Finalmente, ningún país europeo irá por libre a la hora de adquirir las vacunas contra el Covid-19 que están desarrollando numerosas farmacéuticas. Según ha podido saber Invertia, Francia, Alemania, Italia y Holanda se plegarán a lo que decida la Comisión Europea y no negociarán por separado la adquisición de los antígenos.
No fue esta la primera postura de los cuatro países. A primeros de junio, y por sorpresa, anunciaron que fundaban una alianza (‘Alianza Inclusiva por la Vacuna’) para traer la vacuna del coronavirus al viejo continente. Una apuesta que montó en paralelo a la central de compras que Bruselas estaba planteando para adquirir o facilitar la producción del antígeno en el Viejo Continente.
¿Qué tiene este cuarteto en común para organizar esta operación? Son países (los únicos en la UE) con instalaciones capaces de fabricar vacunas para humanos. Por ello, España no formó parte de la susodicha alianza. Aunque la sangre no llegó al río, la iniciativa no gustó en Bruselas. Dividía fuerzas y potencialidad respecto a otros rivales como Estados Unidos o incluso China a la hora de hacerse con un bien geoestratégico como la vacuna del Covid-19.
Tampoco en la industria farmacéutica gustó la estrategia de Alemania, Francia, Italia y Holanda. El anuncio cogió al sector desprevenido y le obligaba a gestionar más frentes de los esperados, que podrían llevar a las multinacionales a meterse en un embrollo político, sobre todo a las compañías con orígenes en los países involucrados.
Pero esta situación ha tocado a su fin. A cierre de esta edición, los países de la Alianza están a punto de cerrar un acuerdo para integrarse en la central de compras europea de vacunas del Covid-19.
En suspenso
Prácticamente desde que Bruselas presentó oficialmente su estrategia para acelerar el desarrollo y la fabricación de la vacuna, a mediados de junio, la Alianza quedó "en suspenso" e inició los trámites para "fusionarse" con la iniciativa de Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión.
¿Por qué no se disolvió de inmediato? Según fuentes de los países de la Alianza, la causa está en el acuerdo al que se había llegado con AstraZeneca para asegurarse el suministro de entre 300 y 400 dosis millones de dosis de la vacuna del Covid-19, para el que había que buscar solución una vez se disolviera el cuarteto.
Dichas fuentes aseguran que el problema con AstraZeneca ya se ha resuelto y quedan pendientes solo algunas cuestiones menores de garantías. "Una vez resueltos, la integración entre la Alianza y la Comisión será un hecho", algo que puede ser cuestión de días o incluso de horas.
Invertia ha intentado contactar con AstraZeneca para confirmar que el cabo suelto está controlado, pero por lo pronto no ha obtenido respuesta.
Pactos por el precio
De esta manera, los entre 300 y 400 millones de dosis de vacunas de AstraZeneca (que está desarrollando con la Universidad de Oxford y sobre la que hay muchas esperanzas) pasan a estar a disposición de la central de compras de Bruselas, de la que forma parte España desde el principio y que decidirá el reparto.
Para esta operación se han dispuesto, por lo pronto, unos fondos de 2.400 millones de euros. Pero será bastante más. Por un lado, se desconoce el coste de la ‘reserva’ de vacunas de AstraZeneca que hicieron los países de la alianza, y que presumiblemente habrá que financiar con estos fondos.
Por el otro, esta millonaria partida se ha dispuesto, en realidad, como muestra de buena fe de Bruselas y gesto hacia las farmacéuticas que están desarrollando de forma 'exprés' la vacuna.
Servirá para sufragar los gastos de las farmacéuticas con las que se está negociando y que apuesten, para reducir los tiempos de fabricación, aporproducir vacunas a riesgo, es decir, aunque no tengan todavía medida la eficacia de sus antígenos y exista la posibilidad de que no se puedan comercializar.
De hecho, la Comisión Europea no adquirirá ninguna vacuna hasta que haya pruebas de su efectividad. Así lo indican fuentes cercanas a las negociaciones, que precisan que no se negociará ni se comprará ninguna vacuna hasta que los productos en desarrollo no comiencen a superar los ensayos de fase III.
Estos ensayos son la últimas prueba que debe superar un producto farmacéutico antes de ser comercializado y en ellos se prueba su eficacia. Este paso será clave en el caso de la vacuna del Covid-19. Ninguna de las que hay en desarrollo se ha sometido, y superado, al ensayo de fase III todavía.
Estas pruebas suelen implicar el reclutamiento de miles de pacientes y España suele ser uno de los estados predilectos para ello. En el campo de la investigación clínica, nuestro país es uno de los líderes mundiales. Sin embargo, esto no ocurrirá en el caso de las vacunas del Covid-19.
Este antígeno se debe probar en países donde el coronavirus esté en circulación. Por ello, las compañías se están llevando los ensayos a países en los que se dé esta situación, como Estados Unidos y Brasil.
Cabe recordar, en cualquier caso, que no se espera que haya una vacuna viable para el Covid-19 a disposición de los sistemas sanitarios hasta bien entrado 2021.