Los municipios que albergan fábricas de automóviles y componentes van a constituir una asociación para defender sus intereses ante el cambio tecnológico que experimenta el sector. Su mayor preocupación es la destrucción de empleo, según detalla a EL ESPAÑOL-Invertia el alcalde de Almussafes e impulsor de la iniciativa, Toni González. "El cambio al coche eléctrico ya está provocando muchísimos despidos. Tememos que la cifra pueda llegar a 50.000 en toda España", advierte.
La idea de constituirse como organización parte del I Encuentro Nacional de Municipios del Sector Automoción y Componentes, que se celebró el pasado 15 febrero en Almussafes. Contó con la participación, además del anfitrión, de los alcaldes de Pamplona, Ávila, Martos, Martorell, Figueruelas y Villamuriel de Cerrato, así como un concejal de Vitoria.
El evento lo impulsó el ayuntamiento valenciano junto a la consultora Gobernanza Industrial, y desde entonces sus participantes han seguido celebrando reuniones con el objetivo de constituirse como asociación. Las mencionadas ciudades -con las excepciones de Figueruelas y Vitoria- ya cuentan con los informes favorables de sus equipos jurídicos a favor de su incorporación a la nueva entidad, y el grueso también ha obtenido el visto bueno de su pleno municipal.
El objetivo de las mismas es crear la sociedad antes de la convocatoria de las próximas elecciones locales, que tendrá lugar el 4 de abril. Todavía no han decidido el nombre oficial de la futura entidad, a la que también están invitados los ayuntamientos de Valladolid y Vigo. A falta de que se constate su nombramiento en la primera asamblea, González ha sido el dirigente propuesto por el resto de alcaldes para convertirse en el primer presidente de la entidad.
Las localidades que ya se han incorporado albergan en su término municipal las plantas españolas de compañías como Ford, Seat, Volkswagen, Mercedes, Nissan, Renault o Stellantis. Todas ellas están afectadas por un escenario común: el cambio de la producción de coches de combustión a modelos eléctricos, cuya producción requiere menos mano de obra.
Según expone González, "además del límite que Europa se ha puesto a sí misma para dejar de producir coches de combustión en 2035, el impacto se va a solapar con la aplicación de la normativa Euro 7, que impone a las multinacionales la reducción de sus emisiones a partir de 2025".
"Consideramos que el cambio se está produciendo a mucha velocidad, sin que las administraciones estén teniendo suficientemente en cuenta el impacto que está teniendo en nuestro territorio", lamenta.
El alcalde de Almussafes pone el ejemplo de su municipio, donde Ford ha anunciado un ERE de 1.144 trabajadores. "Cuando Ford estornuda, toda la industria auxiliar se constipa. Se estima que se pueden perder hasta seis empleos por cada despido de Ford, aunque en este caso podría tratarse de entre 2.000 y 3.000", calcula. Esta cifra, extrapolada a nivel nacional, podría suponer los mencionados 50.000 despidos, según el dirigente.
Según relata, "esta misma semana se han producido despidos en empresas auxiliares, de trabajadores que llevaban 15 años en sus puestos de trabajo y han sido despedidos a 20 días por año trabajado". "Los ERE de fabricantes como Ford sí indemnizan bien al trabajador, pero con las empresas auxiliares no ocurre lo mismo, y ya está teniendo un grave impacto en los municipios del automóvil", añade.
El ejemplo portugués
Toni González destaca que, "incluso en un territorio como la Comunidad Valenciana, donde Volkswagen ha anunciado la construcción de una gigafactoría de baterías, el empleo que va a generar la electrificación llegará años después del que se va a destruir ahora".
Además, los municipios reclaman al Gobierno de España "que se fije en Portugal para brindar ayudas y ventajas fiscales mucho más ágiles para facilitar la compra de coches eléctricos". También "que se dé prisa para la creación de una red de 'electrolineras' que anime a los consumidores a comprar vehículos eléctricos".
En cualquier caso, González subraya que "también está el problema del precio de los coches eléctricos". "Mientras sigan costando alrededor de 40.000 euros, va a ser difícil que nuestras fábricas produzcan cantidades de coches como las actuales y que mantengan el mismo nivel de empleo", concluye.