Al límite de cumplirse los 10 días que Talgo dio a Skoda para ofrecer mas información sobre su propuesta de fusión, la compañía checa ha mandado un comunicado al fabricante español explicando los detalles de la propuesta, según confirman fuentes de Talgo a este periódico.
En estos momentos la compañía española ya está analizando esta propuesta, cuyo contenido es confidencial.
Esta propuesta podría incluir a alguno de los socios que Skoda ha estado sondeando, como Criteria Caixa, el brazo inversor de la Fundación La Caixa, o Escribano, uno de los accionistas de referencia de Indra, aunque esto todavía no está confirmado.
Talgo había dado a Skoda diez días para que le diera algún detalle más sobre la oferta de fusión que lanzó el pasado 16 de julio, que no incluía una oferta económica. Un plazo que terminaba mañana.
En concreto, pidió a Skoda que "indique si implica el ofrecimiento a los accionistas de la sociedad de una contraprestación superior a la ofrecida por GanzMavag Europe Zrt (Magyar Vagon) en la opa anunciada el pasado 7 de marzo y si esta se satisfaría en efectivo, y que explique sus actuales capacidades industriales y financieras".
Decisión del Gobierno
La compañía se encuentra también a la espera del Gobierno, que debe pronunciarse en los próximos días para dar un veredicto a la opa lanzada en el mes de marzo por Magyar Vagon y que, de hecho, podría alargar los plazos y pedir más información a los húngaros. Algo que, según fuentes del sector, es lo que precisamente ocurrirá.
De hecho, Andras Tambor, representante de Magyar Vagon, ya anunció en su aparición en España que esto podría pasar. Y teniendo en cuenta que agosto es un mes inhábil en cuestiones legales, la decisión final podría trasladarse a septiembre. De esta forma, tendría más tiempo para articular un oferta con socios para Talgo.
Pese a la falta de detalles, la propuesta de Skoda es la que interesa más al Gobierno español, frente a la del grupo húngaro al que vincula con Rusia.
Cabe recordar que el 45% de Magyar Vagon está en manos del fondo Corvinus, controlado por el Gobierno húngaro. Y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, es el líder del partido ultraconservador húngaro Fidesz.
Desde que el 4 de abril, el grupo húngaro Magyar Vagon presentase formalmente ante la Comisión Nacional del Mercado de los Valores (CNMV) la opa sobre Talgo, el Gobierno no ha cesado en buscar también una alternativa, llegando incluso a valorar que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) entre en Talgo acompañando a otros socios.
De momento no hay oferta económica. Pero en caso de haberla, fuentes del sector aseguran que debería de lanzarse una contraopa y ser mayor a la de los húngaros (619 millones) que, además, califican de "baja" para lo "estratégica que es la posición del fabricante español".
Intenciones de Skoda
El potencial en alta velocidad de Talgo sigue siendo una de sus armas más poderosas. Esto es algo que atrae a Skoda. Talgo es el principal suministrador de trenes de alta velocidad de Renfe en España y el de trenes en el proyecto de alta velocidad para la línea ferroviaria 'Haramain' entre La Meca y Medina en Arabia Saudí.
Además, es el fabricante elegido por la operadora alemana Deutsche Bahn y la operadora danesa DSB para descarbonizar la movilidad con trenes de larga distancia Talgo 230. Por lo que "el grupo checo, a nivel estratégico, quiere estar ahí", señalan fuentes del sector a este periódico.
La división de transportes del grupo (Skoda Transportation), propiedad de la corporación PPF, es muy importante. Son muy potentes en locomotoras eléctricas, unidades eléctricas de uno y dos pisos, trenes, tranvías, metro y autobuses de varios tiempos como eléctricos.
El grupo cuenta con 15 filiales o empresas conjuntas en la República Checa, así como en Finlandia, Hungría y Alemania.
Y actualmente están el desarrollo de vehículos ferroviarios con propulsión alternativa (como el hidrógeno) con grandes inversiones en I+D. Algo que gusta al Gobierno, según fuentes consultadas por este periódico.
Por tanto, la fusión de las dos empresas daría lugar a un gigante europeo en el transporte ferroviario europeo y permitiría a Skoda rellenar la pata que le faltaba a su negocio: la alta velocidad.