Primer intercambio de fuego real en la guerra de las vacunas contra la Covid-19. La Unión Europea ha bloqueado un cargamento de dosis que AstraZeneca pretendía enviar desde Italia hasta Australia. Una decisión que se produce después de que el laboratorio anglosueco haya incumpido el contrato de suministro que firmó con la UE al recortar de 100 a 40 millones de inyecciones las entregas en el actual primer trimestre.
Se trata de la primera vez que la UE activa el nuevo mecanismo que permite prohibir la exportación de vacunas contra la Covid-19 producidas en la Unión Europea desde su puesta en marcha a finales de enero, precisamente en respuesta al caso AstraZeneca. El veto amenaza con provocar una disputa comercial con un socio destacado como es Australia.
El bloqueo afecta a una partida de 250.000 dosis del antígeno producidas en la planta de Anagni, cerca de Roma. La decisión de prohibir el envío a Australia partió del propio Gobierno italiano y ha sido avalada por la Comisión Europea, según han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes comunitarias. Durante la videocumbre celebrada el pasado jueves, fue precisamente el nuevo primer ministro italiano, Mario Draghi, el que reclamó endurecer los controles a las exportaciones.
Italia esgrime como argumento para su veto "la continua escasez de vacunas en la UE y en Italia y los retrasos en el suministro de vacunas de AstraZeneca a la UE y a Italia", según ha informado su ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado. Además, alega que Australia es un país "no vulnerable" y por tanto no puede acogerse a las excepciones previstas en el reglamento.
AstraZeneca presentó su solicitud de exportación el 24 de febrero y el Gobierno de Draghi emitió su decisión de denegación el 2 de marzo, tras recibir la luz verde del equipo de Ursula von der Leyen. En casos de anteriores peticiones por parte del laboratorio anglosueco, Roma no puso objeciones porque se trataba de cantidades modestas de muestras destinadas a actividades de investigacion científica.
Pero esta vez, Italia ha tenido en cuenta en su veto "el elevado número de dosis de vacunas sujetas a la solicitud de autorización de exportación en comparación con la cantidad de dosis suministradas a Italia y, en general, a los países de la UE".
¿Nacionalismo de vacunas?
El mecanismo de control de la UE obliga a las farmacéuticas que quieran exportar vacunas contra la Covid-19 producidas en territorio comunitario a notificarlo a las autoridades aduaneras nacionales: qué cantidad y a qué país. El Estado miembro en cuestión, en consulta con la Comisión Europea, tendrá que revisar la petición y decidir si la autoriza o prohíbe el envío. Todo ello en cuestión de horas.
El principal criterio para decidir si se aprueba o no es que los laboratorios estén cumpliendo las entregas de vacunas pactadas por contrato con la UE, algo que claralmente no ha hecho AstraZeneca. Este control de las exportaciones por parte de la UE fue censurado por la Organizacion Mundial de la Salud (OMS), por socios como Canadá o Japón y por la propia industria farmacéutica por poner en riesgo el suministro sanitario mundial y fomentar el proteccionismo y el nacionalismo.
Sin embargo, hasta ahora no había habido ningún problema. En el periodo inicial entre el 30 de enero y el 15 de febrero de 2021, la Comisión ha dado luz verde a un total de 50 solicitudes de compañías farmacéuticas para exportar a países extracomunitarios vacunas contra la Covid-19 fabricadas en territorio de la Unión, de acuerdo con las fuentes consultadas.
Lo que más llama la atención es el gran número de países del mundo que dependen de antígenos producidos en plantas de la UE. Las exportaciones se han dirigido a 24 países: Australia, Baréin, Canadá, Chile, China, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Japón, Kuwait, Malasia, México, Nueva Zelanda, Omán, Panamá, Perú, Qatar, Arabia Saudí, Singapur, Sudáfrica, Emiratos Árabes, Reino Unido y Estados Unidos.