La conexión de alta velocidad del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas da sus últimos pasos para convertirse en una realidad. Adif ha confirmado la puesta en marcha de la licitación de una obra clave para el conjunto de la intermodalidad española. Si se cumplen los plazos previstos, los primeros trenes conectarán con el aeropuerto en 2024.
El proyecto era una de las prioridades marcadas por el anterior ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, que ha sido culminado por el equipo de la actual ministra Raquel Sánchez. Se prevé que la duración de las obras será de 17 meses mientras que su presupuesto asciende a 26 millones de euros.
La posibilidad que el principal hub aéreo español cuente con conexión con la red de alta velocidad permitirá acelerar en el objetivo de que el grueso de los trayectos interurbanos se realice en ferrocarril de altas prestaciones mientras que el avión se centrará en los desplazamientos de largo radio.
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Un modelo que está siendo fuertemente impulsado desde la Unión Europea y que es compartido tanto por el sector ferroviario como por el aéreo. Una prueba de ello es que entre sus principales defensores está Luis Gallego, actual CEO de IAG quien llegó a calificar la conexión de Barajas con la red de alta velocidad española como uno de los proyectos "más rentables para España".
Conexión en 10 minutos
El proyecto contempla la conexión de la red de alta velocidad con la T4 del aeropuerto de Barajas. Los trenes de alta velocidad podrán cubrir la distancia entre la estación de Chamartín y el aeropuerto en poco más de 10 minutos, sin necesidad de realizar ningún trasbordo.
Esta infraestructura beneficiará, de forma directa, a todos los tráficos del corredor norte-noroeste y de Levante, que tienen su cabecera en Chamartín. Además, gracias al túnel para trenes de alta velocidad recientemente puesto en servicio entre Chamartín y Puerta de Atocha, también podrán llegar a Barajas las circulaciones procedentes del sur y del corredor de Barcelona.
La nueva conexión al aeropuerto aprovechará parte de la plataforma ya ejecutada en la construcción de la línea de Cercanías entre Chamartín y la T4, en servicio desde 2011 con una longitud de 8,8 kilómetros. Desde la cabecera norte de Chamartín hasta el túnel de la A1 el nuevo trazado se realizará en vía única de ancho estándar, que será doble una vez superada la A-1 y hasta el túnel de acceso al aeropuerto, que ya cuenta con vía mixta de tres hilos, apta para trenes convencionales y de alta velocidad.
Asimismo, la vía del interior del túnel norte de Barajas adoptará en su totalidad un formato de triple hilo que permita la circulación tanto en ancho convencional como estándar. En total, se intervendrá sobre 3,5 kilómetros de línea ferroviaria, para adaptarlos a las necesidades en materia de seguridad y comunicaciones de la alta velocidad.
Nuevos pasajeros para Barajas
Desde el sector aéreo se calcula que la llegada de la alta velocidad a Barajas podría aportar hasta 400.000 nuevos viajeros al aeropuerto madrileño. Del mismo modo, las primeras estimaciones basadas en datos de AENA de 2019, la puesta en marcha de esta conexión permitiría eliminar 37.000 vuelos al año de los corredores Madrid-Zaragoza-Barcelona, Madrid-Valencia-Alicante y Madrid-Sevilla-Málaga.
Esta cantidad supondría eliminar de un plumazo 625.000 toneladas de emisiones de C02 anuales según datos de Ecopassenger. Una impacto que sería progresivo una vez la llegada de la alta velocidad al principal aeropuerto español se convierta en una realidad.
El gran apoyo que tiene esta actuación dentro de las aerolíneas tiene su origen en que permitirá a estas compañías centrarse en las rutas más rentables. Muchos de los vuelos nacionales que llegan a Barajas son conexiones dedicadas a nutrir las rutas internacionales de estas compañías, que es donde realmente ganan dinero. En cambio, esos vuelos dedicados a alimentar al largo radio son altamente deficitarios.
El conjunto de la movilidad española tiene menos de dos años para adaptarse a la llegada de la alta velocidad a Barajas. En 2024 la liberalización ferroviaria estará a pleno rendimiento en España al contar con Renfe, Ouigo e Iryo compitiendo con la práctica totalidad de su capacidad operativa. Un escenario perfecto para que el ferrocarril y la aviación inauguren una nueva era de la movilidad en España.
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