Apoyado en el Sistema Nacional de Salud (SNS), el sistema de formación sanitaria para médicos, enfermeras, farmacéuticos y otros profesionales sanitarios es de los más admirados de Europa. Sin embargo, su futuro ha sido puesto en un brete por el acuerdo de coalición del PSOE y Unidas Podemos, en el que se indicaba que el popular modelo MIR (y EIR, FIR, PIR y demás variedades profesionales) sería parte de la moneda de cambio para lograr la paz con la Generalitat de Cataluña.
Sin embargo, según ha podido saber EL ESPAÑOL por fuentes cercanas a Moncloa, el Gobierno de Pedro Sánchez no se plantea ceder las competencias sobre el MIR a la región. Y hay varios motivos para ello.
Uno de ellos es que el Govern catalán y su Consejería de Salud no habrían expresado interés oficial alguno de manera directa hacia el Gobierno por hacerse con las competencias de la formación sanitaria especializada en la región, a pesar de las declaraciones recientes de Alba Vergés, su responsable, con motivo de su asistencia al último Consejo Interterritorial.
De hecho, desde el Gobierno transmiten que no está previsto que esta cesión esté dentro de la negociación en la mesa de diálogo que en breve abrirán el Ejecutivo estatal y el catalán.
¿El precio de la paz?
El acuerdo de coalición entre los partidos de Sánchez e Iglesias reza, en su apartado 9.4, su compromiso de traspasar a la Generalitat “aquellas competencias pendientes ya reconocidas en el Estatut de Cataluña en materias como la gestión de becas universitarias, la formación sanitaria especializada, el salvamento marítimo o la ejecución de la legislación laboral en el ámbito del trabajo, el empleo y la formación profesional”.
Así se buscaría dar cumplimiento a los dictámenes del Tribunal Constitucional que ordenan ceder responsabilidades pendientes ya reconocidas en el Estatut.
Sin embargo, en el caso de la formación sanitaria especializada, las fuentes del entorno de Sánchez insisten: cederla no está sobre la mesa. Desde el Gobierno consideran que son un elemento vertebrador del país así como de la equidad y de la igualdad de oportunidades.
Meritocracia
El sistema permite que los estudiantes que salgan de la carrera de Medicina y otras titulaciones sanitarias, tras un examen, se especialicen y hagan la residencia según sus notas en centros de toda España.
En cualquier caso, este modelo de formación sanitaria, que ya tiene 42 años, no está exento de críticas. El examen de acceso supone un 90% de la calificación para acceder a la plaza MIR, mientras que las notas de la carrera universitaria solo pesan un 10%.
Esto ha recibido duras críticas incluso por parte de los propios impulsores del modelo, como es el caso del esloveno Ciril Rozman, una figura histórica de la medicina española.
Con todo, el modelo sigue adelante. De hecho, para este 2020 se han convocado 9.539 plazas de formación especializada en Medicina, Farmacia, Enfermería, Psicología, Química, Biología y Física, la mayor oferta histórica de plazas aprobada por el Ministerio de Sanidad.
Y al examen, que se celebró el pasado 25 de febrero se han presentado 35.473 aspirantes, 3,7 por plaza. Los resultados, al menos los provisionales, se comenzarán a conocer a partir del 18 de febrero.