Bruselas

La Comisión Europea ha aprobado este miércoles el contrato con la farmacéutica BioNTech-Pfizer para asegurarse el acceso a su candidato a vacuna contra la Covid-19. El contrato -que se firmará en los próximos días- permite a todos los países de la UE adquirir hasta 300 millones de dosis del antídoto si los ensayos clínicos concluyen con éxito. La compra anticipada se culmina dos días después de que la compañía haya anunciado que su vacuna tiene una tasa de eficacia del 90%.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya ha anunciado que España pretende comprar 20 millones de dosis de la vacuna de BioNTech-Pfizer en el marco del contrato de la UE. El antídoto se distribuirá simultáneamente entre los Estados miembros en función de la población. Cada país debe abonar las dosis que adquiera con su presupuesto nacional, mientras que el Ejecutivo comunitario paga un anticipo con cargo al presupuesto de la UE. 

Las vacunas para Europa se fabricarán en las plantas de BioNTech en Alemania y en la planta de Pfizer en Bélgica. Si los ensayos clínicos concluyen con éxito y la Agencia Europea de Medicamentos da su autorización, las primeras entregas podrían empezar a finales de 2020, según ha dicho la compañía.

"El acuerdo de suministro finalizado hoy con la Comisión supone el pedido inicial más grande de dosis de vacunas para Pfizer y BioNTech hasta la fecha y un paso importante hacia nuestro objetivo compartido de hacer que una vacuna contra la Covid-19 esté disponible para las poblaciones vulnerables", ha dicho el consejero delegado de la compañía, Albert Bourla.

Como viene siendo habitual, el importe del adelanto adelanto a BioNTech-Pfizer -que no se recupera si la vacuna fracasa- no ha sido desvelado. Bruselas sólo ha hecho pública la cifra total que pagará a las seis empresas farmacéuticas con las que ya ha concluido acuerdos: en total, 2.470 millones de euros.

"Esta es la vacuna más prometedora hasta ahora. Una vez que esté disponible, nuestro plan es desplegarla rápidamente por toda Europa", ha dicho la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. "Una vacuna segura y eficaz es nuestra mejor oportunidad para derrotar al coronavirus y volver a nuestras vidas normales (...) Ya estamos casi ahí. Mientras tanto, seamos prudentes y mantengámonos seguros", ha resaltado. 

Seis vacunas

Por su parte, la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, ha fijado "finales de 2020 o principios de 2021" como el escenario "más positivo" para que la vacuna empiece a estar disponible. En cuanto a los problemas de logística para distribuir la vacuna de Pfizer, que se conserva a 75 grados bajo cero, Kyriakides ha pedido a los Gobiernos que se movilicen para que pueda llegar "cuanto antes" a los ciudadanos una vez esté disponible.

La comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides, durante la rueda de prensa de este miércoles CE

Además de con BioNTech-Pfizer, la Comisión Europea ya ha firmado contratos de compra anticipada con AstraZeneca (por 400 millones de dosis), Sanofi-GSK (300 millones de dosis) y Johnson & Johhnson (hasta 400 millones de dosis). Además, ha concluido conversaciones exploratorias con Moderna (160 millones de dosis) y CureVac  (225 millones de dosis). Von der Leyen ha anunciado negociaciones con una séptima empresa, cuya identidad no se ha desvelado.

El objetivo del Ejecutivo comunitario es maximizar las posibilidades de garantizarse el acceso a una vacuna contra la Covid-19 que funcione. De ahí que haya construido una cartera diversificada de antídotos basados en diferentes tecnologías. Además, ha pedido a los Estados miembros que preparen planes de vacunación, empezando por mayores, personal sanitario y personas vulnerables

Unión de la Salud

En paralelo, Bruselas ha presentado este miércoles una serie de propuestas para fortalecer el marco de seguridad sanitaria de la UE y reforzar la preparación frente a las crisis. Se trata de corregir algunos de los problemas de falta de coordinación detectados durante la primera fase de la pandemia y avanzar hacia una "Unión Europea de la Salud". Pero no se aborda la cuestión central, que es que la UE no tiene competencias en materia sanitaria: otorgárselas obligaría a reformar los Tratados.

En primer lugar, la Comisión ha propuesto un nuevo reglamento sobre amenazas transfronterizas graves para la salud. Una norma que obligará a los Estados miembros a elaborar planes de preparación y que crea un sistema de vigilancia reforzado a escala de la UE, utilizando la inteligencia artificial.

Además, los Gobiernos deberán intensificar la notificación de indicadores de sus sistemas sanitarios, como la disponibilidad de camas hospitalarias, las unidades de cuidados intensivos o la cantidad de personal con formación médica. Finalmente, el reglamento prevé la declaración de una situación de emergecia en la UE, que desencadenaría una mayor coordinación entre los Estados miembros.

El segundo pilar de la propuesta de Bruselas consiste en reforzar el mandato del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades y de la Agencia Europea del Medicamento.

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