Las necesidades derivadas de la pandemia de la Covid-19 están suponiendo un notable incremento del coste asistencial en los hospitales. También en la sanidad privada, aunque este gasto extra no repercutirá en los pacientes, sino que lo asumirán los propios grupos hospitalarios y las aseguradoras.
Un coste extraordinario que deriva de la situación de crisis sanitaria. Esto incluye la inversión en equipos de protección personal, la contratación de profesionales sanitarios de refuerzo, el establecimiento de circuitos diferenciados para pacientes Covid y de otras patologías, el incremento de las labores de limpieza y desinfección, entre otras medidas.
Y es que, los hospitales de la sanidad privada han tenido que hacer frente a fuertes inversiones para poder incrementar camas de UCI y proveerse del material sanitario necesario para atender a los pacientes. Según los cálculos de la patronal, ASPE, solo las compras de los meses de marzo y abril de 2020 fueron un 71% más que todo 2019.
Aunque, de momento, los grupos hospitalarios y las aseguradoras no tienen cálculos de cuánto será el incremento de los gastos derivados de la pandemia, sí asumirán este coste extra del acto médico.
En el caso de Vithas, el grupo hospitalario ha explicado a Invertia que este sobreesfuerzo presupuestario no ha repercutido en sus pacientes privados. Estos pacientes son los que no cuentan con un seguro médico y acuden a alguno de los hospitales de Vithas. Es decir, seguirán pagando lo mismo por la asistencia sanitaria.
Por su parte, los pacientes procedentes de aseguradoras se rigen por las pólizas que tengan contratadas con sus compañías. En este caso, “algunas de las mayores compañías aseguradoras, como Adeslas, Mapfre o DKV, nos están ayudando a afrontar dichos sobrecostes”.
Sin embargo, las negociaciones todavía están en marcha con otras compañías “para que también comprendan que esta situación sobrevenida también les concierne”, han explicado desde Vithas.
El impacto de la Covid-19 en la sanidad privada
El sector de la sanidad privada tampoco se ha librado del impacto de la pandemia. Cabe recordar que, durante los meses de confinamiento, en España solo se permitía la actividad asistencial excepto para pacientes Covid-19 y aquellos casos urgentes. Esto derivó en que muchas clínicas pequeñas de la sanidad privada tuvieran que echar el cierre por la falta de pacientes.
ASPE estima que serán 3.000 los centros que terminarán cerrando de manera definitiva en 2021. Y es que, la situación para este año se plantea de manera similar que la de 2020, al menos, hasta mitad de año.
De hecho, el pasado 27 de enero, la Comunidad de Madrid, tras pactarlo con el sector sanitario privado de la región, decidió recuperar una fórmula intermedia del mando único y ha ordenado la "puesta a disposición" de las camas de planta y de UCI de los más de 40 hospitales y centros sanitarios de Madrid.