Ni una pandemia ha podido frenar la apuesta de Mutua Madrileña por la movilidad. En 2019, la compañía comenzó a tomar posiciones en un sector que subrayó como uno de los principales de su estrategia. Hoy, sin llegar a cumplirse tres años desde su primer movimiento, la aseguradora se ha convertido en uno de los grandes dinamizadores en España de esta industria.
El anuncio realizado en el día de ayer de la toma de un 1,26% del accionariado de Cabify se suma a las operaciones de Movo, Chipi, Centauro, El Parking e Imbric. Una serie de movimientos que han permitido a la empresa tener presencia en la práctica totalidad de los segmentos clave de la movilidad.
[Mutua Madrileña ahonda su apuesta por la movilidad: se hace con el 1,26% de Cabify]
Además, a este puzzle aún le falta una pieza que llegará en 2023. Mutua tiene previsto lanzar su propio servicio de carsharing. Una operación que tiene al sector expectante debido al músculo con el que cuenta la compañía capitaneada por Ignacio Garralda para poner encima de la mesa una potente oferta de servicios.
Origen de la estrategia
Pero, ¿cuál es la razón para que una aseguradora tome posiciones de forma tan contundente en una industria? La respuesta a esta pregunta la encontramos en las profundas transformaciones que va a protagonizar la movilidad tanto individual como colectiva durante los próximos años.
De la mano de la electrificación y la digitalización, las opciones de los usuarios para desplazarse dentro y fuera de las ciudades se han multimplicado en la última década. Algo que sólo va a intensificarse en los próximos años. Este cambio de la mano de los clientes va a afectar de forma muy profunda a los seguros de coche. Uno de los productos que durante más tiempo han sido una de las patas clave del negocio asegurador.
La obligatoriedad de contar con uno de estos productos ha hecho que las compañías aseguradoras tuvieran una extensa y fértil parcela en la que desplegar estrategias de lo más diversas para conseguir clientes duraderos y con buenos niveles de rentabilidad.
Sin ir más lejos, el gasto medio anual de los hogares españoles en seguros de coche supera los 580 euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El 79% de las unidades familiares cuenta con uno de estos productos. Tanto es así que contamos con 32 millones de vehículos asegurados. Una cifra que provoca que uno de cada dos recibos de seguros se corresponden al ramo de la automoción.
Cambio en el rol del vehículo particular
Ahora, a este contexto ya de por si complejo, se suma otro elemento. El rol del automóvil está cambiando. Las nuevas generaciones ya no ven tan necesario contar con un vehículo en propiedad.
Una tendencia que no parece que vaya a cambiar en los próximos años, salvo para acelerar. La apuesta por vivir en ciudades, la multitud de nuevos servicios de movilidad urbana e interurbana que están surgiendo y la automatización de la conducción van a hacer evolucionar la movilidad individual durante los próximos años.
Un contexto que no ha pasado desapercibido para Mutua. Ya en 2019 Garralda lo explicó durante la presentación de resultados de la empresa: "Nuestras proyecciones respecto a la venta de autos nos dicen que en ciudades como Madrid va a haber menos horas rodadas, menos uso del coche y menos siniestralidad. Si esto pasa, tendremos que adecuarnos a estos cambios".
Conocer invirtiendo
Además de identificar los cambios futuros, Mutua modificó su estrategia. El primer ejecutivo de la aseguradora ya señaló sus planes futuros: "Sabemos que la mejor manera de tener presencia en un negocio es invertir dinero, y estamos dispuestos a hacerlo". Dicho y hecho.
En la fase anterior, Kibo Ventures y Antai Venture Builder, los vehículos que Mutua utiliza para invertir en empresas de base tecnológica, fueron los encargados de realizar un seguimiento especialmente intensivo a las startups centradas en el negocio de la movilidad. Un periodo en el que se realizaron las primeras inversiones pero en el que, sobre todo, Mutua aprovechó para entender el momento y las oportunidades que existían.
En 2019 Mutua dio un paso más. La compañía formalizó su entrada en la empresa de micromovilidad Movo, en la plataforma de servicios de movilidad Chipi y en la empresa de alquiler de coches Centauro. Tres operaciones que, aunque en algunas de ellas no se concretó la magnitud de las inversiones, supusieron el desembolso de cerca de 140 millones de euros, según indicaron en ese momento fuentes del sector.
Con estos tres movimientos, Mutua Madrileña se posicionó en segmentos clave de la nueva movilidad: los operadores de micromovilidad, las plataformas y los servicios tradicionales. Además, la compañía creó la sociedad Mutuamad Sharing, en la que ha centralizado su actividad dentro de esta industria.
Nuevo acelerón en la estrategia
La llegada del coronavirus frenó esta estrategia durante 2020. La compleja situación que generó la pandemia provocó que todos los recursos se centraran en hacer frente al desafío que ha supuesto la crisis sanitaria. Tras superar la parte más cruda de la pandemia, la aseguradora volvió a pisar el acelerador.
La aseguradora se hizo con las plataformas El Parking e Imbric de manos del fondo Portobello Capital a través de una operación cuyo importe no trascendió. Con la primera de las operaciones Mutua se hizo con una plataforma que ofrece asistencia y servicios al conductor, como pagar el ticket de aparcamiento regulado en las ciudades o la ITV. Con Imbric la aseguradora se hacía con una aplicación centrada en ofrecer información sobre las opciones de transporte urbano existentes, tanto públicos como privados, en una ciudad.
Y es que, la diversificación se ha erigido como punto clave del nuevo plan estratégico de la compañía, continuando en la senda marcada por el anterior. En el marco del mismo, la aseguradora lanzó su servicio EcoMutua, una línea específica de seguros para vehículos ecológicos, y se integró en la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (Aedive).
Cabify y el 'carsharing'
En la hoja de ruta de Mutua Madrileña, 2022 ha sido el año de la entrada en Cabify. La toma del 1,26% de la empresa, a una valoración en la que la plataforma de movilidad supera los 1.000 millones de euros, va a ampliar la oferta de servicios para los clientes de la aseguradora.
Del mismo modo, Cabify va a tener acceso directo a los miles de clientes de Mutua. Una operación en la que, además de lo económico, ambas partes van a obtener importantes réditos.
Este no será el último paso de Mutua en el sector de la movilidad. En 2023 lanzará su propia compañía de carsharing. Según los primeros detalles conocidos, la nueva compañía arrancará su andadura en Madrid con una flota de 500 vehículos ampliable a 1.000.
Un movimiento que completará uno de los porfolios más amplios en materia de movilidad de España. Desde esta posición Mutua llega en una posición privilegiada para acompañar a un sector en plena expansión en el que todo parece apuntar a que la variedad de servicios será la clave. Una condición que la estrategia de Mutua tiene más que cubierta.