Esta vez no ha habido sorpresas de última hora. Los ministros de Energía de los Veintisiete han aprobado de forma definitiva el reglamento que prohíbe la comercialización de nuevos coches de gasolina, diésel o híbridos en la UE a partir de 2035. Alemania ha levantado su veto tras obtener por parte de Bruselas una excepción para los vehículos que circulen exclusivamente con combustibles sintéticos (e-fuels), que sí podrán seguir vendiéndose más allá de 2035.
No obstante, la vicepresidenta tercera y responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se ha declarado profundamente escéptica sobre los coches de combustibles sintéticos. Ribera considera que este tipo de vehículos tendrán una demanda "muy limitada" por ser "demasiado caros" y pone en duda que alguna vez se lleguen a comercializar.
"Honestamente, no creo que esto vaya a tener éxito. Según las evaluaciones que se han hecho en los últimos días, es demasiado caro para ser una respuesta adecuada para ningún ciudadano medio en Europa. Así que probablemente tiene que ver con demandas muy concretas y muy pequeñas", ha dicho la vicepresidenta tercera. De hecho, Porsche es el único fabricante que ha apoyado en los últimos días las demandas del Gobierno alemán.
[Alemania logra una excepción para vender coches de combustible sintético en la UE más allá de 2035]
Ribera ha vuelto a quejarse de la actuación de Berlín, que planteó sus objeciones al reglamento de vehículos de emisiones cero en tiempo de descuento. "Alemania ha jugado en el último minuto con un expediente que ya había sido acordado por las diferentes instituciones. Y como cuestión de principio, no nos gusta este enfoque. Creo que no es justo", ha criticado.
En la votación final, Polonia ha dicho 'no', mientras que Italia, Rumanía y Bulgaria se han abstenido (lo que también equivale a un voto negativo). Pero al cambiar Alemania de posición ya no había una minoría suficiente para bloquear el reglamento.
Tras conocerse el resultado, la Comisión de Ursula von der Leyen ha hecho pública una declaración que detalla el acuerdo al que ha llegado con el Gobierno de Berlín, con el que ha negociado de forma bilateral y secreta en las últimas semanas, ignorando las demandas de Italia.
En la declaración, el Ejecutivo comunitario se compromete a presentar en otoño una propuesta legislativa para consagrar esta exención para los combustibles sintéticos. Una propuesta que se hará mediante un acto delegado, lo que le permite sortear toda la tramitación legislativa: la norma entra automáticamente en vigor salvo que los Gobiernos o la Eurocámara reúnan una mayoría para tumbarla.
Los e-fuels se fabrican a partir de CO2 utilizando electricidad renovable. Este tipo de combustibles liberan CO2 a la atmósfera cuando se utilizan en un motor. Pero la idea es que estas emisiones sean iguales a la cantidad extraída de la atmósfera para producir el combustible, lo que lo hace climáticamente neutro. Muchos Estados miembros dudan de que sean viables precisamente por su elevado precio.
La excepción que ha logrado Alemania se aplicará únicamente a los coches que circulen exclusivamente con combustibles sintéticos. Es decir, vehículos que contarán con un motor de combustión como los actuales, pero con un dispositivo electrónico capaz de diferenciar los e-fuels de gasolina y diésel y de bloquear el arranque si se usan combustibles de origen fósil.
En la Comisión Europea también consideran que esta excepción beneficiará a un número muy limitado de coches. Bruselas considera que el motor de combustión no tiene futuro en Europa. El reglamento aprobado este martes da una señal clara a la industria y a los inversores de que la apuesta es el coche eléctrico o el que funciona con células de hidrógeno.