Prórroga a la bonificación del transporte público: más impacto en la inflación que en el descenso del uso del coche
Pese a ser gratis, el nivel del uso de los Cercanías sólo alcanza el 90% del de 2019 durante el primer mes de la puesta en marcha de las ayudas.
5 octubre, 2022 03:14El pasado mes de agosto, Pedro Sánchez anunció la decisión de bonificar el 100% de los viajes en Cercanías y Media Distancia además de un plan para, junto con las comunidades autónomas, rebajar el precio del transporte colectivo. Según comunicó el Gobierno en ese momento, el objetivo de esta medida era "fomentar el transporte público y reducir el uso del vehículo privado, para disminuir nuestra dependencia energética y nuestra huella de carbono".
Los datos del primer mes de este plan muestran que los objetivos fijados se están cumpliendo a medias. Pese a ello, el Gobierno anunció ayer su intención de alargar esta medida durante todo 2023, lo que tendrá un efecto inicial en las arcas del Estado de 700 millones de euros. Una decisión que llega después de que el uso de los servicios bonificados crezca de forma importante sin que esto se traduzca en una reducción significativa del uso del coche particular.
Según datos de Renfe, el mes pasado utilizaron los servicios de Cercanías en España 32 millones de viajeros. La cifra supone un aumento respecto al mismo periodo de 2021 del 24%. En lo que respecta a la Media Distancia, el aumento ha sido más pronunciado. En septiembre optaron por esta opción de transporte 2,2 millones de pasajeros, un 40,7% más que en 2021.
Pese a que los avances son significativos, en el caso de los Cercanías, aun siendo gratuitos, su utilización no ha llegado a los niveles de 2019. La demanda de este servicio supone el 90% de la previa a la pandemia de coronavirus. En el caso de la Media Distancia, el importante incremento registrado sí ha servido para superar los registros anteriores a la pandemia.
Donde la medida no ha tenido el efecto previsto es en el uso del vehículo particular. El volumen de desplazamientos en las ciudades españolas no ha sufrido la reducción esperada. Los datos de la DGT muestran que el pasado mes de septiembre el tráfico de vehículos ligeros en los accesos a las ciudades españolas se redujo un 1,04% en comparación a los registros del pasado año.
Ligero impacto en el uso del automóvil
Si se compara con los niveles de 2019, cuando la movilidad española estaba en máximos históricos, la reducción es sólo de un 2,31%. Los incrementos en el uso del transporte público no han tenido un efecto disuasorio en el uso del coche. Los ciudadanos que apuestan por el transporte público lo están utilizando más, pero los que optan por el vehículo particular no están dejando sus automóviles en casa. Un comportamiento que coincide con las previsiones realizadas por algunos especialistas.
Esto queda más claro si se analizan los datos previos a la pandemia. Pese a ser gratis, el Cercanías se usa un 10% menos que en 2019. En cambio, la utilización del vehículo particular solo mengua un 2,31% frente a la misma referencia. Pese a que ambos indicadores muestran que los niveles de movilidad han descendido, en el caso del transporte público el descenso es mucho más acentuado que en el de la utilización del coche.
Efecto en la inflación
Donde sí se está notando el efecto de la medida del Gobierno es en el bolsillo de los ciudadanos. Los 32 millones de viajes registrados por el Cercanías sólo han costado una fianza a los usuarios. Un respiro que, en algunas familias con hijos en edad escolar, puede llegar a suponer cientos de euros al mes.
Del mismo modo, esta decisión ya ha tenido un impacto en la inflación. Según explicaba el Instituto Nacional de Estadística en su última comunicación, la bajada del transporte aparecía como una de las razones de la caída de un punto y medio en septiembre frente a los niveles alcanzados en agosto.
En este sentido, en la decisión del Gobierno de prorrogar la bonificación del transporte público durante 2023 parece tener más peso su efecto como freno de la inflación que como transformador de los patrones de movilidad.
Así las cosas, la prórroga de las ayudas a los usuarios del transporte público tiene su mayor sustento en su efecto sobre los indicadores macroeconómicos. Una decisión cuyo futuro irá ligado al de los nuevos Presupuestos Generales del Estado y que queda por conocer si tendrá su continuidad en los servicios que dependen de las comunidades autónomas.