Fábrica de Talgo en Álava.

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Observatorio de la movilidad

Polonia, el país en la sombra que aguarda para asaltar Talgo tras las dudas de Sidenor y el fracaso de Skoda y Ganz Mavag

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Sidenor amaga con abandonar la compra del 29,9% de Talgo que ostenta el fondo Trilantic (el mayor accionista del fabricante de trenes), al que el precio de 4 euros por acción (150 millones en total) no le convence del todo. Si el grupo vasco decide llevar a cabo su amenaza, sólo quedaría un candidato potente a hacerse con el constructor de trenes: Polonia.

Desde hace meses, el Gobierno de Donald Tusk ha dejado caer en público su interés por Talgo. El viceministro de Infraestructuras, Piotr Malepszak, dijo a mediados de julio de este año que la empresa española estaba en el radar de Polonia. Sin embargo, el país ha mantenido un perfil bajo en esta guerra por hacerse con el fabricante español.

Pero ante las dudas de Trilantic y el ultimátum de Sidenor, la opción polaca se convierte en seria candidata. Según Business Insider Polska, Polski Fundusz Rozwoju (PFR), el Fondo Polaco de Desarrollo (una especie de SEPI) ya ha hecho una oferta específica a los accionistas de Talgo y asegura contar con la financiación para su posible adquisición. 

No obstante, Talgo no ha publicado ningún comunicado confirmando la oferta de PFR. En el caso de ofertas anteriores de Ganz Mavag (Magyar Vagon), Skoda o Sidenor, el mercado recibió dicha información.

Con o sin oferta lo cierto es que ese interés existe. De hecho, ya ha habido un acercamiento importante. En septiembre, el fabricante español firmó un acuerdo de cooperación para la producción de trenes de alta velocidad con la polaca Pesa. Esta empresa, que produce locomotoras, trenes regionales y tranvías, está controlada por PFR. 

Sin embargo, desde Polonia saben que se pueden topar con un problema muy importante en su asalto a Talgo: el Gobierno español. Son conscientes de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez es muy reacio a dejar que capital extranjero entre en empresas estratégicas como Talgo.

Ese fue uno de los motivos por los que vetó la venta de Talgo a la empresa húngara Magyar Vagon. La oferta de fusión de Skoda también fue rechazada, aunque en este caso por el consejo de administración del propio fabricante. 

Interés de Polonia

Y es que en su asalto a Talgo, la húngara Magyar Vagon, la checa Skoda y la poloca PFR también tienen en común algo más: las políticas de transporte y de sostenibilidad de Europa colocan al tren como su principal pilar. Y estar bien colocado y conectado es muy importante para el boom de demanda ferroviaria que se espera.

En el caso de Centroeuropa la necesidad de ponerse las pilas es más alta. "Europa Central es una región muy interesante y con un gran potencial de crecimiento. Por un lado, Hungría y Eslovaquia, que tienen redes ferroviarias algo anticuadas, ya están invirtiendo en modernizarlas", comentó Pedro García, country manager de Trainline España, hace unos meses a este periódico.

Polonia y la República Checa también están invirtiendo en el tren de alta velocidad para mejorar su conectividad con el resto del continente y reducir los tiempos de viaje. “Ambas naciones están desarrollando líneas de alta velocidad que conectan Varsovia y Praga con las principales ciudades de ambos países”, comentó.

Por lo que Polonia necesita a Talgo. El país quiere entrar de lleno en la alta velocidad con un proyecto que se prevé que esté ejecutado por la empresa Central Communication Port (CPK). La red conectará no solo la capital con el aeropuerto de Baranów, sino también con importantes ciudades como Łódź, Poznań y Wrocław. 

Plazos

En esta operación el tiempo apremia. A finales de año concluye el pacto de los principales accionistas de Talgo agrupados en Pegaso. Éstos acordaron la venta en bloque de sus acciones a través de cláusulas de arrastre por las que la intención de venta de uno de ellos obliga al resto a colocar sus acciones al mismo precio.

Cabe recordar que actualmente, el mayor accionista de Talgo es Pegaso, una sociedad formada por el fondo Trilantic, la familia Abelló y algunos miembros de los Oriol (fundadores de Talgo), con un 40,2% del capital. 

El presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, y el ministro de Transportes, Óscar Puente.

El presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, y el ministro de Transportes, Óscar Puente.

El 25 de noviembre, Sidenor realizó una oferta por el 29,9% de Trilantic, evitando así la obligación de lanzar una opa si supera el 30%. Su oferta a 4 euros por acción valora esa participación en 150 millones de euros. Es una cantidad sustancialmente inferior a los 5 euros por acción ofertados por la húngara Magyar Vagon.

Inicialmente, el precio no convenció a Trilantic que, sin rechazar la propuesta, decidió estudiarla durante estas semanas en las que para Sidenor se ha demorado en el tiempo. “No es una cuestión de vida o muerte. Si los accionistas actuales no nos quieren en Talgo, nos retiraremos para no gastar inútilmente tiempo y energía”, señalan desde el grupo vasco. 

Entremedias, el ministro de Transportes, Óscar Puente, visitó una planta de la industria vasca para mostrar el apoyo del Gobierno a Sidenor. Apoyo que se mantiene intacto.