La segunda ola de Covid-19 ya está llenando de pacientes las camas de los hospitales españoles. Sin embargo, la capacidad tecnológica con la que van a abordar este problema los centros está muy mermada. Casi la mitad de la tecnología del parque hospitalario de España está anticuada.
Así lo indica el informe de Fenin (la patronal del sector de la tecnología sanitaria), 'Perfil tecnológico hospitalario y propuestas para la renovación de tecnologías sanitarias', según el cuál el 44% de los equipamientos hospitalarios españoles tiene más de 10 años, es decir, está obsoleto.
El modelo de referencia para el cálculo de la obsolescencia que ha utilizado Fenin se basa en el criterio del Comité Europeo de la Industria de IT, Radiología y Electromedicina (Cocir), en el que se señala que al menos el 60% de los equipos instalados en un centro deben tener menos de cinco años, el 30% entre 6 y 10 años y limita a un máximo del 10% la tecnología disponible con más de 10 años.
Obviamente, el problema es mayor en unos equipamientos que en otros. El 72% de las tecnologías dedicadas a terapias de calor en España tiene más de una década, mientras que esto ocurre en el 67% de los aparatos destinados al soporte vital de los pacientes.
“El 44% de los equipos están obsoletos. Hay situaciones dramáticas, por ejemplo, en radiología. El 61% de los equipos tiene más de 10 años. De hecho, solo el 21% de los equipos tienen menos de cinco años”, explica Carlos Sisternas, director de Fenin Cataluña.
De hecho, la situación es muy diferente por autonomías. Más de la mitad de la tecnología hospitalaria de Castilla-La Mancha tiene más de 10 años, mientras que Aragón y Extremadura superan el 40%.
Sin embargo, ninguna región cumple la regla de no superar el 10% de equipamientos de tecnología sanitaria con más de una década de funcionamiento. La que más se acerca es el Principado de Asturias, con un 22%.
Estrategia contra la obsolescencia
Contra este problema, la patronal de la tecnología sanitaria postula una estrategia de inversiones a lo largo de cuatro años que permitiría remontar la situación.
Según explica Sisternas, bastaría con que las Administraciones Públicas invirtieran una cantidad adicional de 1.600 millones de euros durante este periodo (unos 400 millones al año) en tecnología sanitaria. “No es nada caro. No es un dineral y eso permitiría cumplir las reglas de Cocir”, apunta.
Desde Fenin recuerdan que “mantener equipamientos sanitarios obsoletos en los hospitales incide directamente en la seguridad del profesional y del paciente”. Y es que hoy hay equipos que “están emitiendo radiaciones más elevadas de lo que sería necesario”.
Además, “un aparato obsoleto aporta mucha menos información de la que puede proporcionar uno de última generación y esto se refleja, claramente, en el área de diagnóstico por la imagen”. Es decir, que incide directamente en la eficacia y eficiencia de su capacidad sanitaria.