Abrimos ChatGPT y le preguntamos si cree que los diferentes servicios de inteligencia artificial (IA) pueden acabar con empleos humanos. ¿Respuesta? "La IA y la automatización pueden tener un impacto significativo en el mercado laboral en el futuro. Es posible que algunos puestos de trabajo sean reemplazados por máquinas y algoritmos que pueden realizar tareas más rápido, más precisa y más eficientemente que los humanos".
Es decir, la propia inteligencia artificial reconoce que en un futuro podría sustituir o afectar a muchos de los actuales trabajadores. OpenAI, involucrada en el desarrollo de ChatGPT, asume en un paper que cerca del 19% de los puestos de trabajo podrían verse impactados. Una cifra que Goldman Sachs lleva un paso más allá y muestra cómo cerca del 25% de los trabajadores en Estados Unidos tendría algún tipo de afectación por la automatización.
La cifra es muy similar en Europa, según el banco de inversión. Sus cálculos dicen que cerca de 300 millones de puestos de trabajo podrían transformarse radicalmente por la llegada de estos nuevos sistemas de inteligencia artificial en todo el mundo. Y en contra de lo que se podría pensar, a mayor cualificación, más riesgo.
En Estados Unidos, Goldman Sachs estima que el 46% de los empleos en la rama administrativa está expuesta a la inteligencia artificial. El 44% de la rama legal también, mientras que en el caso de las ciencias físicas o sociales el porcentaje se reduce al 37%.
Se asemeja así al diagnóstico que lleva a cabo la propia OpenaAI en su paper en el que señala, además, que matemáticos, asesores financieros, gestores de impuestos o traductores tienen un 100% de posibilidades de verse impactados por la inteligencia artificial.
Hablamos de tareas en las que una máquina con buen aprendizaje podría sustituir a un ser humano resolviendo así desde cálculos complejos en pocos segundos a rellenar una declaración de la renta y presentarla, o hacer una traducción simultánea en tiempo real y casi sin retardo respecto al ponente.
La situación en Europa no es muy distinta. Goldman Sachs señala a los administrativos como el puesto de trabajo con mayor exposición a la inteligencia artificial. A continuación, le sigue la categoría de profesionales, los técnicos y los cuadros directivos.
En lo que existe una cierta coincidencia en los estudios es que los puestos de trabajo que son más manuales o que requieren de un cierto pensamiento crítico no se van a ver tan impactados.
Así por ejemplo, en el caso de Europa, Goldman Sachs calcula que el 4% de los empleos artesanos o el 7% de los puestos de trabajo de operadores de máquina o ensambladores van a verse expuestos a la inteligencia artificial. Un diagnóstico similar al que hace para los Estados Unidos.
¿Cuánto tardará en llegar a ser preocupante la situación? Todo dependerá del ritmo de adopción de la IA en los distintos sectores. Ahora bien, desde OpenAI tienen claro que, por ahora, el miedo a la sustitución debe quedar aparcado. La teoría es que aquellos empleos con mayor exposición podrán centrarse en otras tareas que sean más productivas y, por tanto, mejorar en eficiencia.
Dice la propia OpenAi que es "evidente" que la inteligencia artificial permitirá ganar eficiencias en los puestos de trabajo. Pero también que no pueden ignorarse otros factores "sociales, económicos y normativos" que también pueden influir en los resultados de la productividad laboral.
De hecho, en este momento, una de las preocupaciones de los programadores y diseñadores de herramientas como ChatGPT es tratar de corregir los sesgos que tienen los algoritmos, así como los propios límites que todavía presentan.