Grifols cerró el ejercicio 2020 con un beneficio neto de 618,5 millones de euros, un 1,1% menos que en el año anterior. Además, superó de nuevo su récord de ingresos con 5.340 millones, lo que supone un incremento del 4,7%, impulsado por las divisiones de Bioscience y Diagnostic.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) reportado alcanzó 1.324 millones de euros, un 7,7% menos que un año atrás, con un impacto neto de la pandemia de 155 millones de euros, debido al efecto negativo en la valoración del inventario y en el menor crecimiento de la división de Bioscience en el último trimestre.
Según un comunicado remitido este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el resultado financiero fue de 178 millones de euros, incluyendo una reducción de los gastos de 97 millones debido a la refinanciación de la deuda cerrada en noviembre.
La deuda financiera neta de la empresa se situó en 5.714 millones de euros a cierre de 2020, incluyendo 580 millones en efectivo, además de disponer de 900 millones de euros en líneas de financiación no dispuestas.
A cierre de año, el margen bruto de Grifols se situó en el 42,2%, incluyendo el impacto estimado de 205 millones de euros para ajustar el valor del inventario como consecuencia de la pandemia.
Al inicio de la crisis sanitaria, la empresa tomó medidas para fortalecer su posición de liquidez con una ampliación de la línea de crédito 'revolving' multidivisa de 500 millones de dólares hasta 1.000 millones de dólares con vencimiento en noviembre de 2025.