El tren de hidrógeno sigue quemando etapas. Si durante los últimos años fue el momento para que estos modelos realizaran sus primeras pruebas y experiencias piloto, ahora ha llegado el momento de explotar líneas comerciales en su totalidad. El hito se ha conseguido en Alemania, concretamente en la línea que une Cuxhaven, Bremerhaven, Bremervörde y Buxtehude.
El trazado contará con 14 trenes regionales con propulsión por pila de hidrógeno que sólo emiten vapor y agua condensada durante su operación. Estos vehículos, que sustituyen a las actuales unidades diésel, pertenecen al operador alemán LNVG.
Los trenes sólo deberán realizar un repostaje diario, lo que facilita mucho la operativa. Y es que, estos modelos cuentan con una autonomía de 1.000 kilómetros. Una capacidad que les permite ser óptimos para un gran número de rutas de media y larga distancia. Tomando como ejemplo un país como España, este modelo podría cruzar la península de norte a sur y de este a oeste.
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Los Coradia iLint son modelos de última generación fabricados por la francesa Alstom. Además de la autonomía, cuentan con otras capacidades similares a los antiguos modelos diésel.
En concreto, en esta red los trenes alcanzan velocidades de entre 80 y 120 kilómetros por hora, gracias a que este modelo puede alcanzar una velocidad máxima de 140 kilómetros por hora.
Combustible clave para la descarbonización
Este tipo de tren va a desempeñar un papel clave en la descarbonización de la movilidad europea. Actualmente, el 40% de la red de ferrocarril del Viejo Continente no está electrificada. Hay 80.000 kilómetros por los que diariamente circulan miles de trenes propulsados por diésel.
Pese a que la gran capacidad tanto de transporte de pasajeros como de mercancías hace que las emisiones por kilómetro recorrido sean, aún en este caso, menores que las de otros modos de transporte, comienzan a tomar formas alternativas para que el ferrocarril esté libre de emisiones también allí donde no se puede electrificar la infraestructura.
A pesar de los numerosos proyectos de electrificación en varios países, una parte importante de la red ferroviaria de Europa permanecerá sin electricidad a largo plazo. En muchos países, el número de trenes diésel en circulación sigue siendo elevado, con más de 4.000 coches en Alemania, por ejemplo.
Esto ha provocado que el país centroeuropeo realice una gran apuesta por el hidrógeno y ponga en marcha un plan nacional para impulsar esta energía. Para ello, Alemania va a desplegar un proyecto de inversiones que superará los 2.000 millones de euros durante los próximos años.
Alstom a la cabeza de esta tecnología
A nivel de la industria ferroviaria, la nueva línea alemana consolida a Alstom como el fabricante más destacado en la utilización de esta tecnología. Un esfuerzo en el desarrollo de nuevos modelos que ya comienza a tener importantes retornos a nivel empresarial.
La compañía francesa cuenta actualmente con cuatro contratos para trenes regionales propulsados por pilas de combustible de hidrógeno. Dos están en Alemania, el primero para 14 trenes Coradia iLint en la región de Baja Sajonia y el segundo para 27 trenes Coradia iLint en el área metropolitana de Frankfurt.
Además, Alstom cuenta con un tercer gran contrato proviene de Italia. El fabricante está construyendo seis trenes de hidrógeno Coradia Stream en la región de Lombardía. Por su parte, el cuarto contrato proviene de Francia que encargó 12 trenes para cuatro regiones. Además, Coradia iLint se ha probado con éxito en Austria, los Países Bajos, Polonia y Suecia, lo que desde la industria se espera culmine en nuevos pedidos una vez consigan nuevas certificaciones.
Así las cosas, el tren de hidrógeno comienza a confirmarse como una realidad en Europa. Una alternativa que, en el momento en el que las economías de escala permitan que el coste de producir hidrógeno verde acerque sus precios al del diésel disparará la utilización de uno de los pilares sobre los que Europa quiere construir la movilidad sostenible del futuro.