Se preparan unas Navidades calientes. A los problemas de suministro y los elevados costes de las materias primas se suma ahora la huelga de transportistas anunciada entre las 00:00 horas del día 19 de diciembre y las 00:00 horas del 22 de diciembre. Un total de tres días que no han sido elegidos al azar, sino que tienen una razón de ser: el colapso en plenas Navidades.
"Estos tres días son los suficientes para parar un país entero", reconocen fuentes del sector del transporte de mercancías por carretera. Son 72 horas en las que se produce una rotura de la cadena logística que afecta a todos los sectores de la economía, aunque algunos se ven más dañados, como la alimentación. En el peor de los casos, "en 48 horas no puedes hacer ni la compra", aseguran.
De ahí que, históricamente, en las huelgas de transporte se realice este tipo de planteamientos, explican fuentes del sector. Y para muestra un botón. En la última huelga de camioneros, que se llevó a cabo por motivos similares a la actual entre el 9 y el 15 de junio de 2008, Mercamadrid anunció que a partir del día 12 de junio comenzarían a notarse los efectos del desabastecimiento.
Pero un día antes, cuando se cumplían esos tres días, ya se confirmaba la falta de alimentos en comercios pequeños y grandes superficies. El desabastecimiento fue tal que muchos comerciantes decidieron transportar la mercancía comprada en sus propios vehículos.
Y no hay que echar la vista tan atrás. Solo hay que fijarse en Filomena y en cómo en cuestión de días parte de Madrid y de las provincias periféricas quedaron desabastecidas porque los camiones no podían entrar a repartir a las ciudades por la nieve acumulada.
El sector agroalimentario es uno de los más afectados, pero evidentemente no es el único. Hay que tener en cuenta que "un 90% de los productos que se compran llegan por carretera", señalan desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), una de las patronales presente en la mesa de negociación.
Con ello nos referimos a cualquier tipo de paquetería, materiales de construcción, vehículos, combustible para las gasolineras, medicinas para farmacias y hospitales, etc.
Además, hablamos de un sector formado por 100.000 empresas de transporte, 330.000 camiones y 600.000 empleos directos, según datos aportados por CETM. La gran mayoría son pymes y autónomos, aunque también hay grandes empresas.
Es un sector tan estratégico que puede parar un país entero o mantenerlo en los peores momentos. Con esto último nos referimos a su labor en la pandemia, donde fueron vitales para garantizar el suministro de productos.
Colapso en Navidad
Las fechas navideñas, evidentemente, tampoco han sido escogidas por casualidad. Se trata de un momento de elevado consumo. Por lo que el colapso en estas fechas provocaría una auténtica parálisis en el sector de la distribución que, de momento, se mantienen a la espera y guardan silencio ante una huelga que todavía puede resolverse.
Además, este año está marcado por la inflación y una crisis a nivel mundial de suministros que ha llevado a encender las alarmas en varios sectores por la posibilidad de desabastecimiento, especialmente de algunos productos.
De hecho, todo está relacionado. La subida del precio del combustible es uno de los detonantes de esta huelga de transportistas, que desde 2020 negocian con el Gobierno una serie de medidas para acabar con una situación límite en el sector. Cabe recordar que el carburante es la partida de gasto más grande de las empresas del sector.
Entre las reivindicaciones está la prohibición de que los conductores realicen la carga y descarga de los camiones, la no implantación de la Euroviñeta, aplicación obligatoria de la cláusula de revisión del coste del combustible y la construcción de áreas de descanso seguras para los profesionales.
Denuncian también que sus propios clientes se aprovechan de la posición de dominio que le concede la vigente regulación del contrato de transporte de mercancías por carretera, que "está provocando incluso un enorme problema de falta de conductores profesionales, ante el trato degradante e inhumano en las condiciones en las que realizan su trabajo".
¿Huelga definitiva?
A mediados de esta semana la mesa de negociaciones se rompió. Fue entonces cuando el departamento de mercancías del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), entidad que reúne con el Gobierno a todos los agentes del sector del transporte, anunció la convocatoria de huelga.
A partir de ahora, la cuenta atrás comienza para el Gobierno. La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, aseguró ayer que el Gobierno aún "tiene margen" para llegar a un acuerdo y frenar la huelga.
Desde CCOO ya han hecho un llamamiento a patronales y al Gobierno para sentarse y resolver los problemas. "Es necesaria una mesa de diálogo tripartita que active el diálogo social en el transporte de mercancías por carretera si no queremos acabar con colapsos y desabastecimiento", señalan.
En otras huelgas, las de 2005 y 2008, el Gobierno del PSOE, con Magdalena Álvarez como ministra de Fomento, se vio en la obligación de hacer cesiones y ofrecer ventajas fiscales como la actualización del precio de los contratos o la agilización de la devolución del IVA.
"Si quitan los peajes y eliminan otros gastos, podrían suspender paros. Pero todavía es difícil saberlo", señalan fuentes del sector, ya que el principal problema está en la revisión del precio del petróleo.
En definitiva, si no se llega a un acuerdo el país podría sufrir un colapso en plenas Navidades. Y eso con la crisis mundial de suministro como telón de fondo no ayudaría a la economía española.