Portugal ha dado un nuevo paso en el camino a convertirse en un actor importante en el futuro de la automoción eléctrica. Nuestro país vecino ha firmado un memorando de entendimiento con Calb, el gigante chino de las baterías. El objetivo de este movimiento es que la compañía se haga con los derechos de uso de la tierra en Portugal para levantar una fábrica de baterías.
De esta forma, Portugal da entrada a uno de los mayores productores del mundo que pretende acelerar en su estrategia de expansión. Para la puesta en marcha de este proyecto se ha seleccionado una zona industrial próxima al puertos de Sines, situado en el sur del país.
Un movimiento que replica la elección realizada por el grupo Volkswagen en España donde las capacidades portuarias de Sagunto fueron claves para apostar por la región.
Como en el caso de la ciudad valenciana, el puerto portugués cuenta con una plataforma ferroviaria de mercancías de gran capacidad. Un elemento clave para reducir la huella de carbono de la producción de estos componentes. En este caso se trata de la más grande del país, que a opera más de 5.000 trenes de contenedores al año.
El anuncio llega justo en un momento de cierto revuelo en el sector de la automoción español. La resolución del PERTE del vehículo eléctrico y conectado no ha colmado las necesidades de una parte de los fabricantes de automóviles con presencia en España hasta el punto de que tardaremos unos días en conocer si, finalmente, aceptan las ayudas y ponen en marcha sus proyectos.
El tercer actor chino
Calb cuenta con una capacidad de producción de más de 410 GWh. Actualmente, cuenta con sólidos lazos con empresas automotrices chinas como GAC o XPeng. No sólo eso, hace unos meses cerró un acuerdo con Mercedes lo que le otorga una posición importante ya dentro de Europa.
Actualmente, esta compañía ocupa el tercer puesto entre los fabricantes de baterías de su país con un 6% de la producción. Una clasificación que lidera Catl, que ocupa casi la mitad del mercado, seguida de Byd que supera el 20%.
Con este movimiento, Calb sigue la senda fijada por diferentes fabricantes chinos tanto de automóviles como de componentes. Tras décadas de desempeñar un rol como fábrica del mundo, las firmas del gigante asiático son ahora las que se expanden fuera de sus fronteras.
Una tendencia cada vez más acentuada tanto en la fabricación de vehículos eléctricos como en componentes clave para la nueva era de la automoción. Tanto es así que, en estos momentos, las marcas chinas tienen potencial para captar una parte sustancial de la tarta del nuevo mercado, sobre todo en lo que se refiere a los utilitarios de masas a la que jamás pudieron aspirar con los modelos de combustión.
Portugal: El Dorado del Litio europeo
La gran ventaja competitiva de Portugal radica en sus ingentes reservas de un componente clave para la fabricación de baterías: el litio. El país está teniendo un desarrollo mucho más rápido que el español en lo que se refiere a los permisos de extracción gracias a sus yacimientos en el norte del país.
El Ministerio de Medio Ambiente luso realizó una evaluación que diferenciaba ocho zonas ricas en litio en el centro y norte de Portugal. Tras este estudio confirmó que el país podía avanzar en seis de estos emplazamientos.
Según sus propios cálculos, cuenta con 60.000 toneladas de reservas conocidas de litio. Por el momento, la actual producción se vende casi exclusivamente a la industria cerámica. Un campo al que ahora se le sumará el automóvil con la llegada de importantes compañías al país.
Así las cosas, Portugal sigue pisando el acelerador para disputar a España el puesto de principal productor de baterías del sur de Europa. Una carrera que pone en juego un negocio potencial para las próximas décadas de miles de millones. Lo que queda claro es que de las decisiones que se tomen hoy dependerán muchos años de prosperidad del futuro y, Portugal, está haciendo los deberes.