Una de las asignaturas pendientes del Ministerio de Sanidad para el próximo ejercicio es la puesta en marcha del 'Plan de acción para fomentar la utilización de los medicamentos reguladores del mercado en el sistema nacional de salud: medicamentos biosimilares y medicamentos genéricos'.
Un plan con el que Sanidad quiere impulsar a la industria del genérico por un motivo claro: su uso supone un ahorro para el Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin embargo, el departamento que dirige María Luisa Carcedo se ha encontrado con la oposición de varios de los implicados.
De hecho, desde la patronal de los laboratorios de genéricos critican que el documento presentado peca de "economicista" y que Sanidad solo tiene en cuenta el ahorro que este tipo de medicamentos supone para las arcas públicas. Un ahorro que el presidente de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, cuantifica en 1.000 millones de euros.
Por otra parte, desde Farmaindustria creen que el Plan presentado por Sanidad es innecesario, teniendo en cuenta que el de los genéricos "es un sector consolidado con 20 años en el mercado con compañías nacionales y multinacionales asentadas", en palabras del director general, Humberto Arnés.
Otras fuentes del sector critican que Sanidad no les haya tenido en cuenta en la fase previa del Plan. Aunque es cierto que el Ministerio abrió un periodo de aportaciones para recoger los comentarios de todos los implicados a posteriori.
Se trata de un Plan ambicioso que contempla medidas a corto, medio y largo plazo y que previsiblemente será uno de los proyectos estrella del departamento de Carcedo una vez se conforme Gobierno. Cabe destacar que la publicación del documento se produjo en funciones.
Principales cambios
El Plan, que aprobó la Comisión de Farmacia del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, tiene como objetivo reducir las barreras de entrada de este tipo de medicamentos a la cartera en el SNS. Para ello, Sanidad quiere reducir "el tiempo desde que se autoriza el medicamento regulador hasta que se incluye en la prestación farmacéutica". El departamento de Carcedo se compromete a priorizar expedientes o acelerar la asignación de personas que realizan la evaluación de los fármacos.
Además, otro de los aspectos que se pretende modificar es el actual Sistema de precios de referencia permitiendo bajadas de precios voluntarias que "no afecten" al cálculo de precio de referencia. Es decir, que los laboratorios puedan decidir bajar más el precio que la cifra que marque Sanidad.
El plan también contempla que la prescripción de los fármacos sea por principio activo "de forma general", exceptuando los medicamentos considerados como no sustituibles. Este tipo de prescripción estuvo aprobada en España desde 2006 hasta 2011, pero fue finalizada en 2012 a través del Real Decreto-Ley 16/2012. Precisamente esta es una de las críticas principales de Farmaindustria, que señala que este tipo de prescripción no tiene ventajas para los pacientes.
La educación sanitaria también será otra de las patas de este Plan con el que Sanidad deberá seguir avanzando en 2020, no sin antes tener en cuenta todos los 'peros' de los laboratorios, la industria y los profesionales.
Pero este no será el único plan farmacéutico que dará trabajo al Ministerio. El convenio firmado con Farmaindustria por el que la patronal se compromete a devolver la diferencia entre el gasto farmacéutico y el PIB caduca a finales de diciembre. Con un Gobierno en funciones, se hace difícil trabajar en una renovación que incluya las peticiones de la industria. Como dejó entrever el presidente de la patronal, el acuerdo se renovará automáticamente.