La carrera por la vacuna del Covid-19 continúa, tanto entre las compañías para desarrollarla como entre los países por hacerse con ella. En esta competición, España ha decidido descartar la vacuna de Moderna (la más avanzada) y prioriza la negociación con otras multinacionales proveedoras, como AstraZeneca, y maneja varias vías de acceso al preciado antígeno, incluidas las centrales de compras multinacionales.
Por lo pronto, se impone la paciencia y el Gobierno no se lanzará a por ningún producto sin tener más información sobre su eficacia.
Así lo indican fuentes cercanas a estas negociaciones, que explican que el Gobierno habría decidido no pagar el ‘peaje’ que exigía Moderna para acceder a su vacuna del Covid-19: la adquisición de un lote de dosis (varios millones) sin haber pasado ensayos clínicos. Es decir, sin conocer la efectividad real del producto.
La compañía americana habría exigido este precio para acceder tanto a futuros suministros de la vacuna como a los ensayos clínicos que se van a celebrar en las próximas semanas. Por lo pronto, según ha podido saber este periódico, los países que han cedido a esta exigencia son Estados Unidos (país originario de Moderna), Reino Unido y Suiza.
Voces del sector de las vacunas consideran que el paso dado por el Ejecutivo no será un tropiezo. El porcentaje de fracaso de un producto farmacéutico y los interrogantes sobre su eficacia son muy elevados hasta que se desarrolla el ensayo clínico, que en este caso desatan las dudas sobre los niveles de protección que podría proporcionar una eventual vacuna.
De hecho, como ya informó Invertia, España ha seguido negociando y manteniendo contactos con las múltiples multinacionales que tienen en desarrollo su propia vacuna del Covid-19, como Sanofi, MSD o Johnson & Johnson, por citar tres. Una de las compañías que ha confirmado estos contactos es AstraZeneca, empresa que este fin de semana pactó un suministro de 400 millones de vacunas al consorcio organizado por Alemania, Francia, Italia y Países Bajos.
Aunque el Gobierno podría tener acceso a la vacuna a través del contrato firmado por este grupo de países (el acuerdo tiene como objetivo suministrar dosis a toda la Unión Europea y cualquier país puede adherirse a él ), los contactos con la compañía farmacéutica anglosueca ya se están gestando.
Contactos españoles con AstraZeneca
“Como no puede ser de otra forma las autoridades sanitarias y AstraZeneca mantienen un diálogo abierto y permanente acerca de los avances del desarrollo clínico de la vacuna. Siempre ha sido nuestro compromiso público el garantizar un acceso equitativo a la vacuna en todo el mundo”, indican desde este laboratorio.
En cualquier caso, el Ejecutivo parece optar por la estrategia de la paciencia antes de firmar un contrato con uno u otro laboratorio. De hecho, Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias y portavoz del Gobierno en cuanto a todo lo relacionado con el coronavirus en los últimos tres meses, ha reconocido que las negociaciones a día de hoy, y por el estado de desarrollo de los antígenos, son”complejas”.
En cualquier caso, Simón también ha afirmado que España se adherirá al acuerdo gestado por Alemania, Francia, Italia y Países Bajos, así como a otras centrales de compras multinacionales que puedan surgir.
De hecho, esta sería la segunda fórmula de adquisición multinacional a la que nuestro país se sumaría, puesto que la semana pasada el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dio el visto bueno español al acuerdo de compra anticipada de vacunas para el Covid-19 que está liderando la Unión Europea.
En cualquier caso, a pesar de que inicialmente España se quedó fuera del cónclave europeo es por no tener una fábrica propia de vacunas para humanos (sí hay varias para uso veterinario), puede que las instalaciones de nuestro país sí acaben entrando en el proceso de producción que requerirá la fabricación masiva de vacunas del Covid-19 para todo el Mundo. Según fuentes del sector, aunque no se pueda fabricar el antígeno propiamente dicho, sí que hay instalaciones para el acabado y cerrado de viales, por ejemplo.
Ensayos clínicos
En cambio, contar con ensayos clínicos avanzados de la vacuna del coronavirus en nuestro país se torna más difícil.
Aunque se cuenta con que se puedan celebrar investigaciones de las fases I y II, que son las más preliminares, no parece probable que los de fase III (que son los que tienen mayor escala poblacional, con miles de pacientes implicados) tengan lugar en España, al menos a día de hoy.
Y es que para poder demostrar la eficacia de la vacuna, tiene que ser testada en áreas geográficas con alta prevalencia del virus, algo que ya no ocurre en España.
“Nos estamos embarcando en una serie de programas clínicos globales, que incluyen ensayos en los Estados Unidos y Brasil, donde el virus aún prevalece. Esperamos poder demostrar la eficacia de la vacuna probándola en poblaciones donde todavía existe una alta prevalencia de la enfermedad”, explican en el caso de AstraZeneca.
Similar explicación dan desde otras compañías del sector de las vacunas, que precisan que España será uno de los campos de pruebas prioritarios de las vacunas en fases preclínicas, pero no de la fase previa a la comercialización. Paradójicamente, que el virus esté bajo relativo control dentro de nuestras fronteras juega en nuestra contra a pesar de ser uno de los destinos predilectos de la industria farmacéutica en materia de investigación clínica.