La liberalización ferroviaria sigue en ebullición. A pocos meses de comenzar a operar, Iryo, el operador que se hizo con el segundo paquete más grande de circulaciones, tiene un nuevo socio. Globalvía ultima los detalles para convertirse en el tercer integrante del accionariado de la compañía junto con Air Nostrum y Trenitalia.
Según ha adelantado Expansión y ha podido confirmar este diario, Globalvía se habría hecho con una parte significativa de la participación de Air Nostrum y los fundadores del nuevo operador. El diseño de la operación dejaría a Trenitalia como máximo accionista de la empresa, Air Nostrum y los fundadores del proyecto como segundo grupo y Globalvía como el tercero en discordia.
Todo ello a la espera del visto bueno de los reguladores. Al tratarse de un cambio significativo en el accionariado de la empresa, la operación deberá contar con el visto bueno de Adif. Los acuerdos marco por los que se concedieron la capacidad para operar a Renfe, Ouigo e Iryo marcaban que el administrador debería valorar cambios de este tipo para garantizar que los acuerdos de operación firmados en su día se respeten y que, en ningún caso, obligaciones o derechos se transfirieran a otras compañías.
Se espera que durante los próximos días Adif reciba la información de la operación para estudiarla. Un trámite que desde fuentes conocedoras de las negociaciones no esperan que genere ninguna controversia dado que la operación no debería suponer cambios significativos en los planes de Iryo.
Intento previo
La operación supone la vuelta a la primera línea de la liberalización de uno de los actores que ya participó en su concepción inicial. Globalvía lideró uno de los grupos que pujó por conseguir capacidad ferroviaria en noviembre de 2019.
En su momento, la empresa anunció su intención de invertir 500 millones de euros para entrar en el mercado liberalizado. La intención trasladada por la compañía fue su vocación de liderar un consorcio que operara en el mercado ferroviario español. Ahora, con su entrada en Iryo, Globalvía se convierte en el tercer accionista del operador destinado a convertirse en el gran dinamizador del mercado ferroviario.
Y es que, Iryo explotará el segundo paquete más importante de circulaciones de los corredores liberalizados. La primera fase de la liberalización diseñó la entrada en competencia en los trazados Madrid-Barcelona-Frontera francesa, Madrid-Levante y Madrid-Andalucía. Una operación que sólo será el comienzo de la entrada de competencia en el transporte de pasajeros por ferrocarril en España.
Iryo mira al Norte
Iryo ya está estudiando como ampliar su oferta en el futuro. La compañía está decidida a comenzar a operar en los corredores del norte de España a partir de 2026. En concreto, Galicia y al País Vasco -cuando el corredor esté operativo- son los destinos señalados en sus planes.
En el caso del trazado gallego, la compañía necesitará invertir en la compra de material rodante de ancho desplazable. La singularidad de esta línea hace que sean necesarios trenes con este tipo de rodadura para llegar a algunos de los destinos gallegos. Unos trenes cuya compra la empresa ya estaría estudiando.
Para llegar a 2026 Iryo debería comenzar el proceso de compra a finales de este año. Una operación que requeriría un importante desembolso. El coste unitario de cada uno de estos modelos ascendería a 22 millones de euros, lo que valoraría la operación por encima de los 200 millones.
Así las cosas, la liberalización ferroviaria entra en estado de ebullición cuando aún no ha alcanzado la velocidad de crucero. Un proceso en el que se esperan más novedades a corto plazo ya que el interés por entrar en el mercado liberalizado cada vez es mayor.