Los servicios de suscripción aspiran a captar 30.000 millones y el 15% del negocio del automóvil en 2030
La alternativa a la propiedad se consolida como clave para los años de transición entre los vehículos de combustión y los eléctricos.
11 mayo, 2022 03:21El sector de la automoción vive, sin duda, el momento de transformación más profunda desde que se convirtió en un negocio de masas. Pese a que buena parte de los focos están puestos sobre el cambio de las motorizaciones para reducir el impacto de los vehículos en el medio ambiente, la mutación más profunda apunta al propio corazón del modelo de negocio de esta industria centenaria.
Durante décadas, la compra de un vehículo en propiedad era algo ligado a la llegada de los ciudadanos a su independencia social y económica. Esto que llegó a ser prácticamente un axioma en el pasado, hoy está en revisión. Los modelos de pago por uso están ganando cada vez más fuerza.
Detrás de este cambio convergen diferentes tendencias. Por un lado, está el cada vez mayor número de alternativas que hay a la movilidad individual. Por el otro, los usuarios de automóviles que necesitan renovar su coche viven en un momento en el que tienen muchas dudas para optar por su último modelo de motorización térmica, los modelos híbridos o lanzarse a por su primer eléctrico.
Con el auge de la economía colaborativa y de servicios como Spotify o Netflix, era solo cuestión de tiempo de que surgieran las suscripciones de automóviles siguiendo conceptos similares. Esto ha provocado que tanto start-ups como compañías tradicionales lancen servicios alternativos a la compra.
Un mercado milmillonario
Algunas previsiones de crecimiento del mercado de suscripciones prevén tasas de penetración del 20% al 40% de las ventas de automóviles nuevos para 2030. Boston Consulting Group ha realizado un profundo estudio de este fenómeno que valora que Europa y EEUU podrían llegar a un mercado de 30.000 millones a 40.000 millones para 2030. Unos volúmenes que podrían llevar a estos servicios a una cuota de mercado del 15% de las ventas de automóviles nuevos.
Para ello, deberían alcanzarse unos volúmenes de 5 a 6 millones de vehículos que optarán por el servicio de suscripción. Europa tiene el potencial de ser el mayor mercado para este tipo de suscripciones. En los EEUU, start-ups como Fair, están ya desarrollando modelos de negocio en torno a los automóviles usados.
En cambio, en China la suscripción ha suscitado poco interés hasta el momento. Las regulaciones en el ámbito de la matriculación y en los requisitos de arrendamiento impiden la innovación en este sentido. Además, la propia evolución y apertura económica tardía del país ha hecho que los vehículos todavía confieran estatus social.
¿Por qué ahora?
El auge de este servicio está alineado con tendencias que las nuevas generaciones están marcando como la disminución del interés en poseer productos físicos. Además, la pandemia de Covid-19 alejó a muchos residentes urbanos y redujo el volumen de usuarios del transporte público y de servicios de movilidad compartida en busca de la seguridad de los vehículos privados.
Además de esta tendencia, otros componentes están potenciando la adopción de estos servicios por parte de los consumidores. Entre ellos destaca que comprar un automóvil de la manera tradicional se ha convertido en un proceso tedioso. Muchos consumidores consideran que la experiencia de compra de un automóvil tradicional es una molestia. El proceso de compra en sí es lento y complejo, e implica mucho papeleo, especialmente la parte financiera.
Del mismo modo, el modelo de propiedad resulta menos flexible y compromete muchos riesgos en el actual contexto de transición entre la era de combustibles fósiles y la eléctrica. El compromiso es largo, ya sea comprando el automóvil directamente, financiándolo o con el renting que implica costes de cancelación importantes. Además, la pérdida de valor residual en la compra de un automóvil desalienta a las personas a cambiar su vehículo con la frecuencia que les gustaría.
Por último, las suscripciones son una forma de reducir el riesgo implícito en la prueba de nuevas marcas y vehículos eléctricos. Los consumidores están más dispuestos a probar nuevas alternativas gracias a un modelo más flexible como el de la suscripción. Un componente que está siendo muy valorado por los fabricantes que ven en este modelo un complemento ideal para sus modelos tradicionales mientras el terreno de juego definitivo de la nueva era eléctrico se asienta definitivamente.