Juan Galiardo (Uber): "Esperamos estar en niveles precovid-19 a finales de año"
El director general de Uber en España es optimista en cuanto a la recuperación del sector de las VTC, ahora que la guerra con el taxi parece haber terminado y se tiende, además, hacía nuevas pautas de movilidad.
21 septiembre, 2020 02:18Noticias relacionadas
A sus 32 años, Juan Galiardo (Santa Cruz de Tenerife, 1988) es desde hace casi tres el director general de Uber en España. La compañía se ha visto obligada a prescindir del 14% de sus empleados en todo el mundo, 3.700 trabajadores, mientras que en nuestro país ha sido al "30% de la plantilla" a quien ha afectado un ERE propiciado por la pandemia de la Covid-19.
Pese a ello, Galiardo es optimista y cree que Uber ha sabido sobreponerse a las dificultades. Por eso confía en que la compañía pueda recuperarse en España antes de que acabe el año.
¿Cómo le ha afectado la pandemia a Uber en España?
Hemos tomado todas las medidas de seguridad, se han limpiado todas las superficies de alto contacto y utilizamos tecnología para intentar garantizar que los viajes se realicen de forma segura. Por eso, viendo un poco cuando les preguntamos a nuestros usuarios qué valor tienen del sector y de Uber en particular, esta respuesta está siendo muy buena y por eso vamos a ser optimistas. Si la pandemia lo permite, si no hay nuevas restricciones, la recuperación va a continuar por buen camino y a finales de año estaremos en niveles similares a los de antes de la Covid.
¿Cuál ha sido la carga de trabajo durante estos meses?
Fuimos designados como servicio esencial y eso permitió que muchos de nuestros recursos siguiesen funcionando. Nos dimos cuenta rápidamente de que había algunos segmentos que sí que tenían que moverse durante el confinamiento, como por ejemplo el personal sanitario, y ahí fue donde pusimos todo nuestro foco. Llegamos a una colaboración con la Comunidad de Madrid para que el personal sanitario pudiese moverse del hospital a casa de manera gratuita, y nos volcamos. A nivel de volumen la demanda había caído un 80% o un 90%, y pusimos todos nuestros esfuerzos en poner nuestro granito de arena en ese espectro.
La parte de comida a domicilio fue un poco en la misma línea de arrimar el hombro. Como la colaboración con Save de Children, gracias a la cual le hicimos llegar artículos de primera necesidad a familias vulnerables que lo estaban pasando mal y que lo siguen pasando mal. A nivel global, lógicamente el sector se había resentido mucho, pero en Uber seguimos trabajando aún más. Esos son los tres meses que más he trabajado en los seis años que llevo en Uber porque sin duda había mucho que hacer.
Llegamos a un acuerdo para una reducción del 30% de la plantilla, que aproximadamente ha afectado a unas 30 personas. Ha sido la fase más complicada en el tiempo que llevo como director en Uber.
Pese a todo, Uber España se ha visto afectada por un ERE, ¿en qué términos?
Nos vimos en la difícil situación de tener que adaptar nuestra estructura y nuestro equipo a la nueva realidad del negocio, y la nota positiva es que llegamos a un acuerdo con los representantes de los empleados para una reducción del 30% de la plantilla, que aproximadamente ha afectado a unas 30 personas. Ha sido la fase más complicada en el tiempo que llevo como director en Uber, pero entendemos que era un ajuste necesario para garantizar el servicio y adaptarnos a un nuevo contexto de Covid.
¿Por qué un ERE y no un ERTE?
Entendimos que era más factible un ERE que un ERTE. Después de analizarlo en profundidad era la mejor solución en nuestro caso, lamentablemente.
Uber es una compañía muy diversificada, ¿hacia dónde va ahora el negocio?
La diversificación es una de nuestras armas. Conozco más la parte de movilidad, aunque la comida a domicilio ha experimentado un crecimiento brutal durante estos meses. El confinamiento y la Covid han cambiado muchísimo la forma de movernos y la forma en que nos vamos a mover. Hay nuevos usos que se han visto afectados, por ejemplo los desplazamientos al aeropuerto, que fueron casi inexistentes; o todo lo que tiene que ver con el mundo de la noche y el ocio nocturno.
Pero al mismo tiempo hemos visto un uso que ha aumentado muchísimo y donde tenemos que seguir invirtiendo, que son los viajes que se hacen a las oficinas, que ya no se harán diariamente, serán semanales o cada dos semanas. En ese uso corporativo de ir a la oficina hemos visto muchísimo interés por parte de empresas y queremos ayudarles a gestionar la movilidad de sus empleados de una forma más segura.
¿Cómo van a hacerlo?
