Ya hay responsables de los problemas que ha habido con los trenes en Cantabria. Adif ha cesado al titular de su jefatura de Inspección y Tecnología de vía, mientras que Renfe ha despedido de su actual responsabilidad en Gestión de Material en la Dirección Técnica y de Operaciones al que era gerente de Área de Gestión de Material de Renfe Viajeros en el momento de la gestación del proyecto de trenes de vía estrecha en Cantabria y Asturias.
Se trata de dos ceses que llegan después de que este fin de semana saltara la polémica y la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), Raquel Sánchez, se viera obligada a buscar responsables, además de anunciar una auditoría.
En el caso de Renfe, el cesado ha ejercido diversos cargos vinculados al Área Técnica y de Material durante toda su carrera. En 2014 fue nombrado gerente de Área de Material de Media Distancia y Cercanías, puesto desde el que pasó ese mismo año a dirigir posteriormente el Área de Gestión de la Flota de Renfe Viajeros.
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En junio de 2020, el Consejo de Administración de Renfe adjudicó a CAF la fabricación de los trenes, tras un proceso de licitación que se vio afectado por la pandemia de la Covid. En ese momento, el cesado era gerente de Área de Gestión de Material de Renfe Viajeros.
Por su parte, desde Adif reconocen en un comunicado que el cese es una medida preventiva a la espera de la auditoría. Esta decisión permitirá la participación de otra persona en el grupo de trabajo que se va a crear en el seno del Mitma para cerrar con celeridad el diseño del tren licitado por Renfe.
Ambas empresas públicas se han mostrado abiertas a colaborar “con absoluta transparencia” en la auditoría del Mitma y valorarán sus conclusiones para proceder a los ajustes organizativos de carácter definitivo que se recomienden.
El origen del problema se encuentra en los gálibos publicados en la declaración sobre la red de Adif, que Renfe usó para describir las características técnicas de los nuevos trenes en un contrato que publicó en 2019 para adquirir 31 trenes de ancho métrico, destinados a renovar la flota de la red de cercanías y media distancia, principalmente en el norte del país.
En junio de 2020, Renfe le adjudicó este contrato a CAF, fabricante de trenes y autobuses con sede en País Vasco, por 258 millones de euros. Cuando preparaba el proyecto, CAF se dio cuenta de que había un error en los gálibos y que las vías no soportarían los trenes encargados y se lo trasladó a su cliente, Renfe.
Renfe ya ha alcanzado un acuerdo con CAF, Adif y la Agencia de Seguridad Ferroviaria (AESF) para desatascar el problema con los gálibos de los nuevos trenes de ancho métrico.