Durante décadas, la ciencia ficción ha fantaseado con ciudades llenas de vehículos voladores en cuyo interior se desplazaban personas y mercancías. Ese futuro se puede considerar ya casi presente como bien sabe Gema Ferrero, directora general de Bluenest, compañía de Globalvía que ultima la puesta en marcha de este tipo de servicios.
"Si los plazos de las certificaciones se van cumpliendo, aproximadamente en el 2024 tendremos toda la infraestructura preparada para operar. Ese año esperamos arrancar las primeras operaciones de nuestros vertipuertos y para ello trabajamos actualmente" explica Ferrero en conversación desde Qatar donde la compañía realiza estos días demostraciones de este tipo de servicios durante el mundial de fútbol.
En el camino a ese horizonte plagado de vehículos voladores urbanos, Bluenest ha cerrado un acuerdo con la australiana Eve.
El proyecto incluye la utilización de un software para la operación de sistemas de movilidad aérea urbana que permitía desarrollar modelos operativos que podrían aplicarse en determinadas regiones.
"Creemos firmemente que la colaboración público-privada es la mejor forma de hacer realidad la movilidad aérea del futuro", destaca la directora general de Bluenest.
Colaboración público-privada
En opinión de Ferrero, la clave de la popularización de este tipo de servicios va a estar en la disponibilidad. "Vivimos en un momento en el que necesitamos satisfacer nuestras necesidades de forma instantánea. Esto hace que para este tipo de servicios triunfen, va a ser muy importante contar con una red que permita que los usuarios tengan acceso a uno de estos vehículos en el momento en el que lo necesiten".
Desde la parte técnica, el gran reto reside en los sistemas de control aéreo de este tipo de operaciones aéreas urbanas. "Hasta hace poco el control aéreo era prácticamente un monopolio. Los sistemas de movilidad aérea urbana van a requerir una gran colaboración público-privada para dotarnos de los servicios de navegación aérea necesarios".
Y es que, esos sistemas serán la clave de la futura operación autónoma de este tipo de aeronaves. Algo que, en opinión de Ferrero, llegará en una siguiente fase.
"La idea es comenzar con vuelos tripulados. Los pasajeros estamos acostumbrados a ver vehículos con alguien al frente. En el arranque de esta industria va a ser importante esta cuestión. Esto es compatible con que la dirección de esta industria es la aviación autónoma. Un avance que vendrá de la mano de reglas de vuelo digitales en lugar de los actuales instrumentales".
Infraestructura de carga
Del mismo modo, el componente eléctrico y sostenible va a ser clave en esta industria. "Como gestores de infraestructura vamos a tener un triple rol. Hemos proyectado hasta 30 diseños diferentes de instalaciones. En algunos casos habrá servicios de recarga y de pasajeros. En otros sólo habrá espacio para aterrizar las aeronaves en una infraestructura lo más pequeña posible. Además, también habrá lugares sólo de carga".
"Un vertipuerto no solo alojará pasajeros. Es un nodo multimodal. Queremos que nuestras instalaciones permitan concretar con un tren o con una bicicleta o moto compartida", explica la directora general de Bluenest.
En este sentido, Ferrero insiste en que las mercancías también tendrán su lugar en estas instalaciones. "La logística va a ser fundamental. Tendremos lockers que permitirán que, tras el aterrizaje de un dron, se almacenen los paquetes para que los usuarios solo tengan que acercarse a recogerlos. Esta solución va a permitir reducir el tráfico dentro de las ciudades".
Un punto en el que incide Fernando Vallejo, director de innovación, IT y sostenibilidad de Globalvia. "La dimensión de sostenibilidad es clave para nosotros desde la propia concepción de los diseños de nuestra infraestructura. Tanto en la parte eléctrica de los vehículos y del origen renovable de la energía como en la parte social. Creemos que esta nueva tecnología va a abrir la puerta a proveer a zonas rurales tanto alimentos como medicamentos".
Aplicación en zonas rurales
La ciencia ficción también ha provocado que imaginemos que este tipo de servicios se realizará eminentemente en las ciudades olvidando el potencial de las zonas rurales. "Uno de los primeros usos que podemos ver es el traslado de pacientes entre zonas rurales. Puede imponerse como una fórmula más rápida que la actual y ser clave para salvar vidas en algunas circunstancias. Tendemos a pensar siempre en las ciudades, pero igual en este caso las zonas rurales pueden adelantarse en una primera fase".
En lo que respecta a los entornos urbanos, Ferrero apunta a la cercanía al mar como factor clave. "En el arranque veremos vuelos turísticos en zonas costeras. Será un reclamo muy interesante en la etapa inicial. Tanto en zonas costeras como en las islas, puede llegar a popularizarse mucho antes este tipo de servicios que en el centro de las ciudades".
Un despliegue que será gradual, según detalla la directora general de la compañía. "Primero estaremos en una etapa experiencial. Luego veremos vuelos entre islas o entre zonas costeras. Luego llegarán las rutas entre ciudades y, finalmente, las operaciones dentro de las ciudades. Esta será la forma más segura para desplegar los servicios de movilidad aérea urbana".
"España tiene una gran oportunidad para liderar esta nueva era de la movilidad aérea. La buena climatología de nuestras zonas costeras e islas nos da todas las papeletas para ser una referencia, para ser un territorio inmejorable para realizar pruebas antes de que se consoliden las operaciones comerciales", concluye Vallejo.