Ibai Llanos, Dulceida o el Xokas entre los 36 influencers que se han inscrito al Registro Estatal de Prestadores del Servicio de Comunicación Audiovisual creado por el Gobierno.
Los creadores tienen que facturar más de 300.000 euros brutos con sus redes sociales y contar con más de un millón de seguidores para inscribirse en dicho registro.
El Rubius, Jordi Wild, Nuria Roca o Tamara Falcó también se encuentran en el nuevo registro de creadores o base de datos dependiente de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC).
Llama la atención que no se encuentren dentro de la lista de los inscritos María Pombo que cuenta con más de 3 millones de seguidores en Instagram y Violeta Mangriñan que tiene 2,4 millones de seguidores en la misma red social
El pasado 2 de julio vencía el plazo para inscribirse en el Registro Estatal de Prestadores Audiovisuales como "usuarios de especial relevancia".
Cabe destacar que para ser considerado "usuario de especial relevancia" los requisitos tienen que ver con los ingresos que obtienen por su actividad, su audiencia y su nivel de actividad.
En cuanto a la facturación, entrarán en la categoría de usuarios de especial relevancia los influencers que hayan registrado unos ingresos anuales superiores a 300.000 euros derivados del conjunto de su actividad audiovisual en el año anterior.
También deberán superar el millón de seguidores en una única plataforma de intercambio de vídeos o dos millones de seguidores en el global de su actividad, así como haber publicado o compartido 24 o más vídeos al año.
A partir del momento de inscripción tendrán que cumplir con la normativa en materia de protección de menores y de publicidad en el ámbito audiovisual, lo que supone homologar las obligaciones de estos usuarios a la del resto de agentes audiovisuales, como plataformas y canales de televisión comercial.
Protección de menores
En cuanto a la protección de menores, deberán etiquetar su contenido por edades, así como usar herramientas de identificación digital si el contenido es inapropiado. Todo ello a partir de un código de conducta que tendrán que acordar con los reguladores correspondientes, el Ministerio para la Transformación Digital y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Respecto a la publicidad, entre las obligaciones que asumirán los usuarios de especial relevancia se encuentran la identificación expresa de los espacios publicitarios, no hacer publicidad de tabaco, medicamentos o alcohol y no emitir anuncios que puedan causar perjuicio físico o mental a los menores.