La digitalización ha sido, durante años, la asignatura pendiente del transporte público. Mientras otros segmentos de la movilidad han desarrollado sólidas experiencias online, la opción más usada por los ciudadanos a la hora de desplazarse por sus ciudades ha seguido viviendo en un mundo dominado por billetes y abonos físicos. Un anacronismo que parece comienza a cambiar.
La pandemia, además de ser el mayor reto al que han tenido que hacer frente los operadores del transporte colectivo, ha servido para acelerar procesos que llevaban años estancados. ¿El objetivo? Reducir los contactos con superficies y las aglomeraciones en puntos de venta y ofrecer a los usuarios la información más detallada.
Para la primera cuestión, abandonar los billetes físicos es una cuestión primordial. Un ejemplo en esta dirección lo encontramos en el sistema Cronos que va a comenzar a implementarse en los Cercanías de Madrid. Gracias a él los usuarios pueden acceder directamente al tren con sólo aproximar la tarjeta bancaria, física o en dispositivo móvil, al punto de lectura de los tornos o canceladoras, sin necesidad de adquirir previamente el billete en taquillas o máquinas autoventa.
El sistema Cronos fue implantado por Renfe por primera vez en julio de 2020, como proyecto piloto, en el servicio de Cercanías de Málaga. Desde ayer, además, estará disponible en todas las estaciones del núcleo de Madrid (con excepción de Móstoles El Soto, Santa Eugenia y Ramón y Cajal, que se incorporarán al proyecto próximamente), con el objetivo de que se extienda progresivamente al resto de núcleos de Cercanías.
Adaptación de los puntos de entrada
Este sistema, por el momento sólo válido para los billetes sencillos, admite tarjetas de crédito o débito, siempre que sean sin contacto. Para ello, se han adaptado tecnológicamente las estaciones de Cercanías con la instalación de lectores EMV (Europay, Mastercard y Visa), para el pago con tarjetas sin contacto. Se mantiene la opción, en caso de que la tarjeta no funcione correctamente o no sea la adecuada, de obtener el billete en taquillas o máquinas autoventa.
Según señalan desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, "el nuevo sistema permite acceder al andén de una forma más rápida y cómoda, ya que el viajero reduce tiempos, evitando colas para obtener el billete. Además, reduce tanto el riesgo de posibles contagios, al evitar el uso de efectivo y el contacto físico, como el tiempo en el que los viajeros permanecen en la estación para adquirir sus billetes y pasar por los tornos".
Esta iniciativa supone un primer paso dentro de una estrategia con la que Renfe pretende modernizar toda la experiencia del usuario. En esta línea, la compañía prepara un sistema de pago por uso que permitirá utilizar la tarjeta bancaria o cualquier otro medio de pago como un abono personalizado para cada cliente en función del uso de los diferentes servicios.
Sevilla apuesta por el pago inteligente
Metro de Sevilla es una de las compañías del sector de la movilidad que ya había apostado por este tipo de pagos. Hace poco más de un año el operador presentó el sistema 'Tap&Go'. Con él, Metro de Sevilla se convertía en el primer metro en España en el que se puede validar directamente un billete con tarjeta bancaria o terminal móvil.
Ahora, tras culminar la experiencia piloto, el operador ha dado un paso más. La evolución de su sistema permite viajar y pagar después. Tanto es así que los usuarios deberán abonar lo utilizado durante su día a día a final de cada mes.
Al margen de la facilidad de unificar todos los pagos en uno sólo, los usuarios que se registren en el nuevo servicio podrán beneficiarse de tarifas más económicas. Dependiendo del número de trayectos que realicen podrán utilizar el bono 'Plus 45', la opción de menor coste dentro de las diferentes opciones disponibles en Metro de Sevilla.
Google nos ayuda a elegir vagón
Pero no todo se centra en el momento del pago. La pandemia ha provocado que los usuarios demanden tener información lo más detallada posible de nivel de uso tanto de las estaciones como de los trenes. El gigante tecnológico puso en marcha el pasado verano una actualización de su aplicación Google Maps en el que los usuarios tenían acceso a información sobre lo llenos que iban los vagones del Metro.
La compañía puso en marcha predicciones de saturación gracias a la colaboración con más de 100 agencias de transporte en 100 países de todo el mundo. "Con esta información puedes decidir si quieres subir a bordo o esperar a otro tren", explicó Google en el comunicado.
La función para saber cuánta gente va en un tren y si es preferible esperar al siguiente lleva tiempo activada en España. La actualización incluye detalles para poder diferenciar, incluso, entre vagones. Google Maps genera una lista con los vagones que van más llenos de pasajeros y los que están más libres. Una función que fue muy bien acogida por parte de los usuarios y que la compañía espera extender por el resto del mundo en próximas fechas.
Así las cosas, tras años viajando siguiendo los mismos procesos que hace décadas, el transporte público se sube al tren de la digitalización. Un impulso que no parece tener vuelta atrás y que permitirá a los usuarios unificar sus experiencias físicas y digitales en una de las rutinas que más afectan a su día a día.
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