Confiamos en seguir invirtiendo en esto y que hacerlo ayude un poco a compensar las caídas que puede haber en otros ámbitos, igual que otra de las áreas en la que vamos a invertir mucho, no tanto en la oferta pero sí en la demanda, que es en el sector del taxi. El sector de la movilidad ha tenido un impacto muy importante con la Covid. Para nosotros el taxi ya era una gran prioridad a nivel mundial y España era probablemente uno de los países pioneros en Europa y en el mundo en apostar por el taxi.
En ese uso corporativo de ir a la oficina hemos visto muchísimo interés por parte de empresas y queremos ayudarles a gestionar la movilidad de sus empleados de una forma más segura.
¿Cómo es la apuesta por los que antes eran sus 'enemigos'?
En Madrid hicimos una apuesta muy decidida y muy valiente, de integrar el taxi de verdad dentro de Uber. Así que ahora cuando abres la aplicación de Uber en Madrid y pinchas para pedir un coche te puede venir indistintamente un taxi o un VTC, te viene el coche más cercano. Pensamos que el color del coche no importa, porque el cliente lo que quiere saber es lo que va a pagar de antemano y hacer una valoración de si el servicio es bueno o no.
Nosotros creemos que nuestro sistema es perfectamente compatible con el taxi, por eso hicimos esa apuesta enseguida. Desde que lo lanzamos, y sobre todo a partir de la Covid, hay muchísimo interés dentro del sector del taxi por ver cómo les podemos ayudar a aumentar sus ingresos y manejar mejor esta situación.
¿Y los taxistas acuden a ustedes confiados?
Al principio vinieron los primeros taxistas con muchas dudas. Uber era casi como el secreto mejor guardado para los taxis. Pero ahora ya hay muchísimos taxis que han adoptado Uber como un canal más para tener ingresos.
De hecho, tenemos registrados más de 700 taxis en Madrid, que es un primer buen paso. Son muchos y lo que es más importante: el nivel de uso de estos taxis ya es de unas 30 horas de media a la semana, y eso es convertir a Uber en una parte de su día a día y de su facturación.
También había muchas dudas en Uber sobre cómo iba a reaccionar un cliente que espera una VTC y le llega un taxi, pero nos hemos encontrado una repuesta buenísima que viene a confirmar que el grueso del sector del taxi da un servicio estupendo y que lo está demostrando no solo en la calle, también en la aplicación de Uber.
¿Qué espera Uber del sector del taxi?
Esperamos ser un motor de crecimiento porque queremos ser parte de la recuperación del sector del taxi y creemos que vamos a poder crecer en Madrid y en otras comunidades autónomas, como Andalucía, también de la mano del taxi.
¿Qué queda de esa habitual contienda de Uber y taxis?
Estamos llegando a acuerdos con empresas concretas que puedan ayudar a romper el hielo y conseguir que cada vez más taxis se animen a probarnos. Esa contienda histórica que hemos tenido con el sector del taxi es indudable, pero ahora el sistema está abierto a todos los taxistas que se quieran adherir. Los conductores pueden venir físicamente a registrarse o hacerlo online con su documentación. En menos de 24 horas están registrados y funcionando.
¿Qué dicen los taxistas que usan Uber?
La verdad es que ha sido estupendo escuchar a taxistas que creen que la aplicación funciona muy bien. Es normal, en Uber hay 8.000 ingenieros que trabajan cada día para que esto funcione siempre muy bien y el sector del taxi esto lo empieza a valorar. Para nosotros es estupendo que valoren nuestro sistema de atención al cliente, que no le va a dar siempre la Razón al pasajero. Vamos a poder, a largo plazo, convertirnos en un socio del sector del taxi en Madrid, Andalucía y muchas otras partes de España.
La contienda histórica que hemos tenido con el sector del taxi es indudable, pero ahora el sistema está abierto a todos los taxistas que se quieran adherir.
¿Entonces se ha acabado la guerra?
La regulación es sin duda muy importante. En Madrid, tanto la Comunidad como el Ayuntamiento tienen muy claro que la solución a ese conflicto no pasa por restringir a las VTC, y el confinamiento ha sido un ejemplo. Somos un ejemplo de la importancia que tiene el sector y de la capacidad de creación de empleo que puede tener.
La solución para los taxis no pasa por restringir a las VTC, sino por darle al taxi la capacidad de que pueda competir con las VTC, y aprovechar las nuevas tecnologías y la digitalización, las medidas de seguridad y la confianza, como lo hacemos las VTC.
Por eso creo que en ese marco regulatorio vamos a tender hacia una situación de no conflicto y de más confianza.
¿Y así ambos evitarán que se extienda el uso del coche particular?
Hay cada vez más comunidades que apuestan por nuestro modelo y poco a poco demostraremos que no hay nada contra el taxi y nunca lo hubo. Al contrario, de lo que se trata es de sumar, que es donde está el auténtico negocio. De lo contrario, la tendencia para el ciudadano puede ser volver al coche propio, efectivamente, y ahí es donde está el gran peligro porque ya hemos visto que ese modelo no funciona. Las ciudades no soportan ese nivel de congestión y de contaminación.
