Google intenta tumbar en el Tribunal General de la Unión Europea (TJUE) la multa récord de 4.340 millones de euros que le impuso Bruselas por abusos monopolísticos con su sistema operativo móvil Android, la más alta de la historia. Este lunes ha comenzado en Luxemburgo la vista pública del recurso interpuesto por el gigante estadounidense, que se prolongará durante toda la semana dada la complejidad de los argumentos en juego. La sentencia final del TJUE todavía tardará meses.
El Ejecutivo comunitario impuso esta sanción histórica en julio de 2018 tras concluir que Google obligaba a los fabricantes de teléfonos inteligentes a preinstalar sus propias aplicaciones, como el buscador Google Search o el navegador Chrome, con el fin de fortalecer su posición dominante y expulsar a sus rivales del mercado. En aquel momento, alrededor del 80% de móviles y tabletas de la UE funcionaban con Android.
Para tratar de anular este multazo, Google ha presentado ante el TJUE un total de seis argumentos centrales, según figura en el informe para la vista al que ha tenido acceso este periódico. Dos son los más importantes. En primer lugar, el gigante estadounidense sostiene que no ocupa una posición dominante en el mercado de sistemas operativos móviles. Al contrario, compite directamente con Apple, que no licencia su sistema operativo móvil iOS, y al mismo tiempo no tiene control sobre el código de Android por su naturaleza abierta.
En segundo lugar, Google alega que la obligación impuesta a los fabricantes de móviles de preinstalar Google Search y Chrome si quieren contar en sus aparatos con Google Play Store (la tienda de apps de Google) no constituye una política abusiva y tiene un impacto muy limitado en la competencia. "La preinstalación no confiere ninguna ventaja significativa en la era de las descargas instantáneas", asegura el gigante estadounidense.
En contraste, Bruselas defiende que la preinstalación crea un sesgo a favor del statu quo. Los usuarios que encuentran aplicaciones de búsqueda y navegación preinstaladas en sus dispositivos probablemente continuarán utilizando esas aplicaciones y no descargan otras rivales. Según sus datos, en los dispositivos Android con Google Search y Chrome preinstalados, más del 95% de las búsquedas se hacen con Google Search.
Con el fin de apuntalar sus tesis ante el TJUE, Google ha reclutado el apoyo de seis asociaciones y compañías tecnológicas, que intervienen a su favor en la vista. Entre ellas la Alianza de Desarrolladores de Aplicaciones (ADA, por sus siglas en inglés), la Asociación de la Industria de la Informática y las Comunicaciones (CCIA) o el navegador de internet Opera.
También la Comisión Europea cuenta en este caso con el respaldo de otras seis asociaciones que combaten a Google, en particular la Organización de Consumidores Europeos (BEUC), el motor de búsqueda francés Qwant o la asociación FairSearch, entre cuyos miembros figuran Oracle, Napsters y TripAdvisor.
Google acumula ya una cifra récord de 8.250 millones de euros en sanciones de la Unión Europea por sus abusos monopolísticos en el mercado comunitario. Aparte del caso Android, el Ejecutivo comunitario ha sancionado al gigante estadounidense por su servicio de comparación de precios (Google Shopping) y por la plataforma de publicidad online AdSense for Search.
En todos los casos, Google ha recurrido las sanciones ante el Tribunal General de la UE, que es ahora el que tiene la última palabra a la hora de anular estas multas o rebajar su importe.