La huelga de autobuses en España continúa siendo el foco principal de preocupación para muchos españoles debido a su repercusión en la movilidad de los ciudadanos, especialmente en ciudades como Madrid.
Este conflicto, que incluye demandas laborales y exigencias de mejoras en el sector, ha dado lugar a diferentes acuerdos y tensiones entre los sindicatos, las patronales y las administraciones públicas. No obstante, para sorpresa de muchos, CCOO ha desconvocado la huelga indefinida prevista a partir de este lunes, 23 de diciembre.
Después de la primera jornada convocada el 28 de octubre, la huelga de transporte de viajeros por carretera sigue siendo un asunto relevante en la mayoría de las ciudades españolas.
Tal y como se ha mencionado anteriormente, el sindicato CCOO ha suspendido la huelga indefinida convocada para el 23 de diciembre en el sector del transporte, que afectaba a todas las empresas del sector del autobús urbano, interurbano, regulares, discrecionales o turísticos.
Este sindicato era el único que seguía adelante con la huelga de los conductores de autobuses, que fue convocada para los días 5 y 9 de diciembre.
El resto de sindicatos ya se habían desvinculado de la huelga: UGT y el Sindicato Libre de Transporte (SLT) llegaron a acuerdos con las patronales Confebus y Atuc, y CGT retiró la convocatoria tras conceder un margen de tiempo para comprobar que el acuerdo con las patronales del sector de mercancías y viajeros se cumplía.
No obstante, es necesario recordar que aunque la huelga ha sido desconvocada, sí que habrá variación de horarios durante los días de Navidad, concretamente el 24, 25 y 31 de diciembre, así como el 1 de enero, dado que son días festivos o previos a ellos.
Motivos de la huelga
Tal y como se ha mencionado anteriormente, la huelga de autobuses desconvocada a nivel nacional se centraba en reclamaciones laborales y sociales que los trabajadores del sector consideran urgentes e imprescindibles.
Uno de los principales motivos era la demanda de una jubilación anticipada con coeficientes reductores, argumentando que la profesión de conductor de autobuses conlleva un elevado desgaste físico y psicológico. Los sindicatos señalaban que esta medida es esencial para garantizar un retiro digno y adecuado, similar al que ya disfrutan otros colectivos.
Asimismo, la huelga se planteaba como una protesta contra la falta de avances en las negociaciones colectivas con las patronales del transporte, que, según los sindicatos, han mostrado una actitud inflexible en las mesas de diálogo.
Los representantes de los trabajadores criticaban que las propuestas ofrecidas hasta ahora no son suficientes para abordar las necesidades estructurales del sector, dejando a millas de empleados en una situación de incertidumbre y precariedad laboral.
Finalmente, los sindicatos argumentaban que el deterioro de las condiciones de trabajo también repercute en la calidad y la seguridad del servicio ofrecido a los usuarios.