Por eso ahí tenemos que ir todos a una, VTC, taxis, motos, transporte público, para darle a las ciudades una alternativa a ese modelo de coche propio que vemos que no funciona.
En Cataluña nos vimos obligados a suspender el negocio por una nueva obligación regulatoria. Eso es incompatible con la esencia de lo que es el servicio de Uber, aunque seguimos abiertos a la Generalitat para encontrar una solución.
¿Cuándo integrará Uber el transporte público?
Otra gran prioridad de Uber a nivel mundial es integrar en nuestra plataforma el transporte público y probablemente en Europa en particular, donde es la gran apuesta de las ciudades. Nuestro plan era lanzar la integración primero en Madrid con metro y autobús dentro de la aplicación de Uber, para que sea una alternativa más que incluso permita comprar los billetes.
Lamentablemente la Covid nos obligó a retrasar ese lanzamiento y estamos en conversaciones con Ayuntamiento y Comunidad para ver cuál es el mejor momento de retomar ese lanzamiento. Me encantaría que pudiese ser antes de final de año, pero con una situación tan volátil no me atrevo a dar una fecha concreta. Será lo antes posible.
¿Qué ocurre con Cataluña y particularmente con Barcelona?, ¿volverá Uber, que ya se fue en 2014 y 2019?
En Cataluña, hace ahora un año y poco nos vimos obligados a suspender el negocio por una nueva obligación regulatoria, la de esperar 15 minutos desde que se solicita el viaje, que era única en Europa y en el mundo. Eso es incompatible con la esencia de lo que es el servicio de Uber, aunque seguimos por nuestro lado abiertos a la Generalitat para encontrar una solución al sector de las VTC.
¿Hasta qué punto ha beneficiado la pandemia a Uber?
Ha puesto de manifiesto, como decía antes, que el modelo de coche propio no funciona. En Uber tenemos meridianamente claro que vamos a apostar por la seguridad, que ya era una prioridad y ahora lo es mucho más. Creemos que podemos ser una fuente de creación de empleo y que esto va a ser sin duda muy importante cuando comiencen a acabar los ERTE. Podemos ser un catalizador de creación de empleo y de sostenibilidad.
De hecho, queremos que en 2025 hasta siete grandes capitales europeas, incluida Madrid, tengan por nuestra parte cero emisiones, y en 2040 ser 100% sostenibles. Esa es la hoja de ruta y en eso vamos a seguir invirtiendo, porque la pandemia está afectando a todos los negocios y debemos adaptarnos.
Somos un país de turismo. El impacto de España ha debido de ser de los más fuertes de Europa porque el confinamiento fue, junto con Italia, de los más estrictos del mundo.
¿Qué se puede hacer frente a la caída del turismo?
Es un componente muy importante de nuestro negocio mundial, que se ha visto resentido y que va a tener cambios muy estructurales. Creo que desde ahora vamos a ver menos turismo internacional y más turismo local, y ahí tenemos mucho que aportar. Hemos llegado a acuerdos para promocionar el turismo local y que puedan ser fuente de ingresos, por ejemplo para propietarios de vehículos que los cedan a cambio de una cantidad.
En esa nueva normalidad Uber va a seguir teniendo mucho que decir y vamos a seguir trabajando para adaptarnos a todos los cambios.
¿El impacto de la crisis se ha notado más o menos en España que en otros países?
Somos un país de turismo. El impacto de España ha debido de ser de los más fuertes de Europa porque el confinamiento fue, junto con Italia, de los más estrictos del mundo. Incluso inicialmente pusimos en la app que no usara el servicio a no ser que fuera absolutamente imprescindible. Pero a pesar de la dependencia del turismo, la percepción de seguridad que damos, de la que estamos muy satisfechos, nos hace ser optimistas. Eso, unido a nuestra tecnología, garantiza que se cumplan los protocolos y que podamos gestionar mejor la recuperación. La gente probablemente se siente más segura pidiendo un taxi a través de Uber porque damos confianza. Por eso también somos optimistas en cuanto a la recuperación.
¿Cuáles van a ser sus prioridades ahora?
Seguridad para pasajeros y conductores, confianza, recuperación económica y creación de empleo, además de la sostenibilidad en las ciudades. Conseguir que la Covid sea un catalizador que acelere esa transición hacia un nuevo modelo de movilidad más de proximidad y más multimodal y menos dependiente del coche propio, porque sabemos que eso no funciona.
La pandemia ha acelerado ese proceso y es una oportunidad única para replantearse el modelo, lo tenemos muy claro. Además, hemos tenido que aparcar la integración del transporte publico, que es otro objetivo a corto plazo. Pero seguro que lo conseguimos.