Pintan bastos en Twitter. La compañía lleva varias semanas en el ojo del huracán por la arremetida del fondo activista Elliot y su intención de sustituir a su CEO Jack Dorsey, a quien responsabilizan del irregular desempeño de la tecnológica en bolsa.
No obstante, la sangre no ha llegado al río... de momento. Este lunes el fondo liderado por Paul Singer y la firma de capital riesgo Silver Lake han firmado una paz momentánea mediante la cual han acordado que ambas ocuparán un sillón en el consejo de administración manteniendo a Dorsey como máximo ejecutivo.
Del mismo modo, se ha acordado que Silver Lake invertirá 1.000 millones de dólares que la red social destinará para financiar un plan de recompra de acciones de 2.000 millones. El tercer punto del pacto es que las dos compañías se han comprometido a buscar un ejecutivo independiente que dirija en el futuro los destinos de Twitter.
Es así como Dorsey sigue en el máximo sillón, pero solo hasta que se le encuentre un sustituto que lleve el día a día de la compañía, tras lo que si situaría en un cargo de presidente aunque ya sin plenos poderes.
El fondo activista Elliot irrumpió en Twitter tras invertir 1.000 millones de dólares. Fiel a su tradicional hoja de ruta y buscando la máxima rentabilidad de su inversión, puso sobre la mesa la salida de Dorsey argumentando que una empresas profesionalizada necesita una gestión independiente.
Empresas tecnológicas
Dorsey es consejero delegado tanto de Twitter como de la empresa de medios de pago Square, algo insólito en Wall Street. Según Elliot esta situación ha frenado el potencial de crecimiento de la acción de Twitter. Por ejemplo, la compañía solo creció un 14% en 2019 frente al 52% de Facebook, el 30% de Google y el 35% de Amazon.
Twitter es la penúltima presa de Elliot, un fondo activista que busca la rentabilidad de sus inversiones a cualquier precio y para ello no le tiembla la mano cambiando equipos directivos y descapitalizando las empresas en las que participa.
Elliott es uno de los mayores fondos de inversión del mundo con una cartera de 35.000 millones de euros y también uno de los más activos y temidos. “Duros, agresivos, con vocación de influir en la gestión y no tienen miedo de ir a los tribunales si no logran sus objetivos”. Así define un broker madrileño.
Rumores de Telefónica
En diciembre de 2018 se especuló con su entrada en Telefónica aprovechando la debilidad de su acción, aunque finalmente no ejecutaron su desembarco. Bayer, Pernod Ricard, Telecom Italia, ThyssenKrupp, Tata Steel, Hyundai. Argentina y el AC Milán, son solo algunas de sus inversiones.
“Desde el punto de vista de los accionistas buscan, como cualquier otro fondo, maximizar la rentabilidad, pero desde una presión muy activa y directa sobre el management. Además utilizan todas las herramientas a su disposición para sacar adelante sus proyectos. De esta manera, cualquier desviación en lo que consideran un purísimo sentido de la gobernanza termina en los tribunales”, indica un inversor español con experiencia en mercados internacionales.
“En todas las empresas por las que pasan realizan planes de ajuste importantes, hacen mucho ruido mediático y realizan desinversiones que generan valor para el accionista, el problema es que esto muchas veces resta valor y genera un coste en el mediano y largo plazo”, indica otro analista del mercado internacional a este periódico. Y no les tiembla la mano si de trocear empresas se trata.