El Consejo de Ministros de este martes aprobará el plan de vacunación contra la Covid-19. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya anunció que sería una estrategia “única” que contará con 13.000 puntos repartidos por todo el territorio nacional.
Aunque no lo concretó, esta cifra coincide con los centros de salud y dispensarios que hay en España. Sin embargo, no todos podrían administrar la vacuna de la Covid-19 que está desarrollando Pfizer por sus características de conservación. Recordemos que debe mantenerse a -80ºC.
Desde la Asociación Española de Vacunología, su presidente, Amos García Rojas, ha explicado a Invertia que “si la vacuna que viene es la de Pfizer, no tengo claro que se pueda vacunar en los centros de Atención Primaria por una cuestión operativa relacionada con la conservación de la vacuna”.
Esta característica del antígeno de Pfizer “puede hacer que no se pueda vacunar en todos los puntos de salud y habrá que centralizarlo en algunos”, ha incidido. Sobre este asunto, fuentes del Ministerio de Sanidad, han asegurado que están trabajando con Europa para crear un plan de distribución y administración de esta vacuna.
Sin embargo, para García Rojas, “cualquiera de las vacunas que están en fase de desarrollo servirían”, siempre y cuando obtengan la autorización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Y es que, este lunes, AstraZeneca ha anunciado que su antígeno tiene una eficacia media del 70%. Para el vacunólogo “esta eficacia es más que suficiente para darle un golpe a la pandemia”.
Desconfianza
Además, todavía no han terminado los ensayos clínicos y, de momento, se conocen datos única y exclusivamente a través de notas de prensa que han publicado las compañías farmacéuticas. Una forma de expresar resultados que para García Rojas no es la más adecuada porque “contribuyen a crear cierta distancia y desconfianza en la ciudadanía”.
Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 47% de la población no se vacunará de manera inmediata cuando haya un antígeno disponible. Esta desconfianza tiene que ver también “con la sensación de carrera que se ha creado por conseguir una vacuna, además de la bronca política que ha rodeado a la pandemia”.
Sin embargo, García Rojas ha lanzado un mensaje de tranquilidad, porque, aunque los ritmos de producción hayan sido más rápidos, los pasos que se han seguido en el desarrollo son los mismos que en una situación normal.
“Dos elementos son los que han caracterizado este proceso: la transparencia y la seguridad”, ha dicho el presidente de los vacunólogos españoles. Ejemplo de ello son las interrupciones en los ensayos clínicos de las vacunas de AstraZeneca y Janssen.
Además, lanza dos reflexiones: “¿Alguien podría pensar que si hubiera la más mínima duda de seguridad los órganos reguladores lo iban a autorizar?” y, por otro lado, cuando llegue la vacuna y no nos la ponemos, “¿cuál es la alternativa? ¿Seguir con la pandemia y el sufrimiento que ha producido?”.
Vacunación voluntaria
España cuenta con base legal para hacer la vacunación de la Covid-19 obligatoria por razones de salud pública. De hecho, ya hay un antecedente. En Granada hubo un brote de sarampión en un colegio y la Justicia dictaminó la obligación de vacunar a los niños.
Sin embargo, para García Rojas, la obligación no es la mejor forma. “Si hacemos la vacunación obligatoria puede tener un impacto negativo, porque rearmas a los que están en contra”. Además, ha destacado que España tiene una de las tasas de vacunación más altas de Europa.