El sector de la micromovilidad ha llegado a la madurez tras años de prueba y error. De grandes desembarcos. De mercados desregulados y cientos de millones de euros de inversión. Ha llegado el momento de que uno de los segmentos de la nueva movilidad que más debates ha suscitado entre en una nueva fase.
Buena prueba de este cambio se puede reconocer en el discurso de Matthias Laug, CTO y cofundador de Tier. Desde su posición al frente de la parte tecnológica de la compañía ha podido lidiar durante los últimos años con muchos de los retos que, tras superarlos, han convertido a su empresa en una de las que cuenta con más papeletas para convertirse en la referencia del sector.
Pero aún queda camino por hacer. Ahora que, por fin, dejamos la pandemia atrás es el instante de que la micromovilidad confirme definitivamente su rol en el mix de la movilidad de las ciudades. Un papel que tendrá mucho que decir a la hora de alcanzar los objetivos de descarbonización fijados por las urbes europeas.
¿Ha encontrado su lugar la micromovilidad dentro del conjunto del transporte de las ciudades?
Diría que estamos cerca de hacerlo. En Tier comenzamos algo después de la primera hornada de compañías de micromovilidad que aterrizaron en las ciudades. Creo que en estos últimos años hemos visto una evolución muy grande del mercado después de un arranque que generó muchas suspicacias.
Cambios tan importantes como el que estamos promoviendo en el pasado han necesitado décadas para asentarse. Ahora, la micromovilidad está avanzando de forma mucho más rápida. Las ciudades han entendido que los servicios de bicicletas o patinetes les aportan un gran valor.
Cuando arrancamos, los servicios de bicis iban por un lado, los de patinetes por otro, el transporte público tenía su espacio, la movilidad particular el suyo propio... Lo que vemos ahora es que la implementación de iniciativas de movilidad como servicio por parte de las ciudades está cambiando esto. Estamos creando un ecosistema.
¿Qué ha provocado este cambio?
Una metamorfosis de este tipo en nuestro sector sólo es posible con una buena cooperación entre la administración y las compañías. En este sentido, estamos muy contentos por el desarrollo del mercado en los últimos 24 meses.
Cada vez es más común ver operadores de transporte público que promueven servicios de micromovilidad en sus aplicaciones. Si pensamos en el ferrocarril o los tranvías se necesitan años para adaptar la infraestructura a nuevos requerimientos.
Es muy excitante ver como nosotros somos capaces de hacer cambios muy profundos en muy poco tiempo.
Muchas empresas parecen estar compitiendo por convertirse en la plataforma de movilidad que aúne la práctica totalidad de la oferta de servicios de transporte de las ciudades. ¿Está Tier en esta carrera?
Aunque nosotros tenemos una oferta variada de vehículos representamos sólo una fracción del conjunto de la oferta de movilidad de las ciudades donde operamos. Es muy ambicioso intentar convertirse en la plataforma de referencia de la movilidad de una ciudad.
Actualmente, crecer en este sentido no es nuestra prioridad. Estamos centrados en la sostenibilidad económica y en ser capaces de que nuestro negocio genere beneficios de forma recurrente. Para eso necesitamos estar muy enfocados.
Hay sinergias muy pequeñas entre la operativa de un servicio de carsharing y otro de bicicletas o de patinetes. Muchas empresas están intentando cubrir todo este espectro. Seguro que veremos a algunas conseguirlo, pero creo que la responsabilidad de ordenar toda esta oferta, y las que mejor van a ser capaces de hacerlo, siempre van a ser las ciudades.
Nosotros podemos ayudar mucho en esta dirección. Podemos ofrecer información o tecnología valiosa a los gestores públicos. Nosotros estamos centrados en ofrecer modalidades de movilidad que la ciudad por sí misma no podría prestar de forma rentable pero siendo la ciudad la encargada de hacer la agregación de todos estos servicios
¿Cómo ve a España como mercado para empresas de su segmento?
Creo que en España van en la dirección adecuada. Ha hecho muchos esfuerzos. En el caso de la regulación el avance es muy grande. Sus ciudades han aprendido muy rápido las claves para sacar partido a la micromovilidad.
Hemos tenido muchas conversaciones con las ciudades españolas. Nosotros ofrecemos una capa de información a todas las ciudades donde operamos de forma gratuita. Es interesante ver las diferentes formas en las que las ciudades aprovechan esta información.
Por ejemplo, en Oslo o Londres están sacando un gran provecho de los datos. Gracias a esta información las ciudades pueden detectar en qué partes existe una gran actividad y ver si su infraestructura es la más adecuada o si se puede mejorar.
¿Cuáles son los actuales retos tecnológicos de una empresa como Tier?
Aunque cada vez operamos más vehículos, la gestión de esos volúmenes no es un reto para nosotros. Tenemos miles de bicis o patinetes conectados actualmente y nuestro servicio funciona.
Para nosotros el gran reto son los requerimientos locales de cada ciudad y sus limitaciones técnicas. En cuestiones como el GPS, tener un grado de confianza del 95% puede suponer que los vehículos estén a 10 metros de donde deberían estar.
Para el usuario esto complica mucho la experiencia. En ciudades muy comprometidas con el aparcamiento de nuestros vehículos esto es clave. Es muy difícil. Exige mucho trabajo para mapear las ciudades.
Además del software, en nuestro negocio el hardware tiene un peso muy importante. Encontrar un balance adecuado entre la felicidad de los usuarios, las ciudades y nuestro equipo de operaciones es complicado. Las decisiones que tomamos en este sentido afectan al modo de conducción, al peso de los vehículos, a la autonomía de las baterías...
La gran duda o incógnita que siempre se ha cernido sobre la micromovilidad es su capacidad para generar negocio. ¿Cómo están en ese camino de la rentabilidad?
Lo que hemos aprendido durante los últimos meses es que la clave de nuestro negocio es estar enfocados en el core business. Hubo un tiempo en el que el dinero era barato por lo que pudimos diversificar mucho nuestras estrategias. Ahora ya no estamos en ese contexto.
Ahora que nuestro negocio está ya maduro, ha llegado la hora de la selección natural y la consolidación. Ser rentables es el único camino.
¿Cómo se imagina el futuro de la movilidad y qué rol desempeñarán los servicios de micromovilidad en él?
Creo que seremos un proveedor de servicios para las ciudades que podrán ser tan profundos como quieran sus gestores. Podremos ofrecer la plataforma tecnológica, las aplicaciones, los vehículos... Pero serán las administraciones las que elegirán con qué parte de nuestra oferta se quedan.
Una empresa como la nuestra va a especializarse en contar con componentes que se adapten a las necesidades de las ciudades. Luego estas serán las que deberán decidir si se centran en las operaciones de los servicios con empleados propios o nos encargan a nosotros esa parte.
Para esto es clave estandarizar todos nuestros procesos y protocolos con el objetivo de que sean totalmente interoperables. En este sentido, habrá que ver qué ocurre con las marcas. Será interesante comprobar si las marcas de estos servicios siguen adelante o son las ciudades las que, al prestar el servicio, se encargan de la relación última con el cliente.