ético, y esto supone una constante fuente de dolores de cabeza para estas compañías en su relación con las sociedades a las que prestan servicios.
Teniendo en cuenta que cada vez tienen un peso mayor en nuestras vidas y en nuestras economías, lo lógico es que también terminen teniéndolo para aumentar la recaudación de los países en los que operan y cumplir su parte en el mantenimiento del Estado del Bienestar.